Periodista
El concepto “Lásbica”, que titula la antología de Carmen Berenguer, publicada por la Fundación Neruda en 2018, pertenece a Jaime Lizana, quien reúne y resume en él su poesía que contiene “una oralidad transgresora, dada por la simultaneidad de lo labial, zona de emisión del habla, junto a la estrategia de lo vaginal en tanto expresión de otros labios”. La lengua del barrio sucio latinoamericano, el muestrario de lo grotesco de la calle, prologa la editora Tamym Maulén.
“Palabra retina de los aullidos lengua / Espina corona ardiente fuente lasciva / Marchito penacho verba de mis ardores”. Postparriana, recolectora del murmullo cotidiano, como antes fueron los beatniks, Berenguer comienza a publicar en 1983, bajo el cerco represivo de la dictadura. Y desde entonces, sus textos no abandonaron las denuncias urgentes para la autora. No obstante, no exenta de ironía, escribe: “Al otro lado de la línea / quedo sin responder alcanzo a decir que: / mi poesía no dice na /no dice na /no dice na / mi poesía no dice”.
Recurrente en la descripción de personajes marginados/as y de su propia morenitud, declara que “la poesía chilena es blanqueada en la cordillera de Los Andes. (…) Una letra bastarda mancharía esa estética. La literatura nacional es narcisa y tiene una hilera de nombres masculinos, tiene la confirmación de una firma masculina, es sexuada. La literatura chilena es macha y su estética es occidental”.
Disponible en Bibliometro.
