Periodista.
Después 5 días de movilización y mientras se multiplicaban las manifestaciones en todo el país, el Presidente Sebastián Piñera finalmente salió con un tardío anuncio, informando medidas para calmar las protestas sociales. Señaló, entre otras cosas, que existirá un aumento inmediato de un 20% de la Pensión Básica Solidaria y otro, igualmente inmediato y de 20%, en el Aporte Previsional Solidario.
Para el economista de la Fundación Sol, Marco Kremerman, con un aumento de 20.000 pesos en las pensiones de ninguna manera se pueden desactivar elementos fundamentales de la crisis que se está desarrollando y, además, las medidas presentadas la noche del martes por el mandatario son desfasadas e insuficientes.
El economista explica que “el salario mínimo está cifrado hoy en 301.000 pesos y, lo que acaba de anunciarse por parte del presidente Piñera, que subsidiado por el Estado podría llegar a un ingreso mínimo garantizado de 350.000. Ese anuncio está totalmente desfasado de algo tan básico como es cubrir la línea de pobreza para un hogar promedio, la que hoy se sitúa en los 435 mil pesos, que son los estándares fijados por el propio Estado chileno, según el Ministerio de Desarrollo Social.”
Según Kremerman, con la cifra entregada por el jefe de Estado ni siquiera se pueden satisfacer las necesidades básicas, que se calcula en 435.000 pesos. No se pueden satisfacer las necesidades mínimas integrales que se necesitan, considerando que en Chile un salario alcanza para comprar menos cosas que en otros países, donde existe un salario social, porque la salud y la educación son gratuitas y de calidad, lo que no ocurre en Chile.
“Los datos fundamentales que consideramos para realizar este tipo de análisis tienen que ver con los aspectos básicos que tienen el diario vivir de los hogares chilenos. Y, en primer lugar, consideramos los ingresos del trabajo. Hoy día en Chile, según las últimas encuestas publicadas por el INE, la mitad de los trabadores gana menos de 400.000 pesos líquidos y solo un 30 % de las personas logra percibir un salario de 550.000 pesos, lo que es un valor absolutamente insuficiente como para llegar a fin de mes y que levemente alcanza para sacar a una familia promedio de la pobreza”, puntualiza el especialista.
“Lo que hemos ido investigando en Fundación Sol a lo largo de estos últimos 12 años es que se ha incubado un malestar social tan grande, relacionado con condiciones de vida que llevan las personas en Chile, que era muy difícil no poder proyectar un grado de descontento o un grado de fisura en el modelo que se ha impuesto desde los años 70 y que se ha administrado, profundizado y privatizado en los gobiernos de la Concertación”, añadió.
Endeudamiento, la otra cara de la crisis
Para el especialista hay una cara tremendamente perversa y es la que tiene que ver con el endeudamiento y los bajos salarios de los trabajadores chilenos más pobres, pues afecta la salud mental de la población más pobre del país. “El agobio y el stress de llegar a fin de mes, la falta de posibilidades de compartir con la familia, tiene que ver con la necesidad que obliga a trabajadores y trabajadoras que ganan bajos salarios a endeudarse”, explica.
Detalla que, según los datos administrativos de Dicom, hoy día hay cerca de 11 millones 500 mil personas endeudadas y son mayores de 18 años. Enfatiza que el 85 % de los mayores de 18 años están endeudados, cuatro millones 600 mil personas se encuentran morosas. “Son personas que se encuentran sin posibilidad de pagar las cuotas que adeudan. Eso es gravísimo,” puntualiza.
El experto reveló que en las comunas más pobres de la Región Metropolitana, como La Pintana, San Ramón, Pedro Aguirre Cerda y Cerro Navia, los niveles de morosos llegan a ser casi el 40 % de los habitantes mayores de 18 años, “lo que es gravísimo, pues cuatro de cada diez personas que viven en esas comunas están endeudadas y morosas”, subrayó.
Sistema de Pensiones, una cruel realidad
Para el investigador, las razones que explican el nivel de endeudamiento y vulnerabilidad tienen que ver con las pensiones en Chile. “El sistema está quebrado socialmente y la mitad de las pensiones por vejez, más de 700.000 mil que se pagan en Chile por AFP y compañías de seguros son inferiores a los 150.000 pesos. Y estamos incluyendo en ese valor el subsidio que entrega el aporte del pilar solidario para mejorar en algo las pensiones”, resaltó Kremerman.
Y agregó otro factor al análisis conforme al reporte de la Superintendencia de Pensiones: de las 125 mil personas que se jubilaron el 2018, la mitad de ellas pudo autofinanciar con el ahorro y con la rentabilidad que le dio la AFP una pensión inferior a 48.000 pesos, “lo que es algo extremadamente grave”.
La pensión básica solidaria es de 110 mil pesos, cerca de un tercio del salario mínimo. El presidente Piñera sostuvo que la subirá a 132.000, considerando que el mínimo garantizado subsidiado por el estado llegaría a 350.000. “Solo va a representar el 38 % del salario mínimo”, puntualiza el economista.
Mercantilización de la Educación
El analista de Fundación Sol sostiene que otro de los factores que explican las demandas tiene que ver con “los altos niveles de mercantilización y privatización en nuestro país: jóvenes obteniendo títulos que no le permiten trabajar en lo que estudiaron, con altos niveles de subempleo profesional de personas que egresan o desertan de las carreras, y terminan con una mochila altísima de deuda con el Crédito con Aval del estado (CAE). Un CAE que ha terminado endeudando a los estudiantes y al Fisco. Este último ha recomprado más del 50 por ciento de los créditos que la banca entregó con un sobreprecio de un 30 por ciento, lo que es un negocio redondo para la banca y las instituciones privadas de la educación superior. Y lo más importante, un gran dolor para los estudiantes, que tienen hipotecar su futuro y ya están endeudados con la banca y aceptan cualquier tipo de trabajo para pagar esas deudas”.
Sistema Tributario
El anuncio de Piñera de crear un tramo adicional en el global complementario para las personas que reporten ingresos por más de 8 millones, está gravando a las personas, a los gerentes, a los mandos medios. “No está gravando al capital, no hay un impuesto al patrimonio o a la riqueza”, detalló Kremerman. “Gravar la riqueza o al capital podría permitir que los impuestos del sistema tributario sean más progresivos. Tampoco se desintegra el sistema tributario que permite que hoy el 65 por ciento de los impuestos que pagan las empresas lo descuenten cuando tienen que declarar los dueños de las empresas como personas naturales. Este gobierno hasta el día de ayer pretendía que eso fuera el 100 %”, complementó el profesional.
Para el economista “tenemos un problema fundamental con el sistema tributario, que es un sistema regresivo cuya principal fuente de recaudación es el IVA, un impuesto indirecto que grava a los bienes y servicios, por tanto, en términos proporcionales son las personas de ingresos medios y bajos los que están aportando, más que las personas más ricas de este país”.
