Sociólogo.
“La luz es sepultada por cadenas y ruidos, en impúdico reto de ciencia sin raíces. Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes, como recién salidas de un naufragio de sangre.”
Federico García Lorca. Poeta en Nueva York 1929.
En este oficio de decir, como siempre, o casi a veces, uno recuerda, piensa y hace como que escribe, para que el otro que no conozco -tal vez tú sí-, haga como que lee y pareciera que hemos hablado. En el silencio de las cosas sin cuerpo.
El escritorio digital, aislado de las horas, reemplaza las notas escritas en papel, por archivos luminosos, que sin saber de las ventoleras que describen haber visto, viajan por el mundo que se detiene con un timbre, para que nuevas tormentas vengan a revolver los papeles que no han sido.
Durante la semana, había juntado archivos de mis lecturas sobre Geoingeniería, que parece ser el próximo paso que estaremos dando, pueblos y gobiernos, tras las transnacionales y los cadáveres, y me disponía a encontrar el tiempo del no tiempo para redactar, cuando por la ventana abierta del computador, llegó un nuevo viento que despeinó el aire, para ordenar la brisa.
Y es que la COP Azul -aunque no nos demos cuenta-, está en el umbral de una nueva era geológica.
Antropoceno.
He aquí, que mi correo anunciaba que los veintinueve miembros del Grupo de Trabajo Antropoceno (AWG) de la Sociedad Geológica Internacional, venían
de apoyar la designación de “Antropoceno”como la nueva era geológica en la cual nos encontramos. También votaron a favor de determinar el comienzo de la nueva época,en la década de 1950, cuando por primera vez en la historia, se encontraron residuos radiactivos de explosiones de la bomba atómica en los cinco continentes.
Nueva era geológica de la humanidad, que sucede al Holoceno, el Antropoceno, fue propuesto en 2000 por el químico Paul Crutzen, al constatar que los aerosoles, tenían la propiedad de afectar el hoyo de ozono. Desde entonces, la denominación, que ha tenido indudable reconocimiento y difusión más allá de los medios científicos, ha debido atravesar por una serie de etapas en el proceso de su validación oficial y definitiva, por la Unión Geológica Internacional.
Nuestra población humana en rápido crecimiento, aceleróentonces como nunca antes el ritmo de la producción industrial, la concentración de la población en las ciudades, el uso de productos químicos en la agriculturay farmacéuticos, así como evidentes avances científicos en medicina, que permitieron un enorme crecimiento poblacional. Otras actividades humanasse sumaron al período de “la gran aceleración” como los viajes, dejando una marca indeleble en la superficie de la tierra que hoy busca se reconoce. Al mismo tiempo, las primeras explosiones de bombas atómicas cubrían el planeta con residuos radiactivos,que,al incrustarse en los sedimentos y el hielo glaciar, se convirtieron en parte determinante del registro geológico.
Para quienes han seguido esta compleja discusión científica, que busca establecer una nueva era,síntesis de unidad geológica de tiempo, procesos y estratos, los resultados de la votación no sorprenden, ya que consolidan una primera decisión informal que se tomó en 2016 en el Congreso Geológico Internacional en Ciudad del Cabo, sin embargo, es notable que consolide la opción defendida entonces,que determina el inicio de la nueva era determinada por la actividad humana, a partir de las explosiones nucleares, que también marcan elfinal del Holoceno.
A principios de junio, habrá una reunión en Berlín para coordinar los próximos pasos de la investigación, en que se espera identificar,en el globo terráqueo un marcador geológico definitivo o «pico de oro” (GSSP) como se lo denomina técnicamente, para presentar su propuesta formal, que representa el inicio de la nueva época geológica. Varias etapas, serán aún desarrolladas por la Comisión Internacional de Estratigrafía -encargada del proceso-, antes de presentar su propuesta definitiva, a la ratificación finaldel comité ejecutivo de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas, lo que se ha programado para el 2022.
COP25: La COP Azul.
Mientras tanto, continúan las actividades oficiales de coordinación internacional para determinar temas, plazos y objetivos, de la que ya ha sido oficialmente reconocida por el gobierno como COP Azul(Blue COP, en inglés en el original), la que se realizará acá, en diciembre. Esta denominación, que busca poner el acento sobre la importancia del océano en cualquier estrategia que busque hacer frente al cambio climático, y ha sido concebida para incorporar los mares, en las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) de los países, tiene además el propósito de sincronizar los Acuerdos de París, con los Objetivos ODS.
Así Bruselas, Madrid y Tuva/Fidji, en febrero, mayo y abril de este año, respectivamente, han servido de lugares de reunión a la coalición intergubernamental “Porque el océano”, creada en la COP21 de Paris, para afinar la agenda temática que será aún discutida en Nueva York en septiembre y sancionada, con acuerdos de importancia en Chile, en la COP Azul. Las reuniones del Grupo especial de océanos y cambio climático, seguirán el 2020 en Portugal y Nairobi.
Como lo establece la Declaración de Bruselas[1] Las Conferencias Nuestros Océanos de UN, suscriben los compromisos asumidos en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en particular con respecto a los ecosistemas marinos y océanos, así como las Metas de Aichi del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).
De la misma manera, el documento alienta a las Partes del Acuerdo de París a “considerar la posibilidad de enviar Contribuciones Determinadas Nacionalmente (NDC, por sus siglas en inglés) que promuevan, según corresponda, la acción climática ambiciosa para minimizar los efectos adversos del cambio climático en el océano y contribuir a su protección y conservación”.
La Declaración también subraya la importancia crítica de la formulación de políticas basadas en la ciencia y reconoce el importante papel de la sociedad, en la acción cooperativa a nivel regional, en las organizaciones regionales de ordenación pesquera, los convenios y planes de acción marinos regionales y otros foros relevantes, para reforzar el conocimiento, compartir capacidades y fomentar la cooperaciónen políticas y gestión eficaces de investigación marina, innovación y protección ambiental, para garantizar una utilización sostenible a largo plazo de los recursos marinos y una mayor seguridad alimentaria.
A los dos informes que recientemente ha entregado la comunidad científica internacional, el IPCC sobre los efectos de un aumento global de la temperatura de 1,5°C y el de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) que evalúan el estado de la biodiversidad y de los servicios que proporcionan los ecosistemas, como contribución para tomar decisiones informadas sobre políticas, solicita a la comunidad internacional que examine detenidamente el Informe especial del IPCC sobre el océano y la criósfera en un clima cambiante (IPCC -SROCC) que se publicará en septiembre de 2019.
Se consideró con profunda preocupación, los hallazgos del Informe especial del IPCC sobre el calentamiento global de 1,5 ° C (SR1.5), que confirma inequívocamente los impactos negativos del cambio climático, incluso en el océano, y su conclusión, que limitar el calentamiento, a 1,5 ° C por encima de los niveles preindustriales, reduciría considerablemente estos impactos, pero requiere una acción global inmediata en todos los sectores, a fin de reducir las emisiones netas antropógenas de CO2 en un 45% en un 45%. 2030 en comparación con 2010 y alcanzar emisiones netas globales alrededor de 2050.
Junto con subrayar que según el IPCC SR1.5, las NDC actuales no son suficientes para cumplir con los objetivos de temperatura a largo plazo del Acuerdo de París, se instó a todos los países, actores no estatales y organizaciones internacionales, a que consideren los caminos hacia la resiliencia y el desarrollo sostenible, las opciones de adaptación y los límites que se identificarán en el IPCC – SROCC.
Se espera que el lanzamiento del SROCC, ayude a llenar las brechas de conocimiento y a aumentar la conciencia sobre la necesidad de incorporación del Océano al trabajo de la CMNUCC.Se reconoció que, si bien la mitigación es el objetivo principal de las NDC, las medidas de adaptación a los impactos del clima en el océano y las costas, son un componente esencial que merece incorporarse en las NDC y otros elementos de la CMNUCC, de manera que promueva la apropiación y la sostenibilidad del clima y la acción oceánica en los países en beneficio de las comunidades locales y sus medios de vida.
Este nuevo informe científico extraordinario, delIPCC-SROCC (septiembre 2019), será el más completo y actualizado, y considerará los riesgos biofísicos y ecológicos actuales y futuros de aumento del nivel del mar, los estados de las dinámicas del hielo y las calotas polares, así como sus impactos económicos, políticos, culturales, sociales y psicológicos, el desplazamiento y el reasentamiento, así como los efectos del cambio climático en los ecosistemas marinos y los medios de vida de las comunidades dependientes, y las implicaciones de diferentes medidas de mitigación.
En la más reciente reunión de mayo de 2019, en SUVA/Fidji, en línea con las reuniones anteriores, se consideró el estado del conocimiento sobre el clima y el cambio oceánico, las sinergias y brechas en el clima y las acciones oceánicas y las perspectivas nacionales sobre el nexo océano-clima, pidiendo a todos los países que se comprometan y apoyen el Decenio de las Naciones Unidas de la Ciencia Oceánica para el Desarrollo Sostenible (2021-2030).
Focos de la reunión, fueron los temas de oportunidades y riesgos derivados del papel de los océanos en el secuestro y almacenamiento de carbono, la importancia de los ecosistemas de carbono azul para la adaptación y la mitigación, energía azul limpia y sostenible, transporte marítimo descarbonizado de personas y mercancías y gestión sostenible de la pesca, conservación y adaptación al cambio climático.
También en Suva, se acordó aprobar el “Llamado a la Acción de Talanoa” presentado en la COP24 y pedir a todas las Partes en el Acuerdo de París que consideren los resultados, aportes y productos del Diálogo de Talanoa, en la preparación de sus NDC y las estrategias a largo plazo de desarrollo de bajas emisiones de gases de efecto invernadero.
Las recomendaciones generales de la serie de reunionesdel grupo especial “Why the Ocean”deberían publicarse en el momento de la entrega del Informe especial sobre el océano y la criósfera en un clima cambiante por el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC), en septiembre de 2019 y se señalarán a la atención de la 51ª sesión del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Clima de 2019 y la 25ª sesión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 25 del CMNUCC).
Los participantes del taller felicitaron a la Presidencia de la COP25 por convocar una COP Azul en Santiago y esperan apoyar los esfuerzos de Chile a lo largo de su presidencia, que se espera, junto con lograr incorporar al océano en el trabajo de la CMNUCC,facilite la coherencia estratégica de una mayor integración de los escenarios y preocupaciones de cambio climático en las discusiones internacionales sobre gobernanza,en un mundo vulnerable por la pobreza y la inequidad.
[1] Declaración de Bruselas, Bélgica, 19 de febrero de 2019.
