Periodista
Ya lo decía el pórtico del Oráculo de Delfos, en la Grecia Clásica: “Conócete a ti mismo”. Desde entonces, y presumiblemente desde antes, esta tarea ha sido central para la vida consciente del ser humano. Entre las diversas formas de enfrentarla, el Eneagrama ha tenido un desarrollo que aúna vertientes tanto tradicionales como actuales.
Sobre esta materia es que, a partir de este jueves 26, Eduardo Yentzen, escritor, terapeuta transpersonal y experto en la materia –además de recordado como director y fundador de la revista La Bicicleta- dictará un taller de 12 sesiones (tres meses) semanales.
El Eneagrama en sí es un símbolo que representa las tres leyes fundamentales del universo. Desarrollado por una o más escuelas espirituales (se le ha atribuido principalmente a esenios, escuela mística del mundo judío en la que se cree fue iniciado Jesús, y a sufís, en la tradición mística islámica), es recuperado para Occidente por George Gurdjieff –místico armenio y una de las figuras más importantes de la espiritualidad occidental- en las primeras décadas del siglo pasado.
En la segunda mitad de la misma centuria es resignificado por Óscar Ichazo, pensador y maestro espiritual boliviano avecindado en Arica, donde enseña, y llevado a las corrientes humanista y transpersonal de la psicología en Estados Unidos por el siquiatra Claudio Naranjo y por el propio Ichazo quien se radica en ese país.
La corriente psicológica transpersonal conecta psicología y espiritualidad, y plantea un ser humano con potenciales más allá de su personalidad, por lo cual el Eneagrama se constituyó fácilmente en una herramienta muy potente en su práctica, ya que permite al ser humano trascender su personalidad condicionada y lograr niveles de mayor integración y armonía.
Tanto la psicología transpersonal como la teoría del Eneagrama postulan que cualquier persona adulta puede cambiar hábitos, formas de reacción y formas de relación, debido a que estas son aprendizajes condicionados, parte de su identidad condicionada; pero que no son la realidad de su ser, el que no requiere de estar sometido a la rigidez de sus formas aprendidas.
El Taller de Eneagrama
El Eneagrama plantea la existencia de nueve tipologías de la personalidad, las que describen el funcionamiento visible y oculto del psiquismo humano. Esto lo convierte en un excelente mapa para el autoestudio y el desarrollo personal, mediante el cual es posible reconocerse, comprender fortalezas y debilidades; entender el modo en que cada uno funciona en la vida y el tipo de situaciones y personas que las personas atraen y rechazan. Igualmente permite darse cuenta de qué aspectos es necesario soltar y cuáles aprender para equilibrar la vida y encaminarse a las metas, así como descifrar y comprender a las otras personas con las que cada quien se vincula.
El presente taller de Eneagrama combina la exposición de los fundamentos de la psicología transpersonal, la descripción de la formación y funcionamiento de nuestra personalidad, así como la descripción de cada tipología, junto al autoestudio de la persona para reconocer su tipo principal y sus tipos secundarios, y como visualizar las direcciones para su sanación. El proceso de sanación propiamente requiere un taller terapéutico, siendo este uno que podría considerarse como pre-terapéutico, abierto en todo momento a preguntas y aclaraciones.
La personalidad desde el Eneagrama y la sanación
Un sistema con nueve centros de gravedad. Así considera el Eneagrama a la personalidad. Dicho de otro modo, la personalidad está estructurada en torno a nueve grandes formas de ser, a las que el ser humano está condicionado a responder desde un amor condicional. Es decir, te amo a condición de que seas generoso, correcto, exitoso, fuerte, obediente, etcétera.
Estas grandes condiciones son las fijaciones o formas de ser de la personalidad. El Eneagrama también describe nueve pasiones o fijaciones emocionales asociadas a estas ‘condiciones para el amor’. La sanación psicológica desde el Eneagrama –y desde la psicología transpersonal- es comprendida como un paso de la personalidad a la esencia, lo que significa el paso de un psiquismo condicionado a un psiquismo no-condicionado. Este psiquismo no-condicionado no es una creación nueva, sino que habita en nosotros bajo nuestra personalidad, como la tierra bajo el cemento de las calles.
El conocimiento de nuestro tipo aporta a nuestra sanación desde el autoconocimiento de nuestras formas e integración de ellas, mediante su desidentificación y desrigidización.
Eduardo Yentzen y el Eneagrama
Interesado durante muchos años en las enseñanzas de Gurdjieff y de Óscar Ichazo, conoció a Claudio Naranjo en el año 1982 a quien entrevistó en varias ocasiones. Entre esas conversaciones y lecturas sobre sus libros en relación a esta herramienta, se fue adentrando en ella, hasta convertirse en miembro de la directiva de IEA-Chile, capítulo chileno de la Asociación Internacional de Eneagrama. Fue ua valiosa experiencia, plasmada en la edición del libro “Los mundos del Eneagrama: miradas desde Chile”, en conjunto con 15 autores chilenos, en que colabora con un texto.
Asegura que, junto a su aprendizaje teórico, ha avanzado él mismo en su autoestudio, a la par de dictar talleres y cursos sobre el tema, desde un enfoque transpersonal, en los últimos 15 años. Esa experiencia lo lleva a asegurar que “lo valioso del Eneagrama es, en primer lugar, su conexión de lo psicológico con lo espiritual, lo que coloca su aprendizaje desde una búsqueda de desarrollo y transformación, en la perspectiva de un sentido de vida y de una armonización de nuestra personalidad. Además de ello es un conocimiento que presenta nuestro psiquismo como poseedor de distintos niveles de desarrollo, desde la condición más malsana, hasta la condición más elevada.
Finalmente, su descripción de los tipos es muy amplia y sutil”.
Quienes se interesen en este taller pueden tomar contacto directo con Eduardo Yentzen en el correo [email protected]
