Periodista.
El último Informe Global sobre Crisis Alimentaria 2022 presentado por la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha dejado inquietantes cifras sobre la situación alimentaria en países de África, América Latina y el Caribe. Según el documento presentado durante mayo, 193 millones de personas en 53 países “sufrieron hambre en “niveles de crisis o peores””. Estadística que se incrementó en 40 millones desde la medición de 2020 a 2021.
Los conflictos armados, políticos y sociales, la sequía, la crisis económica producida por el Covid 19 y el cambio climático, son algunos de los factores que han influido para que el flagelo del hambre se propague a través del mundo, dejando un rastro alarmante de personas adultas, niñas y niños en riesgo de morir por inanición en países como Etiopía, Madagascar, Sudán del Sur y Yemen. Mientras que, en América Latina y El Caribe, «12,76 millones de personas se encuentran en “situación de crisis o peor””, señala el estudio, aludiendo en este listado a El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras y Nicaragua, con un aumento de un millón de personas en un año.
Situaciones como la inestabilidad política en Somalia, la severa sequía que afecta a este país del cuerno de África y el alto precio de los alimentos debido a la guerra en Ucrania, son también una de las causas de la crisis que viven hoy cerca de 6.6 millones de somalíes que necesitan ayuda urgente para sobrevivir.
Esta preocupante realidad no solo afecta a Somalia, países como Kenia y Etiopía también están sufriendo los estragos de la sequía y el aumento de los precios de los alimentos producto a la guerra. En este contexto un informe de las ONG Oxfam Intermón y Save the Children, denunció el peligro en el que se encuentran las y los habitantes del cuerno de África, advirtiendo que el hambre en Somalia, Kenia y Etiopía podría estar quitándole la vida a una persona cada 48 segundos, frente a una reacción tardía de la comunidad internacional.
En un comunicado público, Franc Cortada, director general de Oxfam Intermón, afirmó que “La gente muere de hambre no porque en el mundo falte comida o dinero, sino por una absoluta falta de voluntad política. Los países ricos consiguieron movilizar (…) más de 16.000 millones de dólares en un mes para dar respuesta a la terrible crisis en Ucrania. Los países pueden movilizar recursos para evitar el sufrimiento humano, pero solo si así lo desean”.
Lamentablemente esta grave situación también se extiende al centro de África, 18 millones de habitantes de países como Burkina Faso, Chad, Malí y Níger, podrían enfrentar una crisis alimentaria en los próximos tres meses. Debido a esto la ONU ha liberado 30 millones de dólares para hacer frente a la hambruna en el territorio.
«En el Sahel, se estima que 7,7 millones de niños menores de 5 años sufran desnutrición. 1,8 millones están gravemente desnutridos y, si no se amplían las operaciones de ayuda, esta cifra podría alcanzar los 2,4 millones a finales de este año”, dijo Jens Laerke, vocero de la Oficina de Coordinación de la Ayuda Humanitaria de las Naciones Unidas.
Para enfrentar este drama humanitario relacionado con los conflictos, y que afecta a las personas más pobres de los países más pobres del mundo, el secretario general de la ONU, António Guterres, propuso cuatro medidas a implementar: “Invertir en soluciones políticas para poner fin a los conflictos, prevenir otros nuevos y construir una paz sostenible; Aplicar el derecho internacional humanitario; Conseguir mayor coordinación y liderazgo para resolver los problemas de inseguridad alimentaria, energía y financiación; Costear íntegramente los llamados humanitarios”.
“En términos globales, son cantidades minúsculas. Insto a los países a que demuestren la misma generosidad con todos los países que han mostrado con Ucrania”, precisó el titular de la ONU.
