Camilo Escalona Medina, Secretario General del Partido Socialista
Hay personeros en el amplio espacio socialista, con o sin militancia partidaria, cuyas reiteradas declaraciones confrontacionales a las reformas sociales les sitúan ya no en el centro, sino que más allá en el escenario político nacional. En particular, sus dichos se distinguen por sus continuos y alevosos ataques al Presidente Boric y su gobierno.
Al parecer, esos “desmarques” proseguirán en las próximas semanas, la razón son encuestas que indican que la popularidad gubernamental atraviesa dificultades en las mediciones con que se acostumbra valorar la acción del Presidente y sus colaboradores.
Sin embargo, en esta ocasión, hay un suceso determinante de la política nacional que no se toma en cuenta. Está ya a las puertas el Plebiscito del 4 de Septiembre de cuyo resultado saldrá una nueva Constitución nacida en democracia o se prolongará, indefinidamente en el tiempo, la Constitución de 1980, la que instaló Pinochet sobre la más cruenta represión del pueblo chileno y sus organizaciones sociales y políticas.
Por lo tanto, independientemente de las diferentes valoraciones de los últimos “30 años” y diversas materias de la contingencia, el socialismo chileno apoya al Presidente Boric y asume los desafíos de su gobierno como propios. No es solo el tema de la gestión gubernamental. Se trata del esfuerzo para dotar a Chile de una nueva Constitución, nacida en democracia.
Ambos aspectos se unieron y no hay como separar uno de otro. Así, el ataque al gobierno golpea a la nueva Constitución y viceversa. Por eso, la ceguera sembrada dando rienda suelta a los ánimos anti gubernamentales resulta muy perjudicial.
En ese esfuerzo no ayuda en nada una posición inmovilista porque necesariamente el texto constitucional tendrá que corregirse y adaptarse a las exigencias del proceso político y social, de lo contrario no podrá perdurar. La rigidez es una táctica que pretende la defensa de la nueva Constitución a todo evento, pero aísla y reduce el campo de fuerzas del APRUEBO a un nivel que inviabiliza contar con la mayoría requerida para su ratificación por una mayoría nacional que lo haga posible.
Por otra parte, los ánimos de jugarse solo en lo personal, pasan por alto que el Partido Socialista forma parte del conglomerado en el gobierno, en consecuencia, no puede lavarse las manos de lo que ocurra o no con las tareas del Ejecutivo. Las perspectivas de mediano y largo plazo del socialismo chileno se articulan con los avances del actual gobierno, no hay como desentenderse de ello, por lo que corresponde asumir esa responsabilidad.
Querer ser gobierno por exclusiva conveniencia y oposición cuando se pueda correr el riesgo de ser impopular se ha convertido en una práctica política vergonzosa. El individualismo empapa la política nacional. A muchos les importa sólo su proyección personal, el interés colectivo lo perdieron de vista hace rato.
Se impuso la idea que cada cual debe “apostar” únicamente por si mismo. El resultado es penoso, militantes valiosos que han deformado totalmente sus valores y perspectivas concentrándose exclusivamente en cómo “voy ahí”, es decir, en el resultado personal que obtendrán de las iniciativas sociales, políticas o culturales en las que participan.
Ante ello, el socialismo chileno ha reiterado su voluntad política de contribuir con el Presidente Boric, con vistas al necesario proceso de cambios que debe vivir Chile para avanzar en dignidad y justicia social.
…. «Se impuso la idea que cada cual debe “apostar” únicamente por si mismo. El resultado es penoso, militantes valiosos que han deformado totalmente sus valores y perspectivas concentrándose exclusivamente en cómo “voy ahí”…?
Es factible conocer los nombres de esos «militantes valiosos»?