Médica y psiquiatra – Vicepresidenta del Partido Socialista
Próximos a plebiscitarse el texto impuesto por los republicanos para una nueva constitución, surgen reflexiones en torno al empobrecimiento que experimenta la política chilena y el daño poducido a la democracia. Uno de ellos corresponde a los nuevos grupos políticos, que aspirando a una recomposición del esquivo centro político, actúan con un pragmatismo que contradice su pasado concertacionista y antipinochetista que mantuvieron por varias décadas.. Son los Demócratas y Amarillos quienes no han dudado de sumarse a las fuerzas de derecha, en la decisión de Aprobar el texto constitucional del 17 de diciembre. Y Lo hacen como si no repararan que se trata ahora de un sector encabezado por las formas extremas del pensamiento conservador y del capitalismo globalizado neoliberal, una fuerza dominante que ya los obligó a desdecirse del valioso acuerdo alcanzado en la Comisión de Expertos.
Es así entonces que aquella consigna tan fuerte, la de construir “Una que nos una”, que constituyera idea central y razón fundamental de la campaña del Rechazo, dejó de ser una exigencia, ni siquiera un elemento importante a considerar en esa subordinación a lo que constituye el verdadero programa político de un sector que lo impone, asegurando además su inamovilidad
Resulta lamentable apreciar el nivel de contradicción que líderes de los partidos en formación han mostrado en sus discursos. La larga trayectoria política y el amplio espacio público de que gozan, a todos ellos les cabe una especial responsabilidad política su conducta al sumarse a la negación del progresismo d hace muy poco tiempo el que formaron parte…y gravemente contradictoria con las convicciones expresadas hace muy poco tiempo atrás respecto a lo que debía ser una “buena constitución”, demandando, además, que fuera realizada “con amor”.
Debilitadas las convicciones, sobreviene el peligro del pragmatismo y el cálculo menor, las razones electorales y el empobrecimiento de la política, y con ello se acrecientan los mayores peligros del actual periodo : la desconfianza que experimenta la ciudadanía hacia los políticos y el grave debilitamiento que sufre la democracia.
Muy valioso resulta que, en contraposición a ellos, expertos independientes, personalidades políticas y voceros influyentes, levantaron su voz a favor del Rechazo, manteniendo con clara consistencia su anterior demanda :por una Constitución capaz de unir al país en un marco que satisfaga a todos y todas. Mostrando una lucidez política que los protege de caer en pragmatismos menores, reconocen que es en el debate democrático donde deberán definirse las modificaciones legislativas y las políticas publicas que permitan resolver los graves pendientes que en el campo de los derechos económicos, sociales y culturales se mantienen en nuestro país.