Periodista.
El destacado economista francés, Thomas Piketty, autor del reconocido título «El capital en el Siglo XXI», que sacó roncha en los países capitalistas al demostrar con una rigurosidad impecable que este tipo de modelo económico hacía más ricos a los ricos y más pobres a los pobres, estableció una amena conversación con algunos integrantes de la Convención Constituyente, con quienes entabló un diálogo sobre componentes de la futura Carta Fundamental que apuntaran a enfrentar los altos niveles de desigualdad en el país.
En la charla- organizada por la Fundación Friedrich Ebert Chile, en el marco de su cooperación con la Red para la Justicia Fiscal y Tributaria en Chile, compuesta por ANEIICH, AFIICH, ICRICT, The Global Iniciative for Economics, Social and Cultural Rights, Center for Economics and Social Rights- el prestigioso economista se refirió, ante consultas de los constituyentes, a la necesidad de establecer una política tributaria más progresiva en Chile, como un componente esencial de mayores niveles de equidad.
Al respecto abundó en que se debería recargar con mayores impuestos, además, a quienes, por ejemplo, emitan más emisiones de carbono, buscando de ese modo conectar los objetivos ambientales y tributarios.
También se refirió, ante consultas, a lo relevante que es considerar en la economía el aporte de la mujer, incluyendo lo que se refiere al trabajo doméstico e incluso adelantó que un próximo estudio sobre desigualdad que prepara para el próximo año buscaría incorporar este tipo de aspectos. Indicó que, en general, la incorporación de la mujer en la economía es un aspecto fundamental para aumentar los niveles de igualdad en los países.
«Chile es un país extremadamente desigual que necesita de más justicia social y fiscal y que tiene en la nueva Constitución una gran oportunidad», enfatizó Piketty, antes de ser consultado por convencionales como Constanza Schönhaut, Ricardo Montero, Tiare Aguilera, Cristina Dorador, Pedro Muñoz, Camila Zárate, Marcos Barraza y Fernando Atria, algunos en un perfecto inglés.
El economista francés enfatizó que el tema de la progresividad tributaria resulta muy relevante para enfrentar los niveles de desigualdad y lo destacó a un país como Chile que está muy al debe al respecto, por cuanto la mitad de la tributación que recauda el Fisco recae en sectores pobres, medios y ricos por igual, afectando principalmente a los primeros, a través del IVA que se paga, por ejemplo, por todos los productos alimenticios. Por ello, en Chile ha sido creciente la demanda de “más impuestos para los más ricos”, debatiéndose en la actualidad diversas fórmulas al respecto.
A esto se suma que en Chile se tiene una muy alta tasa de evasión tributaria, cifrada en unos US$21.000 millones de dólares anuales, como lo indicara recientemente un ex director del SII (incluyendo, por supuesto, mecanismos como nuestros conocidos paraísos fiscales). Y cabe hacer notar que el 60% de esa evasión se concentra en los sectores de mayores ingresos, el 1% más rico de la población, que evade sólo en impuesto a la renta, casi la mitad del monto total.
Si bien el economista dijo que resulta difícil establecer en una Constitución niveles específicos respecto al ámbito tributario, llamó a apuntar a «tributación progresiva que dependa del nivel de ingresos», agregando que «se necesita una progresividad eficaz que logre una mayor equidad y armonía».
El 10 por ciento de los más ricos
Según los antecedentes presentados en la oportunidad, el 10% de chilenos más ricos se lleva casi el 60% del ingreso total en el país, mientras que la mitad del país capta sólo el 10% de esos ingresos; y mientras en Chile el sistema tributario casi no tiene mayor incidencia en la desigualdad, en los países de la OCDE ésta sí hace una diferencia muy significativa. Esto porque la carga tributaria en Chile, no sólo se paga poco y recarga a los más pobres, sino que además tiene un bajo nivel total, comparado con países de la OCDE, por lo que los candidatos presidenciales de la oposición han planteado sostenidamente la necesidad de subirla, incluyendo la tributación de la minería.
A pesar de que el tema es poco difundido por los medios tradicionales, la última Casen 2020, que mide el impacto del tema en los últimos tres años, es decir más allá del efecto de la pandemia, mostró que la extrema pobreza se duplicó en el país, pasando de 2,3 a 4,3%. Y en términos de la distribución del ingreso, el 10% más rico, que en la Casen 2017 captaba el 36% de la torta de ingresos, y ahora capta el 39%. Es decir, mostró que subió la extrema pobreza, mientras los sectores más ricos captaban una mayor proporción de la torta de ingresos. En cambio si se ve la participación en los ingresos del 10% más pobre, éste pasó de captar un 0,9% en 2017 a captar 0,1% de los ingresos…es decir prácticamente al borde de la no participación en la torta de ingresos.
Por último cabe recordar, que una reciente encuesta del INE (Encuesta Suplementaria de Ingresos) nos recordó que la mitad de los trabajadores chilenos gana algo más del salario mínimo, con $400 mil pesos o menos, por lo que entidades como la Fundación Sol destacan que ese nivel de ingresos del trabajo en Chile no permiten a una familia superar el nivel de la línea de la pobreza, que se mide por unos $174.000 por persona, si se considera una familia de 3 o 4 personas.
Piketty también se refirió a la necesidad de dejar bien estipulado en la Constitución lo que tiene que ver con los regímenes de propiedad, así como los derechos laborales, otro aspecto donde Chile tiene mucho al debe, con una bajísima tasa de sindicalización y por ende de negociación colectiva, otro aspecto fundamental para una mejor distribución del ingreso en el país.
