Ismael Calderón, ex Concejal de Santiago, Vocero movimiento contra la deserción escolar.
De acuerdo a datos de la OCDE, Chile ha tenido enormes progresos en las últimas décadas en términos de mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Cabe destacar que desde los años noventa, el país ha registrado un historial de crecimiento importante, así como una notoria reducción de los índices de pobreza, oportunidades de empleo que mantienen controlado el desempleo. Esto se puede comprobar en la información que nos entrega el Índice de Calidad de Vida de Chile en el sitio oficial de OCDE.
Sin embargo, para alcanzar mejores niveles de bienestar social y de crecimiento económico; para mejorar las desigualdades económicas y sociales; para propiciar la anejada movilidad social de las personas; para acceder a mejores niveles de empleo; para elevar las condiciones culturales de la población; para ampliar las oportunidades de toda(o)s lo ciudadanos nacionales y/o migrantes que vienen encontrar en nuestro país una ciudad grata y sin discriminaciones de ningún tipo, muchos autores con los que comparto, expresan que el objetivo principal de un país es la cultura y la educación accesible y digno. Y que no sólo se puedan generar ganancias económicas, sino la de formar mejores seres humanos capaces de aprender por ellos mismos. Ya que eso es lo que tendrán que hacer las personas, por el resto de su vida en comunidad, en una nueva sociedad que se construye en el día a día.
Sin duda la crisis actual de la Educación Pública de la comuna de Santiago, nos entrega desafíos para potenciar y fortalecer los mecanismos de su gobernanza, como lo es la participación de las comunidades educativas y de los distintos actores educativos en los cuerpos colegiados del sistema. Es muy importante especificar claramente los roles y funciones de cada uno de estos cuerpos colegiados, especialmente y al mismo tiempo, potenciar la representación de las comunidades educativas de los distintos estamentos. El desafío va mucho más allá y se concatena con los planes de formación ciudadana de las escuelas, en el desarrollo y fortalecimiento de los Centros de Padres, Madres y Apoderados y de los Centros de Estudiantes en cada centro educacional, y en con la conformación y fortalecimiento de los Consejos Escolares, lo que incluye fortalecer su rol tanto al interior de las comunidades educativas como en su vinculación con las otras escuelas. Consejos Escolares que se relacionen en el nivel local y comunitario en nuestros barrios con su cultura integradora e inclusiva.
Hoy, la cobertura de estudiantes activos en la Educación Pública en Santiago, supera los 30 mil, con reales posibilidades de acceso a becas y garantías tangibles para los estudios de nuestra(o)s estudiantes en la educación superior. Estas ventajas, se dan ya que en nuestros centros educativos nos encontramos ante comunidades con una rica diversidad cultural en el modo de vida, tradiciones, lenguaje, creencias, gastronomía, etc. que caracterizan a un grupo de personas, como la UNESCO, orienta al definir que “la diversidad cultural es tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos”.
Las oportunidades que brinda la Educación Pública de la comuna de Santiago, se podrían incrementar con medidas tales como que, desde las direcciones de nuestros centros educativos, se potencien los liderazgos de acuerdo al contexto, la vulnerabilidad y el tipo de establecimiento, así como a la etapa de mejoramiento o su nivel de desarrollo, lo que da cuenta de que el liderazgo efectivo es contextual y contingente. Por lo tanto, se debe pensar que en la Educación Pública de nuestra comuna se debe pensar que: todos los días se debe desafiar el desarrollo e implementación de una política “valiente y decidida” que, a través de su influencia sobre las personas o las características de su organización, garantice su éxito. Este éxito dependerá mucho de las decisiones sobre dónde dedicar tiempo, atención y apoyo, que asegure una cultura inclusiva y las condiciones para que las personas se traten de manera equitativa, justa, con dignidad y respeto, resguardando los derechos y deberes de la comunidad escolar.
