Periodista.
“Ministra, ¿cómo le explicaría a un niño, un estudiante de cuarto básico, que el Presidente de la República hable que ‘estamos en una guerra?“, consultó un periodista a la Ministra de Educación, Marcela Cubillos, en una de las tantas conferencias de prensa en el palacio de La Moneda, a propósito de una declaración del Presidente Piñera sobre uno de los levantamientos sociales más grande de los que se tenga memoria. La secretaria de Estado guardó silencio.
Gran pregunta. Los niños pequeños no comprenden del todo lo que sucede hoy. Se angustian y preguntan a los adultos “¿qué sucede?”. Y los padres no saben cómo responder ante las inocentes preguntas infantiles, que van desde inquietudes del tono “¿Chile va a morir?” a otras más básicas como “¿por qué no fui al colegio hoy?”
Dos especialistas responden el cómo abordar el tema y, de esta manera, orientar de la mejor forma posible a los más pequeños, que pueden ser hijos, sobrinos, nietos, bisnietos.
Su lenguaje, su vocabulario
Carolina Fuentes, psicóloga infantil de la Universidad Miguel de Cervantes y versada en trastornos infanto-juveniles, explica que “hay que decirles a los menores en su idioma y específicamente con su vocabulario, lo que está sucediendo hoy en nuestro país. Para ellos es importante entender y traducir a su visión infantil lo que está sucediendo y de esa manera, asimilarlo a su vida cotidiana”.
Lo ideal, explica la profesional, es no exponerlos a las marchas y protestas por justas que estas les puedan parecer a sus padres, pues como no hay control de lo que sucede en las manifestaciones, pueden gatillar en los niños crisis de angustia. “Eso -aclara Carolina-es un poco más complicado de abordar para la corta edad que ellos tienen. Lo mismo pasa al exponerlos a la cantidad de imágenes que presentan los medios de comunicación social, que se tornan muy invasivos con la cantidad de información presentada a diario”.
La especialista recomienda que si el menor requiriera dormir con los padres porque siente miedo o angustia, no sea criticado y se le acepten sus razones. “Es normal que ellos tengan miedo en una circunstancia como la que estamos viviendo. Si un menor se llega a orinar producto de la angustia que se genera en él, dados los acontecimientos socio políticos, no hay que recriminar. Puede ser una respuesta del organismo a los terrores nocturnos. Está dentro de las posibilidades que esto pueda suceder producto de la cantidad de información circulante”, agrega la psicóloga.
Sostiene que es muy importante preguntarles a los menores cómo se sienten y qué les sucede de forma diaria, para que se sientan que su opinión también es tomada en cuenta. Y si presentan dudas y miedos, complementa, hay que tratar de abordarlos con explicaciones concretas y a medida de la edad del niño.
“Lo mejor es cambiar los estímulos al menor, leer cuentos infantiles, ver películas acordes a la edad, jugar algún juego de mesa junto a sus padres, practicar alguna manualidad con material reciclado y tratar que ellos no se contaminen con la cantidad de imágenes que se ven por la TV, pues la agenda informativa parece una maratón de transmisión continua con una construcción discursiva del terror”, enfatiza Carolina.
No tanta información
Según la psicóloga infanto-juvenil, con un magister en Psicología Infantil de la Universidad de Chile, Karla Guaita, los primeros responsables de contener a los niños son los padres. “Es muy importante que ellos logren entregar seguridad y no exponer a tanta información que no sabrán procesar”, argumenta la profesional.
“En el mundo de hoy una cosa es que los menores tengan acceso ilimitado a aparatos tecnológicos y, otra muy distinta, es que puedan comprender y procesar lo que está sucediendo. Es muy importante comprender que los niños significan el mundo en función de la información que le dan los padres”, añade Karla.
Esta es -dice- una oportunidad de diálogo para explicar una situación de conmoción social importante. “Preguntarle a ese niño qué piensa, qué cree él, de manera que pueda sacar provecho de una situación como esta. Es importante que los niños puedan tomar postura y se hagan responsables de las decisiones que vayan tomando desde pequeños y, bajo toda circunstancia, entregarles seguridad y tranquilidad”, complementa la psicóloga.
Precisa que “es importante entender en este contexto los valores como el respeto a la diversidad de las opiniones, a la aceptación de las personas que no piensan igual que tú, pero que tienen un objetivo común. Así los sacas del apocalipsis zombi en que estamos sumergidos estos últimos días”.
La profesional señala que en caso de sentir temor familiar frente a una situación de riesgo, no hay que perder de vista que los niños son esencialmente concretos en la forma de pensar. Si quieren ensayar una rutina preventiva también tiene que ser tangible. “Para ello deben haber ejemplos concretos: por ejemplo, cuál es el mejor lugar para estar seguro en la casa. Por ejemplo, debajo de la cama de mi hermano. Ese es un ejemplo concreto para que el niño comprenda que en ese lugar estará a resguardo. Entonces ese menor entenderá que ese es el lugar seguro”, explica Karla.
“Si los padres manejan bien esta situación podremos tener niños tremendamente fortalecidos, pues lo que se les está enseñando es a responder en una situación de crisis”, recalca.
