Periodista.
No participaba de las manifestaciones. Fabiola Campillay, de 36 años, iba camino al turno de noche de su trabajo en la comuna de San Bernardo, cuando recibió en el rostro el impacto de una lacrimógena disparada a corta distancia que la dejó ciega.
Cerca de las 20:30 horas del martes 26 de noviembre, Campillay, madre de un niño de ocho, esperaba un bus de acercamiento a la planta de Carozzi de Nos. Estaba con su hermana, quien había decidido acompañarla por temor a los disturbios del sector. Fue ella quien en un punto de prensa aseguró que “los Carabineros salieron de repente y nos dispararon”, pese a que en el sector “no había gente que estuviera manifestándose, no había jóvenes, nada, nosotros íbamos saliendo y nos encontramos con Carabineros y nos dispararon”.
La mujer narró que pidió ayuda a los uniformados, “mi hermana estaba sangrando, yo creí que se moría mi hermana, el Carabinero me tiró otra bomba que le sacó el seguro y me la tiró a los pies, fue todo lo que hizo y yo le dije se está muriendo, se está muriendo, ayúdame, no me quisieron ayudar ”. Agregó que finalmente fueron los vecinos quienes colaboraron a trasladarla al hospital.
Dos personas ciegas por acción de la policía
Frente al caso, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) presentó una querella por homicidio frustrado contra Carabineros. La entidad informó que de acuerdo a los médicos que atendieron a Campillay, la lacrimógena astilló huesos del frontal, nariz y órbita. Fue intervenida en el Centro Oftalmológico Láser y luego trasladada hasta el Instituto de Seguridad del Trabajo, donde recibió atención médica para salvar la visión de su ojo derecho. Sin embargo, esto fue imposible y, en horas de la tarde, se informó que el glóbulo ocular fue destrozado por dentro.
La trabajadora es la segunda persona que queda ciega por la acción de Carabineros. La primera fue el joven estudiante de psicología, de 21 años, Gustavo Gatica, quien recibió el impacto de perdigones en ambos ojos.
Sergio Micco, director del INDH, manifestó que no es posible que en menos de un mes haya dos personas que han perdido la visión completa por la violenta acción de la policía, que no se condice con los protocolos que deben seguir.
Agregó que el caso de Fabiola viene a corroborar que “todo procedimiento policial tiene que ser con absoluto apego, respeto y protección a los derechos humanos. Sin embargo, ello no está ocurriendo y cada vez hay más víctimas de la violencia policial”, situación que ya se había advertido.
Micco ha sido enfático en señalar que los protocolos no se están aplicando bien, desde la perspectiva que el INDH ha observado más de 161 manifestaciones en la que se emplean perdigones, a pesar de que no haya un riesgo físico e inmediato para el carabinero que hace uso de éstos.
Entretanto, la Municipalidad de San Bernardo, también se querelló a favor de la trabajadora: “De acuerdo al inaceptable hecho ocurrido ayer en la comuna, el cual se vio gravemente afectada Fabiola Campillay, vecina de Villa 5 Pinos, informamos que este municipio ha interpuesto una Querella Criminal contra quien resulte responsable“, anuncióen sus redes sociales.
Violaciones a DDHH y Reforma a Carabineros
En su informe por violaciones a los derechos humanos en el marco el estallido social, Amnistía Internacional advirtió sobre el Uso Indiscriminado de Lacrimógenas y de Armas Potencialmente Letales.
La organización señaló que a pesar de que el derecho internacional exige que las armas de fuego con munición potencialmente letal, como perdigones de goma, sólo sean utilizadas de forma excepcional para casos donde esté en peligro la vida o integridad de una persona y de tal forma que se cause el menor daño posible, se registró el uso constante e inadecuado de escopetas en contextos de protesta, “Este análisis demuestra que carabineros (y en menor medida el ejército) ha usado escopetas tipo BenelliM3 y Escorts Aimguard con munición potencialmente letal de forma injustificada, generalizada, indiscriminada y en muchos casos apuntando a la cabeza”, denuncia.
Asimismo, corroboró el uso de gas lacrimógeno de manera inadecuada y en cantidades alarmantes en al menos 11 eventos, así como en hospitales, universidades, viviendas e incluso colegios, afectando seriamente a niños, niñas, adolescentes y otras poblaciones que requieren especial cuidado.
De igual manera, el informe de Human Rights Watchtambién denunció, entre otros excesos, el uso indiscriminado e indebido de armas y escopetas antidisturbios y cartuchos de gases lacrimógenos dirigidos directamente contra los protestantes.
Ambos organismos de Derechos Humanos coincidieron en sus conclusiones en la urgente necesidad de una reforma a Carabineros, debido a los graves abusos y violaciones a los derechos humanos cometidos durante las jornadas de movilizaciones, dese el 18 de octubre a la fecha, tanto contra manifestantes como transeúntes.
