Analista.
Si ninguno de los contendientes logra sus objetivos tras los cuales se ha empeñado en una guerra, esa contienda se torna inútil ¿Ergo? La guerra en Ucrania está perdida.
La OTAN bajo el mando de Estados Unidos, busca propinar a Rusia una derrota estratégica de largo alcance, que deje a la OTAN pegada a sus fronteras al incorporar a Ucrania a la alianza atlántica. Ucrania ingresaría a la alianza alcanzando un buen status al pertenecer a Europa saliendo del área de influencia de la Federación Rusa. Rusia, por su parte, tomaría una buena parte del territorio ucraniano, alejando así la amenaza de los sistemas de armas en sus fronteras.
Nada de esto ocurrirá. La derrota de Ucrania dejará a la OTAN en un muy mal pié, pero aún peor si Donald Trump alcanza la presidencia en Estados Unidos, después que ha sido explícito en amenazar a los integrantes de la Alianza Atlántica que no han pagado sus cuotas, con no apoyarlos si Rusia los ataca, amenazando también con retirarse del pacto. Para Trump la OTAN es una de sus empresas y el que no paga no recibe prestaciones. Esta derrota que ya se advierte en el horizonte, impedirá que se cumplan las intenciones de la OTAN, dejando a Europa en un estado delicado producto de las enormes sumas de dinero perdidas, el desprestigio de su estatura defensiva y además de los conflictos internos que se generarán en el momento del reparto de las culpas. Rusia logrará alejar el riesgo de que sus fronteras limiten con la OTAN, pero no alcanzará a restaurar el espacio de la Gran Rusia que es el sueño de Putin.
¿Por qué ocurrirá esta derrota?
Estados Unidos, el principal sostén de la OTAN al principio de la guerra de Ucrania, ha comenzado a tomar distancia y ha dejado a Europa sola con el conflicto. Ahora el envío de dinero a Ucrania se ha convertido en un debate, lo que antes era fluido y contundente. El Senado aprobó 60 mil millones y la Cámara Baja todavía debate el punto. No se sabe si ese dinero llegará. Ha disminuido el aporte de armas. Se anunció la llegada de aviones F-16 y se continúa esperando que lleguen. Selensky recurre a Alemania y Francia en busca de dinero. Rusia avanza en los frentes de una manera pausada y sostenida. La ciudad de Advitka ha sido tomada y las tropas ucranianas huyen del cerco dejando embolsados a varios miles de soldados. Fue atacada una concentración de tropas de refuerzo en Selinovo y el apoyo que se esperaba se ha desvanecido.
Se debe agregar los conflictos en el alto mando ucraniano. Selensky ha despedido al general Valeri Zaluzhni reemplazado por Oleksander Sirski después que Zaluzhni dio muestras de tener intereses políticos manejado por Estados Unidos para reemplazar a Selensky, generando una crisis en el alto mando. Ante el temor de ser desplazado del poder, Selensky amplió la ley marcial para impedir elecciones y despidió a Zaluzhni. Pero no podía nombrar a un nuevo jefe que tuviera acogida en las tropas, debía nombrar a uno que despreciara la vida de los soldados como Sirski, bautizado como el carnicero. En caso contrario, el golpe de Estado quedaba instalado como posibilidad. Todos estos conflictos deterioran la continuidad fluida del mando ya que modificar las líneas estratégicas en plena campaña y en medio de las acciones combativas no es de lo mejor. Finalmente Ucrania pasó a la defensiva estratégica.
Estados Unidos no desea estar vinculado a la derrota y crea pretextos para alejarse y echar tinta en el agua para que todo se desvirtúe, debilitando con ello las expectativas de Ucrania en el campo de batalla. Por ejemplo, inventó un ataque a su seguridad nacional por parte de Rusia avisando que ésta instalará armamento nuclear en el espacio, asunto que se desvirtuó rápidamente. Se intensifica la desinformación en el sentido de que Rusia desea atacar a Europa, tomar Polonia y los países bálticos. Nada de eso fue ratificado en la entrevista de Putin a Tucker Carlson en la cual desvirtuó todos esos infundios y entregó, durante dos horas, una clase magistral sobre los verdaderos intereses rusos.
Ante la perspectiva de la derrota, Ucrania ha lanzado drones para atacar la central nuclear de Zaporiyia que quedaría en territorio ruso, lo cual generaría una tragedia mayor que la de Chernobyl expandiendo la contaminación hasta Portugal. Eso se considera un indicador de la ansiedad de Selensky ante la perspectiva de ser derrotado. Pese al apoyo occidental que ha recibido Ucrania, no solo de dinero y armas, sino altas tecnologías para el desarrollo de logística, inteligencia y direccionamiento del enfrentamiento, así como la coordinación de los métodos tradicionales en el combate y sistemas para intoxicar las comunicaciones del enemigo, el rendimiento se ha deteriorado. La derrota en Avdiivka afectará gravemente la moral combativa de las tropas ucranianas. Las dificultades para reponer las pérdidas humanas han sido serias. Selensky ha generado leyes para el reclutamiento obligatorio de los jóvenes, lo cual ha sido resistido fuertemente por ellos. También la falta de dinero dificultará la compra de soldados mercenarios como los de Blackwater o Wagner y otras empresas similares.
El futuro
Esta derrota dará origen a una crisis importante, más aún si Donald Trump alcanza la presidencia y retira a Estados Unidos del Pacto Atlántico. El control norteamericano sobre la OTAN es sobre determinante para su existencia y funcionamiento. Esa situación provocará que Europa quede en una posición debilitada y comience la retirada de otros estados lo que modificará el escenario geoestratégico de todo el mundo. Si a esto se agrega los términos en que no se sabe cómo se resolverá la crisis en Gaza, ello agregará otro componente que desestabilizará aún más el llamado “orden” mundial si esa guerra se vuelve regional. El tema de Gaza seguirá siendo observado por muchos analistas, tantos como se dedican al análisis de la guerra en Ucrania. El esfuerzo de búsqueda está centrado en los equilibrios estratégicos mundiales, la manera en que se va modulando el escenario específico en cada guerra y hay que enfrentar una ola de desinformación cada día más potente dados los nuevos sistemas de construcción de realidades virtuales en donde casi nada es verdad.
Habrá que esperar la elección presidencial en Estados Unidos, el avance de la crisis en Gaza, las decisiones de los 52 países que conforman la OTAN respecto de qué harán frente a Rusia que se declarará gananciosa y explotará ese éxito en diversas direcciones territoriales, algunas de las cuales pueden ser de alto riesgo para occidente. Es probable que las actuales y tan exacerbadas amenazas se hagan realidad y ya no sea necesaria una Ucrania para presionar a Putin y se generen modificaciones geopolíticas de gran magnitud. Lo más triste es que Ucrania que ha sido utilizada para enmascarar el real conflicto entre Estados Unidos y la OTAN contra Rusia, quedará convertida en un estado fallido, desmembrada territorialmente, con una economía destruida y dañada en lo más profundo de su identidad. Finalmente los únicos ganadores serán las grandes empresas transnacionales que conforman el complejo militar industrial, cuyos patrocinadores políticos alargan las guerras lo más posible o crean nuevas crisis que sostengan el mercado del armamento en el tiempo.
