Periodista.
Tal como los más entendidos en los laberintos de la política lo habían pronosticado, no demoró nada un nuevo encontrón entre el gobierno y su coalición política, particularmente con la UDI, a pocos días de una mediática “reconciliación”. Esta vez fue por la poco criteriosa decisión del general Director de Carabineros, Mario Rozas, de rebautizar su Academia de Ciencias Policiales (Acipol) con el nombre del exintegrante de la Junta Militar y ex senador Rodolfo Stange.
Apenas se supo, se encendieron las alarmas en la oposición y por defecto, en el Ejecutivo. Es que se interpretó como una verdadera provocación a la ciudadanía, en particular a las organizaciones relacionadas con la defensa de los derechos humanos, por el papel que jugó durante la dictadura de Augusto Pinochet. Para la oposición, era “una ofensa para las víctimas”, recordando que el general Rodolfo Stange no sólo es conocido por el triste papel jugado durante la dictadura, como el miembro más débil y maleable de la Junta de Gobierno que armó el dictador, sino,además, por ser acusado de obstrucción a la justicia por uno de los ministros de corte más prestigiosos de hace algunos años, Milton Juica. Entre esos episodios vergonzosos, nadie olvida cuando el ex Presidente Frei Ruíz Tagle le pidió su renuncia al cargo de jefe de la policía uniformada, y Stange se negó a renunciar. Ni tampoco se olvida su papel en el caso “Degollados”.
El director del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Sergio Micco declaró que la decisión de Rozas “es una muy mala señal» para Chile, afirmando que “Rodolfo Stange es un hombre que divide a los chilenos”.
Para la oposición, “este nombre (…) constituye una provocación grave e innecesaria al país y a miles de personas que fueron víctimas de las graves violaciones a los derechos humanos. Lamentablemente, este es un nuevo episodio de desprestigio de la institución, que hoy más que nunca requiere de un nuevo liderazgo”. Es lo que afirmaron los senadores del Partido Socialista en una declaración pública.
Las reacciones
La principal, sin duda, fue la decisión de revertir, en menos de 24 horas el cuestionado nombramiento de la Academia. La leve alza que Carabineros había tenido en las encuestas a raíz de su participación en la estrategia para combatir la pandemia amenazaba con desplomarse tal como ocurrió a partir del 18 de octubre. De ahí que Carabineros emitió una declaración señalando que “ha decidido suspender la decisión de rebautizar a la Academia de Ciencias Policiales a propósito de la polémica generada en torno a este tema, ello con un claro espíritu destinado a profundizar el vínculo forjado con la ciudadanía”.
Informan que la institución “iniciará un proceso participativo con miembros en servicio activo y en retiro para definir el nombre de la Academia de Ciencias policiales que sea representativo de la historia el aporte y el valor de Carabineros a la sociedad”. Y reiteran “ su más profundo irrestricto compromiso de seguir estrechando sus lazos con la comunidad sobre la base de principios fundamentales como la transparencia, veracidad y respeto a la legalidad y los derechos humanos”.
Para el gobierno, habría sido una decisión inconsulta, aunque hay quienes aseguran que el Ministro del Interior estaba informado y no puso reparos. Es lo que se dice. El Presidente Piñera se limitó a traspasar la responsabilidad a la institución al señalar que “la decisión de cambio de nombre de la academia la tomó el General Director de Carabineros y la revirtió el General Director de Carabineros».
La diputada Maya Fernández valoró la decisión de suspender el nombramiento y afirmó que “lo que no puede ocurrir nunca más es que en Chile alguien piense colocar el nombre a una institución, cualquiera sea ella, de alguien vinculado a la dictadura, sobre todo a una dictadura tan brutal como la que tuvimos en Chile en materia de DD.HH”.
En la derecha hubo una defensa casi cerrada. Para el diputado RN Harry Jürgensen, la decisión fue revertida solo por un “berrinche de la izquierda”. “Es francamente inaceptable, el general tiene todos los méritos para haber sido reconocido no solamente por su labor como carabinero, como general director, sino también por haber sido senador de la República”, dijo en alusión a su labor como parlamentario por Los Lagos por la UDI en el periodo 1998-2006.
Por supuesto que la UDI salió en defensa de la decisión firmada por el general director de Carabineros, Mario Rozas. Y para la presidenta delgremialismo, Jacqueline Van Rysselberghe, nada mejor que utilizar una torpe comparación que sólo aumenta el malestar en los opositores: “Hay una estatua de Salvador Allende frente a La Moneda y eso no llama (la atención) a nada”, comentó.
Agregó que Rodolfo Stange, que fue senador de su partido, “es una figura dentro de Carabineros, podrá gustar o no. Pero hacer de eso un tema político, no corresponde”.
Reapareció también el antiguo senador Iván Moreira, defendiendo la medida adoptada por parte de la policía uniformada. Calificó lo ocurrido como “una ofensa contra la UDI” y mandó un misil a La Moneda, al señalar que “mi gobierno está atemorizado”. “El General Rozas lo que ha hecho es expresar gratitud de la institución con un ex Director General, al cual la institución le debe mucho. Él jamás ha sido condenado, por lo tanto, no es justificable la actitud de la izquierda, la odiosidad y el divisionismo, que permanentemente tienen“.
