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COP25: Extinción Rebelión

Movilización social pacifista de Extintion Rebellion, Londres, mayo de 2019.

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“Que la vida física y espiritual del hombre está ligada con la naturaleza, no tiene otro sentido que el de que la naturaleza está ligada consigo misma, pues el hombre es una parte de la naturaleza.»

Marx, Karl, Manuscritos económico-filosóficos de 1844.

Los tres informes del Desastre Climático.

Hay años en que se suceden y aceleran las informaciones significativas respecto al caos climático. Este parece ser uno de ellos. No es de extrañar, siendo el último antes de que se empiecen a aplicar los Acuerdos de Paris en 2020. El proverbial silencio que en nuestro país existe sobre la materia, también se ha visto alterado, gracias a que son cada vez más las situaciones extremas -físicas y sociales- que se producen en el mundo, que ya son relacionadas, con el desastre climático, las emisiones de gases invernadero que los causan, y -last but not least-, con el hecho que la Cumbre Climática que conocemos como COP, en su 25ª edición, se realizará en Santiago.

El hecho, la conciencia y la discutible oportunidad, coinciden pues, como muy pocas veces lo han hecho. Kioto en 1997, Copenhague en 2009 y Paris el 2015, pueden haber sido las situaciones análogas a este año, en que la comunidad internacional vuelve a poner los ojos en Naciones Unidas para enfrentar el desastre.

Y es verdad que sólo la comunidad de naciones podría hacer algo para detener el cauce a la irreversibilidad que ya parece inevitable. Como en las veces anteriores, la nación más rica del mundo -y aquella que es la mayor emisora de GEI per cápita-, sigue reproduciendo su camino antihumano, contra la gran mayoría de los países de la comunidad internacional. USA no firmó el Protocolo de Kioto, el único instrumento vinculante que se logró establecer en UN, Obama no lo ratificó en Copenhague y la actual administración, decidió salirse del Acuerdo de Paris, creando un polo de peligroso aislamiento, que sigue acercando la guerra entre las naciones, en lugar de promover el derecho a la autodeterminación y la paz.

Tres informes producidos en el último año, entregan por primera vez información científica total y complementaria, de la magnitud del desastre planetario en que nos encontramos y urgen a pensar colectivamente cambiar radicalmente los propósitos, las formas y las instituciones de lo político.

Entre la publicación del informe del Panel Intergubernamental de Científicos por el Clima (IPCC) AR15, de los efectos del aumento de la temperatura en 1,5°C, sobre un mundo de pobreza, la más reciente  información de la Plataforma de la biodiversidad (IPBES), también de UN, que establece la extinción de un millón de especies para el 2050, si no se revierte de manera radical la tendencia al progreso y al crecimiento, que ya a todos nos parece la única forma de concebir el sistema productivo, y la información de hace solo unos días del NOAA de los USA, que mide los niveles de concentración de partículas de CO2 en la atmósfera y que “ha causado alarma”, porque por primera vez desde que se realiza esta medición, se alcanzó el mes de abril, la cifra de 415 partículas de CO2 por millón (ppm), estamos completos. No queda espacio para el tiempo.

A propósito de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera terrestre, consignemos que esa cifra no sólo no se había alcanzado en el período industrial, ni en los aproximadamente 10 mil años desde que se produjo la revolución neolítica (que marca el descubrimiento de la agricultura, la sedentarización y el nacimiento de castas y clases especializadas), sino que, mucho más allá incluso de la aparición del homínido sobre el planeta, es la primera vez hace 3 millones de años, que una tal concentración (415 ppm) de CO2  existe en la atmósfera terrestre.

Así, ya tenemos información científica oficial, absolutamente validada e indiscutible, de la temperatura, las causas de su aumento y de los efectos que tiene en la vida del planeta. Por primera vez, todo junto. Esto es de una importancia vital que debe ser remarcada para tomar las medidas ya tardías y necesariamente extremas, qué son necesarias y dejar de considerar que el cambio climático es una oportunidad para los negocios. Simplemente porque en muy poco más, tan sólo unos años, no quedará quien pueda hacer negocios, ni planeta en que puedan hacerse.

Y aunque puede parecer extremo, y “no políticamente correcto”, o incluso “apocalíptico”, éste es el mensaje de Naciones Unidas y sus organizaciones. Esta es la realidad (honestamente, a nadie podría gustarle…) y no metafísica Berkeleyniana. En las primeras entradas de este sitio de COP25, hace ya cinco meses, dimos cuenta en “el reloj del juicio final”, de la Sociedad de Científicos Atómicos, quien hace análisis permanentes de política mundial -nivel de conflictos, tendencias, producción de guerras-, y cada año, en enero ajusta las manecillas de un reloj imaginario de doce horas, en el cual la harmonía y la paz mundiales serían las 00:00 y las 12:00, la hora de una la conflagración total.

Este reloj, concebido al fin de la segunda guerra mundial y operativo desde 1947, -que en la actualidad cuenta en su comité directivo con 15 premios nobeles-, a la amenaza del conflicto atómico que le dio origen, agregó en 2007 el Desastre Climático. Este año, al repetir la posición de las manecillas del año pasado en una posición toda próxima al fin, (“el nuevo anormal”) incorporó a los dos elementos del índice del desastre, ya señalados,  la amenaza de las “tecnologías disruptivas”, que constituyen una invasión masiva en todos los aspectos de nuestras vidas, desde la biotecnología en los alimentos y la salud, pasando por las comunicaciones en sus efectos de control, manejos electorales  y de salud, hasta la geoingeniería, para tratar el caos climático como un nuevo negocio, sin que cambie la forma de apropiación del mismo.

Como parafraseando lo consignado en los párrafos anteriores, esa publicación de análisis científico, considera que, de un total de 12 horas, nos quedarían 2 minutos. No es mucho… como para no ponerse nerviosos, o clamar por la ética social, como un “imperativo categórico”. Particularmente cuando los USA, luego de 18 años de guerra contra Irak y Afganistán, más recientemente Siria, Libia y el Yemen, y habiendo pasado por las amenazas contra Corea del Norte, ahora se enfocan en Venezuela y más recientemente en Irán.

Sin embargo, en UN se han dado cuenta y los tres instrumentos aprobados en 2015 (APA, ODS y RDD de Sendai), se rigen por los principios de la Agenda2030 (universalidad, no dejar a nadie atrás y fortalecer las alianzas globales) y constantemente, están generando indicaciones de política y gobernanza a los países miembros, aunque paradojalmente, éstos no se caractericen por informar a la gente de sus respectivos países, ni hacer sustentables sus decisiones internacionales, concebidas como cuestión de “especialistas” en un esquema de secretismo plutocrático, que -a la imagen del sistema capitalista que defiende-, ya también hemos terminado por concebir como la única manera posible de hacer las cosas.

 Así hay una Reunión del Alto Foro de Política en septiembre en NY, “concebida para inspirar acciones ambiciosas para terminar con la pobreza, responder a la amenaza del cambio climático y asegurar una vida saludable, pacífica y próspera para todos”. Como dice el llamado: “Este es un tiempo de gran incertidumbre en nuestro mundo. Discursos políticos polarizados, freno en la economía global, creciente inigualdad, proliferación de conflictos armados, rápidos cambios tecnológicos, y crisis medioambiental global”.

¿Qué se puede hacer mientras tanto?  Siempre es difícil, luego de haber hecho una pintura de colores tan marcados, decir que se necesita generar una mayor conciencia, porque en un momento en que los problemas son tan masivos, sugerir que en lugar de proponer una perspectiva “de acción”, construir conciencia a través del diálogo parece desfasado o algo inoportuno. Pero, aunque hemos llegado hasta aquí, el punto sigue siendo, que muchas personas, especialmente entre los sectores económicamente más poderosos, empresarios, el ejército, los servicios de la administración del Estado, aún no se han dado cuenta de los peligros que ellos también tienen, de un entorno en ruinas.

A medida que los casquetes de hielo se derriten, los océanos se calientan y crecen los niveles del mar, mientras los glaciares se desploman, vamos atravesando los límites de la delicada red de interdependencias que sustenta la vida en la tierra. Cuando nuestra inteligencia racional nos lleva a romper los límites entre los humanos y las máquinas, al tiempo que perdemos la capacidad de conectarnos con la supervivencia del planeta, con nuestra supervivencia como especie, empezamos a observar un futuro presente, en que la mayoría de los seres humanos pueden no ser necesarios.

Es bastante difícil articular por completo, la gran variedad de formas en que el cambio climático está creando riesgos relacionados con todo el espectro de nuestra forma de habitar en sociedad y relacionarnos con la naturaleza. En un mundo global de inequidad brutal como no se había tampoco producido, los impactos en la salud, la educación y las pensiones, debieran constituir los focos principales de nuestra acción concreta, más que nuevas formas de hacer negocios con los plásticos. Los riesgos climáticos contribuyen a la creación de cohortes de desempleados y migrantes. Hombres y mujeres jóvenes, sin educación suficiente para entender lo que les pasa, sin educación otra que la que se paga, sometidos a enormes presiones de supervivencia en zonas rurales del país, inmigrantes, viejos, pobres de todo tipo, creyendo que son “clase media” porque ven televisión y tienen teléfonos celulares…

Así al IPCC de octubre del año pasado, se ha sucedido el informe del IPBES sobre la extinción de las especies vivas y la biodiversidad, causando bien fundada alarma, aunque como en todos estos casos, no quede muy claro que habría que hacer, además de  solicitar acción efectiva, que se detenga la desforestación, que las tierras agrícolas dejen de ser el depósito de fertilizantes e insecticidas sin límite, que los hidrocarburos fósiles se dejen bajo tierra, que cese la locura extractiva, que bien vistas las cosas, sólo aprovecha a una minoría cada vez más pequeña, dejando cada vez más gente fuera del “progreso”.

La criósfera y la cumbre del Ártico.

La 11ª reunión ministerial del Consejo Ártico reunió a ministros de ocho Estados árticos (Canadá, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, la Federación de Rusia, Suecia y los Estados Unidos), líderes de las seis organizaciones indígenas participantes permanentes y otros interesados clave. La reunión se convocó en Rovaniemi, Finlandia, del 6 al 7 de mayo de 2019.

En la Declaración Ministerial Conjunta de Rovaniemi, los líderes reafirmaron su compromiso de mantener la región ártica como una de cooperación constructiva, paz y estabilidad. Los ministros también reafirmaron su compromiso con el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente ártico. Los ministros reafirman aún más su compromiso con el bienestar de los habitantes del Ártico y reconocen los derechos de los pueblos indígenas del Ártico, incluido el compromiso del Consejo de «consultar y cooperar de buena fe con los pueblos indígenas del Ártico» y apoyar su compromiso significativo en el Actividades del consejo.

Los líderes acogieron en con satisfacción el trabajo estratégico en curso e instruyeron a los oficiales superiores del Ártico (SAO, por sus siglas en inglés) para que continúen la planificación estratégica «para brindar orientación y mejorar la eficiencia y la eficacia del Consejo del Ártico», y seguir instruyendo a los SAO para que revisen los roles de las reuniones ministeriales, participantes permanentes e informen a los ministros en 2021.

Los ministros de siete de los ocho Estados árticos, reafirmaron su compromiso con el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente ártico y el bienestar de los habitantes del Ártico, en una declaración ministerial conjunta (de la cual USA se abstuvo) firmada en la 11ª reunión ministerial del Consejo Ártico. Los Grupos de Trabajo del Consejo publicaron informes sobre el cambio climático, la biodiversidad de agua dulce, la basura marina, la conectividad en el Ártico y muchos otros temas.

La reunión aprobó el informe «Estado del Biodiversidad de Agua Dulce del Ártico» del Programa de Monitoreo de Biodiversidad Circumpolar y solicitó una mayor cooperación para conservar la biodiversidad del Ártico. Con exclusión de Estados Unidos de Norteamérica, todos los participantes destacaron que el cambio climático es una amenaza importante para la biodiversidad. En la reunión se alentaron los esfuerzos para monitorear la biodiversidad de otros ecosistemas árticos y se dió la bienvenida al informe que señalaba progreso en la implementación de la Iniciativa de Aves Migratorias del Ártico. Los participantes reconocieron la importancia de la acción para abordar los impactos adversos de las especies exóticas invasoras, e instaron a la implementación de la Estrategia y Plan de Acción para las especies exóticas invasoras del Ártico.

La reunión también aprobó una evaluación sobre «Efectos biológicos de los contaminantes en la vida silvestre y los peces del Ártico», destacando los riesgos que los contaminantes transportados al Ártico representan para las especies y la seguridad alimentaria. El informe observa con preocupación los elevados niveles de contaminación por mercurio y los contaminantes orgánicos persistentes (COP) entre algunas poblaciones de peces y vida silvestre del Ártico. Una mayoría (con exclusión de USA), apoyó los esfuerzos adicionales a través del Convenio de Minamata sobre el Mercurio y el Convenio de Estocolmo sobre los COP. Los participantes aprobaron el informe de la fase 1 de “Gestión sostenible y resiliencia de los humedales árticos”, y alentaron el trabajo adicional sobre la conservación y restauración de humedales y los servicios de los ecosistemas de humedales. Sin la venia de USA, se destacó que los humedales del Ártico son factores críticos para el hábitat y como depósito de carbono.

Los participantes acogieron una serie de informes científicos sobre el medio marino, incluidas las ‘Directrices para la implementación de un enfoque de ecosistemas, para la gestión de los ecosistemas marinos del Ártico’, un informe sobre la participación significativa de los pueblos indígenas y las comunidades locales en las actividades marinas, la ‘Evaluación de la acidificación del océano ártico y un informe del estado del conocimiento sobre ‘Ruido subacuático en el Ártico’. La reunión también dio la bienvenida al estudio sobre basura marina, incluyendo los microplásticos y apoyó el desarrollo de un plan de acción regional para reducir la basura marina en el Ártico.

Referido a las poblaciones humanas de los pueblos del Ártico, la reunión reconoció la naturaleza interconectada de la salud humana, ambiental y de la vida silvestre, y alentó a seguir trabajando en la iniciativa “Una Salud”. Los participantes acordaron continuar priorizando el trabajo del Consejo sobre el bienestar mental y la prevención del suicidio. La reunión recibió con agrado los informes sobre el Ártico como región productora de alimentos, las mejores prácticas de gestión de desechos para las comunidades árticas pequeñas y remotas, las buenas prácticas para la evaluación del impacto ambiental y la participación significativa en el Ártico, y los logros de la Academia de Redes de Energía Remotas del Ártico. La reunión también adoptó el informe del Grupo de trabajo sobre conectividad mejorada en el Ártico, reconociendo la importancia de una conectividad asequible y de calidad para que los habitantes del Ártico participen en la economía digital.

En verdad, sólo nuestra ingenuidad Rousseauniana y décadas de martilleo incesante de los media en su función política, recién plenamente conocida hace unos años por las filtraciones del ex agente  E. Snowden-, permite entender que nos sorprendamos. Los USA, que ahora se han retirado de la CMNUCC, que no ratificaron el protocolo de Kioto y ya no estarán en el Acuerdo de Paris, no ratificaron la Declaración de Metz de los países del Ártico que señalamos, no estando de acuerdo en incluir ninguna mención al Cambio Climático.

Por el contrario, dando cuenta de lo que para cualquier persona (o Estado) resultaría razonable, el Secretario de Estado de los USA, destacó en su intervención frente al grupo ministerial del Consejo del Ártico, que “el derretimiento del casquete polar -que es navegable desde 2012-, debe ser visto como una enorme oportunidad de hacer negocios (…), que allí se encuentra el 13% del petróleo y el 30% del gas natural, además de ser el mayor reservorio de todo tipo de metales, incluidos oro y uranio”.

Toda la indicación científica, indica qué hay que dejar los hidrocarburos fósiles en la tierra, que se deben suprimir los subsidios a los hidrocarburos fósiles, que hay que poner impuestos mucho más altos a la riqueza extrema, para disminuir la pobreza, poniendo en acción mecanismos legales e institucionales redistributivos. Hay muchas medidas prácticas, que derivan directamente de los resultados que el IPCC y el IPBES, así como las alzas de concentración de CO2 en la atmósfera que hemos mencionado. Sin embargo, debemos constatar que las políticas globales (USA) que niegan la existencia del cambio climático, son una realidad que afecta la vida en el planeta. Aunque no vuelvan a lanzar las bombas atómicas con que nos amenazan.

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