Periodista.
Boris Varela, director de cine, está construyendo paso a paso la vida de quien ha sido considerado el mejor futbolista chileno de todos los tiempos. El mismo que desde la apacible localidad de Villa Alemana sigue atento esa construcción que le ha permitido sumergirse en su propia historia. El mismo que superó dos enfermedades que podían haberlo dejado paralizado de por vida.
Varela lo eligió como un personaje a ser inmortalizado en su nueva obra cinematográfica. ¿Su objetivo?: que todos sepan quién es este jugador respetado por todos. Y que las nuevas generaciones sepan quién es este deportista que le dio no sólo triunfos al país, sino puso el nombre de Chile en el mundo, en momentos en que nadie sabía quiénes eran los futbolistas chilenos, ni dónde vivían.
Este joven y promisorio cineasta, casado con Paula Jerez, con dos hijos: Yerko y Vincenzo, está sumergido en el difícil espacio de la producción de cine en cualquiera de sus formas. Aunque es difícil de imaginarlo, comenzó a desarrollar su vocación en el Liceo 33 de Conchalí, con algunas cámaras que se conseguía. Eso, hasta que por esas cosas de la vida, llegó hasta su colegio la productora Nueva Imagen, que le abrió las puertas que el ansiaba encontrar.
Su carrera la forjó en base a mucho estudio. No sin dificultades y a costa de un gran esfuerzo propio y familiar, logró una beca para estudiar cinco años en la Universidad UNIACC. Luego, se ganó otra beca para ir a estudiar cine documental en La Habana, en la prestigiosa Escuela Internacional de Cine, fundada por el premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. Posteriormente hizo un diplomado sobre Producción Ejecutiva en la Universidad Católica, y actualmente realiza un magister en Comunicación Estratégica en la Universidad Finis Terrae.
Una profesión de amor y de angustia
Como muchos cineastas, Varela comenzó a realizar muchos videoclips, conoció a gente que lo ayudó e hizo sus primeras armas en documentales. Buscaba con ahínco cumplir su sueño de realizar cine, lo que finalmente está logrando en plenitud. Tenía en mente su fascinación con “El último grumete de la Baquedano”, la primera película “de verdad” que lo llevó a ver su madre, Eliana Cortés, cuando tenía 10 años. Cuenta que años después conoció al director de esa película, “y le di las gracias, porque por su película, y por mi madre decidí volcarme a ser un realizador, un director de cine”.
De ahí al documental de Clotario Blest y al inicio de Don Elias hubo varios años, varios desafíos. “Cuando montamos “Clotario, el documental”, fue una experiencia muy dura porque estábamos contra el tiempo. Sacarle material sabiendo que todo lo hiciste tú y que tú quieres que esté en el documental, es fuerte. Hay que tomar decisiones que van en contra de lo que tú querías hacer muchas veces. Pero, el trabajo en equipo, que es fundamental para mí, hace que todo sea más fácil. En ese sentido, una de las cosas más gratificantes que me ha pasado con este último trabajo fue que tuve la oportunidad de hacer una gira con ese documental a Europa, invitado por la colonia chilena en países como España, Holanda, Noruega, Suecia e Italia. La gente europea en este caso, los noruegos invitados por los chilenos o los suecos o los holandeses reaccionaban de la misma manera, a medida que el documental iba transcurriendo y eso es muy fuerte vivirlo fuera de tu país, porque en definitiva te das cuenta que más de alguna cosa estás haciendo bien y estás impactando más allá de tus propias fronteras”.
¿Por qué eligió ser cineasta?
Es una profesión fascinante, hermosa, delicada. Pero a la vez, es una profesión muy angustiante por la falta de recursos, por la falta de organización. Siempre hay gente que está tratando de hacer industria, pero es muy difícil. Solamente se cuenta con fondos concursables de los cuales se postulan mil proyectos y se lo ganan cinco.
Empecé a buscar fórmulas distintas, fórmulas que me permitieran encontrar recursos de otra manera. Hice un diplomado en la Católica sobre producción ejecutiva para poder abarcar mayores formas de financiamiento y me abrió los ojos para empezar a mover de otra forma los proyectos, ir a los privados y que los privados concretamente puedan apoyar. Cuesta un montón, pero cuando uno trabaja con el corazón y quiere conseguir las cosas, es capaz de dejar los pies en la calle y eso es lo que he hecho en estas últimas o en estas primeras películas que hemos logrado conseguir en Bova Producciones.
Hasta ahora tengo como 60 videoclips, pero en lo esencial, me gusta mucho lo biográfico, lo que leo son libros biográficos. Las películas y las series biográficas me matan y eso es lo que he estado haciendo últimamente. Llevo como tres trabajos biográficos. Ya tengo dos documentales en ese estilo: uno del general Bernal de Carabinero que falleció en un accidente hace años atrás, otro de la Iglesia de los Dominicos.
Don Clotario, Don Elías
El último trabajo, el más complejo fue el documental de Clotario Blest, que nos sumergió un par de años en investigaciones, en una indagatoria profunda. Es un personaje chileno excepcional, con él tuvimos que recorrer casi 100 años de historia. Eso nos significó un desafío bastante grande, de Producción y de Investigación. Hasta que se terminó, siendo destacado en diferentes semilleros.
Tuve la oportunidad de hacer una gira a Europa con ese documental, invitado por la colonia chilena en distintos países. Tuvimos la posibilidad de viajar a España, Holanda, Noruega, Suecia e Italia y presentarlo en varios lugares para la colonia chilena y también obviamente para la gente de cada país. Es muy loco sentir y entender de que una historia tan nuestra, tan de aquí, con códigos tan chilenos, todos –incluyendo los europeos- reaccionaban de la misma manera, a medida que el documental iba transcurriendo y eso es muy fuerte vivirlo fuera de tu país.
Y ahora estoy trabajando una película sobre la biografía de Elías Figueroa, a quien conocí gracias a mi padre, Héctor Varela, como a los 10 años, cuando fue su despedida en el Estadio Nacional. Mi papá me contó quién había sido Don Elías. Qué es lo que representaba para el país y para el fútbol chileno.
Siempre se habla de que Don Elías fue el mejor jugador de todos los tiempos. Y eso me llevó a ir investigando de a poquitito. Pasaron prácticamente 40 años. Hasta que un día pude verbalizarlo en un cumpleaños. Algunos amigos que estaban ahí me preguntaron qué es lo que se venía ahora después de haber hecho Clotario. Y como yo seguía en la senda del documental biográfico, dije ahora quiero hacer un documental de Don Elías Figueroa. Eso fue lo dije el 1 de enero del 2023 en mi casa con muchos amigos, mucha gente que trabaja conmigo. Se puede decir que ha sido el proyecto más largo que he ido masticando de a poquitito, porque de la primera vez que tuve noción de Don Elías yo tenía recién 10 años. Y ahora ya con casi 50 estoy haciendo este proyecto gigantesco y espero que llegue a lo más alto.
Poliomielitis y asma
Hacer este proyecto junto a los hijos de Don Elías Figueroa resulta un poco más fácil. Teníamos la investigación a la mano, porque teníamos a Don Elías y pudimos entrevistarlo unas tres o cuatro veces. Con mi equipo fuimos a Valparaíso, a tener reuniones con él. Reuniones largas con él y con la señora y los hijos. Y todo eso lo íbamos contrastando con toda la información y la investigación que está llevando a cabo hasta el minuto Claudio Ramos, que es un experto en investigación histórica, es un seco, un capo él y junto a otros compañeros como Rodrigo Castillo también que está ayudando mucho en la construcción dramática.
La vida de Don Elías es muy impresionante. Es una lucha contra el destino. En la niñez sufrió muchas enfermedades, tuvo poliomielitis, le hicieron una traqueotomía, tenía asma, todo indicaba que él no podría en ningún caso ser un deportista, ni menos un deportista de alto nivel. Eso muestra toda la fuerza de Don Elías Figueroa: dar vuelta esa situación, poder convertirse en el hombre, en el deportista que después fue. Hay muchos pasajes importantísimos de su vida familiar que retratan la luz y la sombra de Elías Figueroa para poder convertirse en ese ídolo que todos conocen.
Don Elías representa el esfuerzo, un personaje en el que los niños se pueden ver reflejados para hacer su sueño realidad. “Si tú te lo propones, lo puedes lograr. Si tú trabajas duro, lo puedes lograr”. Esas son palabras de Don Elías que recorren cada pedazo de Chile cuando él anda haciendo sus charlas. Eso hace que todo el mundo sienta que es un caballero del fútbol. Ese es yo creo, uno de los legados más importantes de Don Elías Figueroa.
