Periodista.
Hasta ahora, la decisión de la Democracia Cristiana de votar en favor de la idea de legislar el proyecto de Reforma Tributaria que, por siete meses mantuvo en vilo al gobierno del presidente Piñera, sólo está significando pérdidas para todos los actores involucrados: la Democracia Cristiana, la oposición y, por cierto, el gobierno. Las consecuencias reales, probablemente se verán sólo el próximo año, cuando el período electoral culmine.
Para la DC, porque -como era previsible- provocó un conflicto interno más allá de lo esperado por su directiva, o al menos, por su presidente, Fuad Chaín. Para la oposición, porque por unos días quedó sin conducta, perplejos por la decisión de sus socios, que una semana antes había firmado el compromiso de generar una coordinación durante este año legislativo y hacer frente a la agenda del Presidente Sebastián Piñera en el Congreso. Y para el gobierno, porque pese a que probablemente festejó el hecho con champaña, a estas alturas sabe que el presidente de la DC no controla a su gente y que, en el proceso de aprobación del articulado de la reforma, puede perder estrepitosamente el corazón de su propuesta cual es el sistema integrado, que, de acuerdo a los expertos de todos los colores en la oposición, definitivamente favorece al 1 por ciento más rico del país. Es decir, una victoria que amenaza con ser pírrica.
Cuando el gobierno entregó su última propuesta de Reforma Tributaria, -la que en los hechos fue aprobada por la DC en la comisión de Hacienda de la Cámara- el diputado Pepe Auth y otros parlamentarios la calificaron de “decepcionante”. Pero lo más decepcionante en realidad para los opositores fue lo que vendría después.
En cosa de minutos, el esperanzador compromiso firmado por todos los partidos de la oposición, que de alguna manera auguraba una senda de unidad futura, se transformó en letra muerta, provocando un shock del que algunos partidos aún no se recuperan. Es que con el correr de los días comenzaron a aparecer las señales de la nueva “cocina” en que participó parte de la DC: un encuentro en la cafetería de un aeropuerto sureño entre el subsecretario del Interior y el presidente de la bancada DC; las reuniones y los llamados telefónicos entre directivos DC y autoridades de gobierno; y lo más preocupante para no pocos demócratas cristianos y opositores, la confirmación, por parte del ministro del Interior Andrés Chadwick de un supuesto compromiso del presidente Fuad Chaín para votar favorablemente la integración.
Chadwick lo dijo con todas sus letras. Declaró «confiar plenamente» en el partido por la negociación de los votos durante la tramitación del proyecto. «No me cabe la menor duda de que (la DC) va a mantener sus compromisos y sus pronunciamientos públicos en término de los objetivos que hemos compartido y de ciertos acuerdos que hemos alcanzado. Entre ellos, creo que va a estar el respaldo al sistema integrado», dijo. «Confiamos porque hemos desarrollado con la DC una interlocución seria, con respeto, confiable, donde nos hemos puesto de acuerdo en ciertos aspectos fundamentales. Es evidente que tendremos discrepancias en algunas materias, no somos lo mismo ni pretendemos serlo, sino que confiamos en el respeto con el cual hemos trabajado y en la voluntad de diálogo que hemos visto en la DC». En ese sentido, el secretario de Estado enfatizó que la integración del sistema es «el corazón de la reforma» y que «es una línea roja en el proyecto». «Ahí vemos que está el principal potencial para que la reforma nos ayude en el objetivo que tenemos: invertir, crecer, que haya más empleo, retomar el dinamismo fuerte de la economía».
Chadwick, además, explicó que para que continúe la discusión del proyecto están dispuestos a ser “todo lo flexibles que sea necesario” pero cuidando el eje de la reforma sin “desnaturalizarla”. En ese sentido, aseguró que confían en la DC “plenamente y confiamos con respeto” para que el Proyecto de Modernización Tributaria, continúe avanzando en los tramites legislativos”.
“No me cabe duda que va a mantener sus compromisos y sus pronunciamientos públicos en términos de los objetivos que hemos compartido, en términos de ciertos acuerdos que hemos alcanzado y, entre ellos, va a estar el respaldo al sistema integrado”, agregó el Ministro del Interior.
Más que claro, cristalino. Esa es la decisión de la administración Piñera.
La procesión va por dentro
SI no muerto, al menos en la UTI quedó el documento firmado por los jefes de bancada de los diputados de toda la oposición, que aseguraba que uno de sus propósitos era “responder al populismo y demagogia legislativa del Gobierno con la promoción de un debate político riguroso”. El documento planteaba que “a partir del inicio del año 2019 se ha manifestado una clara disposición de todas las Bancadas de Oposición para trabajar de una manera diferente al año 2018”. Lo anterior se materializaría, según dicen, en buscar una posición compartida en proyectos claves del Ejecutivo, como las reformas previsional y tributaria, la agenda laboral, descentralización, Control Preventivo de Identidad y Aula Segura, entre otras.
Las críticas a la DC no sólo de sus socios han sido duras. Y el panorama no se le presenta alentador a su presidente. El diputado DC, Raúl Soto, ya adelantó que está cuestionando su permanencia en el partido. “Yo creo que hasta donde pueda, hay que dar la pelea desde adentro, pero evidentemente los tiempos se van agotando, y las opciones de poder incidir para que las cosas se hagan de otra manera, cuando tienes una mesa que no está dispuesta a hacerlo, también se van agotando“, sostuvo el falangista. “Hay mucha gente como yo (al interior del partido) que somos mayoría, pero que estamos invisibilizados”, añadió.
En la oposición, el Frente Amplio, por ejemplo, ha insistido en que la ley “le regala a los más ricos de Chile US $646 millones al año” y que, ante eso, “la DC ha vulnerado un acuerdo que teníamos como oposición, termina negociando de forma unilateral, y dañando severamente las confianzas que se habían construido en la coordinación de la oposición”, según afirmó el diputado Gabriel Boric.
Desde el momento de la votación de la idea de legislar, el presidente Chaín ha debido dar muchas explicaciones respecto a la decisión adoptada. Y como ocurre en la vida, el presidente de la DC no fue dueño de sus silencios, sino rehén de sus palabras. Porque entrevistado el domingo en un canal de tv, trató de aclarar lo realizado y allí habló del compromiso adquirido con el gobierno.
El senador Francisco Huenchumilla calificó como un “error político” la decisión de la directiva. Desde la bancada, el diputado Soto planteó que hay “un imprudente intervencionismo de Fuad en la bancada” y que el exdiputado “está negociando directamente él con el gobierno, pero con nuestros votos, en circunstancias que nosotros desconocemos los alcances de los compromisos que asume. Esa mala forma de hacer política a mí no me representa”.
El diputado Torres, por su parte, afirmó que “no comparto la decisión de aprobar la idea de legislar sobre una reforma que, a mi juicio, y a pesar de las mejoras, no cumple en el fondo con cuestiones conceptuales que debiéramos defender, como la progresividad en los impuestos, la no disminución de la recaudación, etc”.
«Nosotros lo que hemos dicho es que nuestra política será en función de principios objetivos, más que de mecanismos. Hasta ahora, los mecanismos de compensación que ha planteado el Gobierno y los montos son insuficientes», señaló Chahín en el programa Mesa Central de Canal 13.
Las explicaciones
Tan complicados estaban por las críticas que se alzaron, particularmente entre sus socios de la oposición y en las redes sociales, que incluso acudieron a la cuestionada encuesta del gobierno para validar su decisión. El equipo asesor del presidente de la DC no encontró nada mejor que difundir los resultados de la encuesta Cadem aplicada entre el 8 y 14 de abril, que asegura que la colectividad aumentó su percepción positiva de un 20% en 2016 a un 36% en 2019.
En el interín, Fuad Chaín siguió explicando su posición. ”Queremos que se recaude más y que aquellos que ganan más, paguen más (…) es decir que los más ricos terminen pagando más y no menos impuestos y respecto a aquello yo tengo el compromiso del Gobierno de que efectivamente va a ser así».
«Si no es así, ellos saben que nosotros no vamos a votar favorablemente a la reintegración, por lo tanto, acá lo que vamos a defender es principios y objetivos. La reintegración favorece en general a todas las empresas (…) lo importante es que lo que favorece a los grandes se compense con impuestos que paguen ellos mismos y no la clase media», declaró enfático. «Aquí no hay un acuerdo completo de votar la reforma tributaria como un paquete, aquí se acordó que los compromisos son suficientes como para poder pasar a la siguiente etapa y esperemos a ver cómo llega el proyecto al Senado y empezaremos a conversar, porque el proyecto puede sufrir muchos cambios en la segunda etapa».
Consultado específicamente por si la DC respaldará, o no, la reintegración del sistema tributario, Chahín respondió presionando al Ejecutivo. Una especie de recordatorio: «No está descartado en absoluto que rechacemos el sistema reintegrado». Insistió en que la idea de legislar fue aprobada porque el proyecto original sufrió algunos cambios, por lo que, esto no significa un “triunfo para el gobierno” y añadió que, en las siguientes etapas, para que el proyecto sea aprobado es necesario que hacer cambios en la iniciativa. “Nuestra política va a ser en función de objetivos, y los montos son insuficientes. Yo tengo el compromiso del gobierno, de que eso va a cambiar”.
El lunes 15 de abril se realizó el Consejo Nacional DC donde, entre otros puntos, se analizó la decisión de la directiva de Chaín. El Consejo -al cual no asistió la mayoría de los críticos- aprobó lo realizado. Pero, los ruidos continúan. Todos se preguntan cuáles son los compromisos que la DC tiene con el gobierno como lo señaló el propio jefe de la falange. De hecho, ya los senadores pidieron precisión a la directiva de hasta dónde llega el entendimiento con La Moneda, tomando en cuenta que a la reforma tributaria aún le queda un largo camino de tramitación.
«Yo no conozco ningún compromiso. Mi único compromiso es con el país, mi único compromiso es con hacer leyes que avancen en mayor justicia social y claramente esta reforma tributaria no apunta en ese camino», dijo la senadora Yasna Provoste.
Por su parte el senador Jorge Pizarro expresó que “la verdad es que no se sabe en qué consiste este acuerdo, porque se genera un ruido innecesario, divisiones al interior de la bancada, divisiones en el partido, en la oposición».
Jorge Pizarro prefiere “no opinar sobre la decisión del presidente del partido que llevó a los diputados a plantear la posibilidad de aprobar la idea de legislar; es una idea de ellos”. Y da luces sobre cómo actuarán en el Senado. “Nuestra bancada DC, desde el inicio del debate, hemos dicho que queremos una reforma con un sistema tributario más progresivo, y ese es el principio rector de lo que serán nuestras decisiones”, advierte Pizarro, y agrega que “supongo que nuestros diputados defenderán ese principio también”.
Pizarro enfatiza que “el debate está comenzando” y que “nosotros, como senadores DC siempre hemos dicho que Chile necesita más recursos fiscales para invertir en salud de calidad, en pensiones, en seguridad, y por eso ligamos esta reforma a la de pensiones y otras”. Insiste en que “las rentas del capital recauden más impuestos y no se disminuya la recaudación fiscal”. Y eso, insiste, “es lo que vamos a hacer en conjunto con la oposición cuando nos llegue el proyecto; si viene en esa línea, bienvenido; si no viene en esa línea, insistiremos en nuestros puntos de vista”.
El senador Huenchumilla siguió también entregando su juicio. “Con esto aparece la DC al lado de los ricos de Chile, olvidándose de su historia. Acá se cometió una grave equivocación. No sé si por ignorancia, ingenuidad u otros compromisos”. El parlamentario por la Araucanía llamó a clarificar los acuerdos entre el gobierno y el círculo de Chahín. “No sé qué se ha conversado y sería bueno que todas estas cosas se hicieran por intermedio de las instituciones de la DC, cosa que no se ha hecho, porque esto se presta para todo tipo de especulaciones. Si se pretende con esto tener un partido chico con identidad, pero que se dedique a negociar con los gobiernos de turno… esa no es la identidad de la DC, porque eso significa renunciar a la posibilidad de tener sus propias ideas”.
Agregó luego: “Estoy en absoluto desacuerdo con lo que ha hecho la directiva de la DC”, porque “eso significa estar a favor de los grandes contribuyentes y de los grandes grupos económicos. Significa que la DC está diciendo que las grandes empresas no pagan impuestos”.
“(Está) el peligro que por ser anticomunista y tan pro conservadores, la DC termine siendo vagón de cola de la derecha”, advirtió el senador, quien ha sido crítico de la conducción de Chahín, con quien se enfrentó en la última elección parlamentaria. Huenchumilla agregó que “es necesario que se clarifique cuál es la línea de la DC, y espero conversar con los diputados y muchos dirigentes respecto de qué nos está pasando para que ojalá podamos llegar a un acuerdo con Chahín y su equipo”. “Creo que buscar la identidad de un partido, diferenciarse del resto es correcto. Ese no es el problema. Lo que no me gusta es que buscando esa identidad se derechice el partido. En eso no estoy de acuerdo”, concluyó.
Fuad Chaín, en tanto, sigue firme en sus trece y revelando el por qué de su estrategia. «Si queremos ser una oposición monocolor, en bloque, que vote siempre igual, vamos a estar condenados al fracaso de que siga gobernando la derecha. La DC tiene que recuperar su espacio político. Si no recuperamos a la DC, jamás recuperaremos a la mayoría». Mencionó un respaldo contundente del Consejo y de pasó envió un recado a sus detractores, internos y externos de la oposición, asegurando que la DC es un partido dialogante pese a las descalificaciones de algunos. «Tomamos decisiones en función de argumentos, con un solo prisma: es bueno o es malo para Chile. Ni las presiones, ni las descalificaciones de ningún tipo, ni los cantos de sirena de uno u otro lado nos van a mover un ápice», recalcó.
Y, por cierto, tiene defensores. En la bancada DC, sigue teniendo apoyos importantes que parten por el jefe de bancada, Gabriel Ascencio. El diputado DC por la V Región, Daniel Verdessi dijo: “Se equivoca mi amigo y camarada Jorge Pizarro cuando dice que el presidente del partido ha tomado decisiones a espalda de la bancada de diputados. En un almuerzo donde estuvimos todos, se tomó una decisión mayoritaria de aprobar la idea de legislar en respuesta a la urgente necesidad que tienen las pymes de un apoyo, ellos son hoy los más maltratados”. “Las conversaciones del presidente Chahín con el Presidente (Sebastián) Piñera están enmarcadas en los compromisos de avanzar cumpliendo las expectativas que tiene la DC de lograr una progresividad en la propuesta y al mismo tiempo mejorar el apoyo a los adultos mayores, la clase media y el crecimiento económico”, añadió.
También salieron en su defensa los ex presidentes de la colectividad, en su mayoría inclinados a la derecha. “Como expresidentes del Partido Demócrata Cristiano apoyamos decididamente la decisión de la directiva nacional y la bancada de diputados del PDC de aprobar la idea de legislar en el proyecto sobre modernización tributaria”, comienza la declaración.
La misiva fue firmada por Alejandro Foxley, Eduardo Frei, Renán Fuentealba, Carolina Goic, Enrique Krauss, Juan Carlos Latorre, Ignacio Walker y Andrés Zaldívar. “Después de 5 años de debate en torno a la reforma tributaria, llegó la hora de producir un gran acuerdo, mirando el interés superior de Chile y de aquellos sectores que más necesitan los recursos provenientes de la reforma, así como el establecimiento de reglas del juego claras, estables y equitativas en un horizonte de mediano y largo plazo”.
Finalmente, los ex timoneles del partido aseguran que “la DC es un partido de oposición, crítica y constructiva. Apoyamos la decisión de la directiva de mantener nuestra autonomía y de buscar acuerdos con todos aquellos que estén disponibles para los temas que sirvan al interés de Chile”.
¿Y qué dicen los otros?
Sebastián Edwards, hasta hace poco entusiasta y activo defensor del gobierno de Piñera, está hasta tal punto desilusionado de lo que está ocurriendo, que decidió incluso retirarse de opinar sobre la contingencia.
El economista y profesor de la UCLA, aunque admite que la aprobación de la idea de legislar fue una buena noticia, duda del resultado final: “No sabemos qué tipo de reforma va a salir del Congreso. La semana pasada se decidió jugar el partido, pero todavía falta casi todo el primer tiempo, y el segundo completo. Es posible que al final tengamos una reforma aceptable, pero también es posible que, como han insinuado algunos, terminemos con un adefesio, con algo peor que lo que tenemos… El sistema tributario es una maquinaria compleja, un reloj suizo sofisticado. Para que funcione bien, las distintas partes tienen que calzar perfectamente, moverse en forma coordinada, tirar en la misma dirección. Cambios ad hoc sobre la marcha pueden generar grandes distorsiones. Esta es un área en que no se debe improvisar”.
Y agregó: “Si uno se guía por lo que sucedió en la Cámara, es muy posible que durante el resto de la discusión parlamentaria se le cuelguen a este proyecto una serie de iniciativas contradictorias que tengan un efecto negativo sobre la economía. Si no tenemos cuidado podemos terminar con un Frankenstein tributario”.
Por su parte, José De Gregorio planteó sus interrogantes. “Hasta dónde se negocia para conseguir el objetivo de aprobar la ley. Importa mucho si son buenas y cómo planteó Rodrigo (Vergara, expresidente del BC) puede haber una desnaturalización que eventualmente lleve a que la reforma entre como un caballo y salga como un camello”.
Lo que sigue
Aún faltan pasos trascendentales en un proceso que probablemente durará hasta el fin de este año. Mientras, apareció en lontananza otra de las reformas importantes que quiere dejar como legado el gobierno de Piñera. La reforma previsional.
Pero no se avizora un panorama simple. «La idea de legislar de la reforma de pensiones no está asegurada». Esa fue la respuesta del presidente de la comisión de Trabajo de la Cámara, Raúl Soto (DC), a las declaraciones del ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, quien afirmó que se la jugaría porque el proyecto fuera ley este mismo año.
Mientras Monckeberg estima que la idea de legislar podría ser votada la primera semana de mayo, el democratacristiano declara que «no hay nada descartado» por parte de la oposición, pero que una cosa está clara al interior del bloque: «No existen los pisos mínimos para tramitar el proyecto
El diputado Soto aclaró que la reforma «es totalmente necesaria» y que «nunca tendremos una actitud obstruccionista» en su tramitación, pero que «hay que buscar fórmulas distintas a las planteadas por el proyecto y, para eso, se necesitan acuerdos con el Gobierno». «La invitación que tenemos que hacer desde la oposición hoy día es que busquemos cuál es la nueva fórmula óptima que Chile necesita para un nuevo sistema previsional que permita entregar mejores pensiones a los chilenos. Nosotros siempre vamos a estar abiertos a la posibilidad de un acuerdo en la medida que el Gobierno se abra no solamente a una, dos o tres concesiones pequeñas como ocurrió en la Reforma Tributaria, sino que de verdad se sienten a conversar con nosotros respecto a cuál es esta nueva fórmula previsional que Chile requiere».
El diputado reveló el trabajo que están haciendo al interior de la oposición y que va en la misma línea que el realizado con la reforma tributaria: generar un documento con las «condiciones mínimas» para poder negociar. «Ya avanzamos respecto del pilar solidario, luego hablaremos sobre el pilar contributivo y esperamos que a fines de abril podamos estar en condiciones de estar cerrando un documento de pisos mínimos, para así la primera semana de mayo empezar las conversaciones y negociaciones con el Ejecutivo». «La idea es que, en base a eso, ver si hay agua en la piscina o no para aprobar la idea de legislar, porque evidentemente si no tenemos iniciativas parlamentarias y la iniciativa exclusiva en temas previsionales es del Ejecutivo, una vez que pase la idea de legislar, las posibilidades reales de poder incidir en cambios importantes se reduce prácticamente a cero», explicó el diputado DC.
«Es la misma fórmula que se usó para la tributaria y que espero que la apliquemos de mucho mejor manera ahora, obviamente (…) Lo que queremos, de alguna forma, es dejar comprometido al Gobierno en algunos temas que nos interesa sellar antes de votar la idea de legislar”.
