Sociólogo.
“No eres una gota en el océano, eres todo el océano, encerrado dentro de una gota de agua”. Jalal al Mohamed Rumi, místico y poeta (Persia, XIIs.).
Notre Dame de Mozambique.
Nos parece que la sensación de desastre, que vivimos frente al cambio climático, no puede sino reflejarse en esa foto, -los videos y el gran manejo de medias mundiales-, que dió la vuelta al mundo, y que seguramente todos hemos visto, de la Catedral Notre Dame de París, uno de los mayores símbolos de la civilización occidental, ardiendo entre las llamas. La dolorosa sensación inicial, provocada por la pérdida cultural, se vió rápidamente transformada en algo aún más doloroso, cuando vimos que casi de inmediato, el hecho se convertía en un asunto de flujos de capital y de donaciones de dinero para la reconstrucción, de los mismos sectores que habían sido exentos del impuesto a la riqueza y de quienes a través del mundo, forman parte de los ricos entre los ricos, para limpiar su imagen y seguramente, su conciencia, en la ofrenda religiosa.
Sería interesante que nos respondiéramos por qué, o como, las fotos del ciclón Idai, que mató a más de mil personas, que dejó a un millón de personas sin hogar, miles de desplazados y que ha visto brotes de cólera que ya afectan a medio millar de personas, no ha provocado ninguna reacción internacional. No llega la ayuda humanitaria, con dificultad encontramos noticias, ni -objetivamente- como la foto, la información provoca nada… Así ocurre con las noticias del Yemen, donde una guerra genocida llevada a cabo por Arabia Saudita, con armas de Estados Unidos, tiene a 20 millones de personas en el mayor riesgo humanitario del siglo, según Naciones Unidas.
Como dijimos, las inundaciones de la semana pasada en Irán, ven que la llegada de ayuda internacional, se ve bloqueada por el bloqueo económico de los USA, así como por el impacto de la reciente declaración de ése gobierno de declarar de manera oficial como “terroristas” a los Guardias de la Revolución, del ejército iraní, lo que podemos inferir fue tema en la visita a nuestro país del actual secretario de estado norteamericano, ex director de la CIA y el presidente de chile, en su reciente visita oficial, para alinear fuerzas tras la intervención en Venezuela.
“República de los contaminantes”.
El viernes 19/4 hemos podido seguir en directo, a través de internet, la movilización de los estudiantes y activistas climáticos en Francia, que han bloqueado simultáneamente el Ministerio de la Transición Ecológica, los gigantes energéticos Electricité de France y Total (petróleo e Hidrocarburos Fósiles), y los Bancos (Societé Genérale) que financian la inversión en el altamente peligroso Nuclear y las industrias extractivas (SDF), por los enormes peligros que significa, abarcando al mismo tiempo las injusticias social, fiscal y climática.
Es muy significativo que pese a los anuncios ampliamente difundidos por los medios oficiales de prensa -allá como aquí-, de la catástrofe simbólica de la quema de la catedral de Notre Dame, en Paris, en lo que concierne la ciudadanía y los jóvenes, lejos de tener una resonancia equivalente, un movimiento espontáneo, de desobediencia civil, de alguna manera continuación del movimiento de los chaquetas amarillas y de la huelga de los estudiantes, unidos alrededor del Desastre Climático, hayan realizado un bloqueo simultáneo de las empresas energéticas, nucleares, ministerio de Ecología y los Bancos que financian las empresas de extracción de HCF.
De esta manera, podemos constatar que las medidas oficiales de los gobiernos que defienden la inversión en empresas petroleras, y que rápidamente, encuentran manera de recuperar financieramente, los más lamentables hechos, encuentran crecientemente una oposición espontánea, ciudadana, más allá de los partidos y de las organizaciones tradicionales, en defensa de la vida y del planeta. Un punto evidente, que ha sido remarcado, en las discusiones que se han desarrollado toda la jornada, es el tema de la evasión de impuestos y los paraísos fiscales y de qué manera ello impacta sobre las “Torres Gemelas” de la pobreza y el desastre climático.
Coalición de Ministros de Finanzas. Declaración de Helsinki.
Al mismo tiempo, hay que señalar que los ministros de Finanzas, en la Coalición de los Ministros de Finanzas por la Acción Climática -entre los cuales el de Chile-, han suscrito en Helsinki, Finlandia, en el marco de la reunión anual del Banco Mundial y el Fondo monetario Internacional, el 22 de febrero, la Declaración de Helsinki, apoyando medidas para apoyar financieramente la transición energética hacia las ERNC.
La Coalición es una agrupación de ministros de finanzas comprometidos a tomar acción colectiva y doméstica en Cambio Climático y consecución de los objetivos del Acuerdo de París.
Esta Coalición de 40 ministros de Finanzas de todo el mundo, creada para liderar la respuesta al cambio climático, ante la amenaza de continuar sobre la producción energética basada en HCF y conscientes de las oportunidades económicas que abre la transición energética hacia ERNC, dentro de los marcos nacionales, competencias y mandatos se basa en los siguientes principios:
- Alinear políticas y prácticas con los compromisos del Acuerdo de París.
- Compartir la experiencia con los demás miembros para proporcionar estímulo mutuo y promover comprensión colectiva de las políticas y prácticas para la acción climática.
- Trabajar hacia medidas que resulten en una fijación efectiva de precios del carbono.
- Tener en cuenta el cambio climático en la política macroeconómica, planificación fiscal, presupuesto, inversión pública, gestión y prácticas de adquisición.
- Movilizar fuentes privadas de financiamiento climático facilitando las inversiones y el desarrollo de un sector que apoya la mitigación y adaptación al clima.
- Participar activamente en la preparación e implementación doméstica de contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) presentados en virtud del Acuerdo de París.
Cuando niño, se contaba un chiste que recuerdo. Se encontraban dos un trozo de jabón, el primero lo veía y decía. “es jabón”. El segundo lo veía y decía: “es queso”. “No hombre, si es jabón, replicaba el primero, convencido”. El otro hombre -para comprobar con la prueba-, se echaba un trozo a la boca. Al tener la evidencia que era jabón, para no darle la razón a su amigo, dice: “Es queso, pero con gusto a jabón”.
Hay en efecto, un principio que supone que la comunicación sólo se establece para reafirmar nuestras posiciones y que, en función de ello, todo lo que uno pueda argumentar a favor de una posición contra la que no se esté de acuerdo, no lo va a convencer, sino que será utilizado para hacer más virulentas sus posiciones. Es lo que se llama “disonancia cognitiva”. Así, por ejemplo, sorprendentemente, frente a un hecho tan incontrovertible como el alza del nivel del mar en Miami, que ha llevado a que las autoridades hagan inversiones para levantar las avenidas y poner bombas en las calles para sacar el agua del mar, publicaciones en internet demuestran que el negocio de los bienes raíces sigue viento en popa, como si nada ocurriera. Así también en los últimos tres años, desde el Acuerdo de Paris, el banco HSCB -sólo-, ha invertido US$ 57 mil millones de dólares en la explotación de yacimientos petrolíferos en Indonesia, Malasia y Viet Nam…
Salud y Cambio Climático.
En ésta última semana, cabe también resaltar la realización de un encuentro mundial de la Cruz Roja, para considerar medidas que permitan a los países incorporar las múltiples áreas en las cuales el cambio climático está afectando la salud y las medidas que deben tomarse con urgencia para incorporar la Salud Publica a los NDC. “Salud y cambio climático: cuidar a la humanidad a + 2 ° C”.
Es el título de una conferencia mundial que el 15 y 16 de abril, realizan en Cannes, la Cruz Roja francesa y el Creciente Rojo (organización equivalente a la Cruz Roja que opera en el mundo musulmán).
Con motivo del centenario de la creación de la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, Francia organiza la primera “COP humanitaria”, para hacer un balance de las últimas investigaciones científicas y presentar soluciones innovadoras en salud pública para obtener los mayores beneficios, frente a los impactos del aumento de la temperatura por el cambio climático, que ha sido llamado el “Gran reto de salud pública del siglo XXI”.
El cambio climático ya está afectando de muchas maneras la salud humana, y las proyecciones son alarmantes. Incluso limitando la subida a + 2 ° C, con el Acuerdo Climático de París (COP21), habrá consecuencias dramáticas, para las poblaciones. De norte a sur, todos los países del mundo deben adaptarse, especialmente para proteger a los más vulnerables e incorporar a la salud dentro de los compromisos NDC.
Es posible reducir el riesgo de la población, pero se debe promover la investigación y fortalecer nuestro conocimiento de los fenómenos climáticos, sus impactos y sus interrelaciones. Hay que movilizar a toda la comunidad en el país e internacionalmente para cooperar en nuevas formas de hacer las cosas. La anticipación, prevención y movilización de la población debería ayudar a fortalecer su resiliencia. Sobre todo, porque a menudo observamos reacciones en cadena: degradación del clima, inseguridad alimentaria, inseguridad mundial, migración, pobreza. Debemos entender estos fenómenos de una manera sistémica.
Las personas más pobres y desfavorecidas son hoy las más vulnerables al cambio climático. La justicia social y la lucha contra la pobreza deben reintroducirse como temas centrales en los debates sobre el cambio climático. Las próximas COP habrían de integrarlos crecientemente.
En efecto, olas de calor urbano, epidemias, desastres, movimientos poblacionales, desnutrición, conflictos ambientales, salud mental, forman los temas que se discutirán en la ocasión, en una perspectiva concreta e innovadora, para movilizar a los ciudadanos y tomadores de decisiones, públicos y privados sobre el papel de la prevención, la preparación y la acción colectiva, frente a una realidad multicausal, que opera permanentemente, a través de las prácticas extractivas, los fertilizantes y pesticidas, la intervención genética de los alimentos, la pérdida de los hielos en las calotas polares y los glaciares, la sequía y nuevas enfermedades, sin que nos demos los medios de reconocerla, ni de actuar consensuadamente para hacerle frente.
Si afinamos nuestra atención, la justicia -social, financiera, climática-, parece ser el clamor de los tiempos. Aquí como allá.
