Este domingo, durante horas, en la Región Metropolitana lideramos
mundialmente el peor índice de contaminación del aire, decretándose
apenas una Alerta Ambiental a pesar de contar con una norma dos a tres
veces peor que la recomendación de la OMS. El material particulado (PM) nos
perjudica crónicamente a todos, dañando respiración, presión arterial,
cerebro, inflamación, embarazo y cáncer. El enfoque ministerial en la
emergencia por peak de contaminación es disfuncional, pues seguimos
inhalándolo en la respiración cotidiana durante la mayor parte del
año.
Aparte de la dura fiscalización de chimeneas, debiera normarse y
promoverse el filtrado de aire en interiores, donde vivimos más del
80% del tiempo, pues la contaminación, aparte de la intradomiciliaria,
inevitablemente ingresa al estar inundados por ella. Las cajas
Corsi-Rosenthal ofrecen una excelente costo-efectividad en base a
filtros MERV-13. Si no, se puede hacer un filtro de agua con un tubo
en la tapa de un balde y aprovechar la aspiradora casera; o incluso
adherir un respirador KN95 al contorno de su salida de aire. En
exteriores, los respiradores N95 nos evitarían una multitud de
agravamientos en niños y adultos mayores, aparte de extender la
sobrevida saludable de todos; ni qué decir cuánto evitaríamos todas
las enfermedades respiratorias en las salas de clase, más ante una
pandemia en pleno curso. ¿Qué cuidado nos brinda el Gobierno?
Luis León Cárdenas Graide
Ingeniero Civil en Computación, Universidad de Chile
Diplomado en Ciencia e Ingeniería de Datos, Departamento de Ciencias de la Computación, Universidad de Chile