Sociólogo.
(¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Para dónde vamos? Pintura de Paul Gauguin, 1897)
Shu jo muhen seigan do. Mis errores son incontables, hago la promesa de corregirlos todos.
Bono mujin seigan dan. Los seres vivos son infinitos, hago la promesa de salvarlos a todos.
Homon muryo seigan gaku. El saber es inconmensurable, hago la promesa de saberlo todo.
Butsu do mujo seigan jo. La vida de Buda es incomparable, hago la promesa de hacer la mía igual. (Las cuatro promesas del budismo mahayana que orientan nuestra existencia. En transliteración del japonés).
Con ocasión de esta fecha memorable como la que más, del 11 de septiembre de 1973, en Santiago, que nos tuvo como los iniciadores del experimento neoliberal, última fase del proceso de acumulación capitalista, que se repitió el mismo día 11 de septiembre del 2001en New York, con la demolición de las Torres Gemelas, para dar paso a su mundialización definitiva, con la guerra de USA contra Irak y Afganistán (junto a muchas otras, en todo el mundo, aún vigente luego de 18 años), escribo dos notas de importancia oracular. Así no fuera más que la que pueden tener dos tesis frente al espejo digital en que vemos correr nuestro pensamiento.
La primera es que neoliberalismo y Cambio Climático se iniciaron en Chile hace 45 años -de los cuales ahora empieza el 46- y la segunda, es que ahora se ha cerrado el ciclo comenzado entonces y que cómo son las cosas del espíritu, basta, para que virtualmente se haya acabado el sistema capitalista y se inicie la historia de la humanidad.
El Cambio Climático Empieza con el golpe de Estado en Chile.
Habremos de volver sobre estos temas que nos ocupan la vida, pero unas pocas palabras de exergo son necesarias para establecer el relato. Desde luego, que la industrialización capitalista, que es la que genera las emisiones de gases invernadero es anterior al golpe de Estado del 73 en Chile. Sin embargo, ello no había sido aún detectado por la comunidad científica, ni mucho menos por los hacedores de política. Recordemos que la Convención de Roma es de 1972 y la conferencia de Río, la cual da inicio a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) es de 1992, sino que la forma extrema y verdaderamente salvaje del modelo de apropiación y mercado en que todo se vuelve mercancía y no hay esfera de la actividad que pueda escapar a esa condición, sirvió de empuje definitivo para un tema del que no se había aun adquirido la consciencia necesaria, y que con el neoliberalismo su forma de expresión máxima, objetivada en el Colapso Climático.
Anteriormente hemos dado cuenta de las discusiones de la Unión Geológica Internacional, para determinar la fecha de inicio del Antropoceno, o nueva era geológica en la cual la actividad humana ha modificado la geología de la tierra. Ese proceso de transformaciones empieza unos 10 mil años AC, con el conocimiento de la agricultura y la sedentarización, durante la revolución neolítica, sin embargo, el comienzo del ya ampliamente reconocido Antropoceno y el fin del Holoceno, se determinan en los años 50, por la existencia de partículas radioactivas, provenientes de las explosiones nucleares, en los cinco continentes.
De la misma manera, postulamos que el Colapso Climático , se inicia con el golpe de estado de 1973 en Chile, cuando el experimento de la privatización de todo, alcanza su forma superior, irrestricta, total, sin trabas de ningún tipo y donde las débiles leyes que podrían defender la naturaleza, el resto de los humanos y nosotros, se encuentran fragilizadas al extremo de su no aplicación, frente a los intereses superiores del mercado, garantizados por la constitución de la dictadura, ella misma ilegal pese al inconsistente maquillaje que se le hizo durante un gobierno de la concertación para autentificarla.
Constatemos al pasar, para hacer evidente la pesada ideología cultural, que asume el neoliberalismo en nuestra sociedad, el absurdo de estar en una sequía prolongada, de ya diez años, que tiene al país sin agua para el consumo y declaración de emergencia hídrica en 17 comunas, poniendo en severo riesgo la supervivencia, justo antes que comience la “temporada de incendios”, que casi sin dudas ha de ser una de las más virulentas, sin que en ninguna parte de nuestra institucionalidad política, se llegue a cuestionar el que el agua, esté privatizada, como en ningún país del mundo.
El Bien Común se Opone a la Propiedad Privada
Hace ya 9 meses que, en este sitio, venimos reflexionado sobre las distintas dinámicas científicas, sociales y políticas qué implica la COP 25. Dada la gravedad de la situación, hemos planteado con insistencia, que ya no caben en la dimensión institucional de Business As Usual, en la cual tratan de presentárnosla los hacedores de negocios, que casi siempre son iguales -o los mismos- qué los hacedores de política. Ninguno es más evidente y más pesado en consecuencias, que la condición de bien privado, en que la dictadura dejó el agua.
Con el retardo qué implicó anunciar la preparación del espectáculo, cuando las cartas financieras ya estuvieran repartidas, el gobierno anunció en marzo, sin pompa y con la estricta circunstancia que la propaganda requiere, qué Chile había sido designado para acoger la COP 25. Frente a la que nos pareció la desafortunada declaración de la ministro encargada -que señaló que este era el hecho más importante que se vivía en Chile desde el mundial de 1962-, recordé qué en realidad, el hecho de repercusión mundial más importante vivido en Chile, no era el mundial del 62, sino el golpe de Estado del 73.
Somos testigos del colapso climático y de la incapacidad de reconocerlo, o más bien, de cómo, la ansiedad por la ganancia y la ceguera del crecimiento infinito, han impedido que la humanidad tome las medidas necesarias para que este se detenga. Ni siquiera porque el año pasado, el secretario general de Naciones Unidas dijo, recogiendo el informe del IPCC de 1,5 grados, que nos quedaban 12 años antes de que se desencadenara una catástrofe irreversible. O ni porqué unos meses después, la plataforma del IPBES de la Convención de la Biodiversidad señaló que había un millón de especies en extinción. No se han detenido las extracciones de hidrocarburos fósiles, ni las guerras que inevitablemente las acompañan, ni la producción masiva de automóviles, ni la privatización del agua…, sino por el contrario, hemos visto como el año pasado fue el de las mayores emisiones globales de dióxido de carbono jamás emitidas, igual que las temperaturas han sido las más altas y los deshielos los más significativos en lo que probablemente hayan sido los últimos dos millones de años.
Este mes de septiembre, antes de la Cumbre del clima de NU en New York, citada por su secretario general, y la misma semana que se esté desarrollando en todo el mundo la Huelga Mundial por el clima, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, (IPCC) entregará su reporte especial sobre el estado de los océanos y la criósfera, en un mundo de Cambio Climático, SROCC. El informe nos dará una actualización científica, sobre estas materias, de lo que ya sabemos es un avance dramático y exponencial de los efectos desastrosos causados por el sistema capitalista.
Este año, que ha sido el más cálido del que se vaya a tener registro, donde el mes de julio batió récords de calor en el hemisferio norte, donde los monzones han asolado la india, Bangladesh y Japón y -más cerca de nosotros-, en América Latina, el huracán Dorian repite sobre los USA su rastro de muerte, que se inició con Katrina y el año pasado en Puerto Rico -aunque los gobernantes de ese país niegan sus causas sin empacho-, y cuando los desastrosos incendios del Amazonas nos hacen evidente y necesario entender que el centro de la cuestión es político, y que concierne al bien común de todos, nos ha parecido necesario decir claramente, que el Bien Común, se opone a la propiedad Privada. El Bien común es contrario a la Propiedad privada.
Como la Ambición Personal está a las Antípodas de la Generosidad Colectiva
Hemos tratado de explicarnos esta situación, haciendo una analogía con el mundo del psicoanálisis, dónde sabemos que la realidad, por evidente que sea, sólo se reconoce sí nuestra emoción y el sentimiento permiten el juego de la razón. En lo que llamamos la disonancia cognitiva así también vemos qué la sociedad ha ido refinando todas sus piezas, para que la máquina ya no considere a los humanos que la forman. Así, tenemos en todo el mundo una verdadera epidemia de regímenes totalitarios, con ropajes de democracia, que atentan contra los valores humanos y sus derechos sistemáticamente , sin que ello pareciera ya ni siquiera sorprendernos, habituados que estamos a sus dinámicas, que probablemente también elegimos, sometidos al fetichismo de las tecnologías que parecieron permitirnos todo, mientras todo nos quitaban.
Y si este año de sincronías, ocurren los 25 de la COP a los 45 que hoy son 46, del golpe de Estado, ambos en el territorio este que nos hemos acostumbrado a llamar Chile, aunque con dificultad podamos decir que es nuestro, sobre todo, se cumple el ciclo de volver desde donde partimos y es posible que viendo el resultado de lo que hemos hecho en 45 años, al menos recibamos la conciencia de lo que debe ser. Así ha ocurrido siempre en la historia humana: una formación económico social nunca desaparece, hasta no haber agotado las posibilidades de desarrollo que lleva en su seno.
Y si -como nos dice la Odisea, del Aeda Homero-, un águila surcó el cielo con una paloma atrapada en sus garras, el día de la prueba del arco, que marcó el retorno de Odiseo a Ítaca, después dela guerra de Troya, también Atena hubo visto en el cielo el augurio funesto, una mañana del 11 de septiembre -algunos años después-, cuándo unos Hawker Hunter, con el vientre lleno de bombas que iban a parir dictadura, en sus garras norteamericanas, llevaba a la paloma de la democracia, de este largo país del Sur, que hoy frente a la COP 25, despierta.
