Periodista.
Sumando y restando, definitivamente el año 2018 termina mal para el Gobierno de Sebastián Piñera. Inició su administración en marzo con un exitoso 60 por ciento de aprobación. Poco a poco el andamiaje triunfalista planificado y echado a andar en sus inicios, comenzó a desmoronarse. A poco andar de asumido, las cifras comenzaron a bajar instalando el nerviosismo en La Moneda que hizo lo imposible por cambiar ese rumbo de colisión con el fracaso de un gobierno que prometió “tiempos mejores” y que nunca llegaron. De hecho, pese a todos los anuncios, la parafernalia y hasta la tontería de ver y escuchar a un Presidente anunciando ni más ni menos que ¡la baja de la bencina!, como si nadie supiera que no depende de él sino del precio internacional, su propia encuesta Cadem no tuvo más remedio que informar que la administración Piñera terminaba el año con un escuálido 39 por ciento de aprobación.
No podía ser de otra manera, cuando la Bolsa de Santiago cerró con un año decepcionante, al decir de los expertos. Al cierre de las operaciones de la última sesión del 2018, el principal indicador de la plaza local apuntó una pérdida anual de más de 8%, su peor resultado en los últimos cinco años.
Aunque los principales ministros se esforzaron en los últimos días del año en dar la sensación de un Gobierno exitoso, siempre y majaderamente comparándose con el de Michelle Bachelet, lo concreto es que la desconfianza reina. Y llegó incluso a la propia coalición gobernante, dejando incluso a uno de su partido, el que se preciaba de ser moderno y liberal, dividido y asustado.
El futuro no se vislumbra para nada halagüeño para el oficialismo. No sólo por los pronósticos económicos, sino además, por el tema de la seguridad, las crisis inimaginables de instituciones que gozaban de prestigio, la violencia que se ha incubado a partir del asesinato del joven mapuche Camilo Catrillanca, la situación de los inmigrantes que ha permitido visualizar el racismo latente de un gran número de chilenos, paros emblemáticos como el de los portuarios y lo peor para la hasta ayer tranquila derecha -gobierno incluido-, la aparición del fantasma del dictador Pinochet. En brazos de sus partidarios de extrema derecha -vía efecto Bolsonaro- hoy se atreven a reivindicar su nombre y lo que llaman su obra. Más aún, diputados pertenecientes a la derecha que está gobernando, ya anunciaron que están trabajando para llevar a José Antonio Kast a la presidencia de la República, inaugurando así una precampaña presidencial cuando aún no finaliza el primer año del gobierno.
Todo ello teniendo al frente una oposición que no logra salir de su letargo y se ha transformado en algo irrelevante. Hasta ahora. Ahí no se ven horizontes claros, no surgen liderazgos capaces de orientar a una inquieta y enojada base de apoyo. No existen proyectos estratégicos del tipo de sociedad que muchos reclaman y que encuentran eco, nada más ni nada menos, que en un ex diputado de ultraderecha que ofrece mano dura.
Muchos anuncios, pero…
Siguiendo el ejemplo de su jefe, el Ministro Secretario General de la Presidencia, Gonzalo Blumel, despidió el año dando una cuenta increíblemente autocomplaciente respecto de la gestión gubernamental. Parecido a la nota 6 con que el Presidente se autoevaluó al ser entrevistado hace un par de semanas. Blumel señaló en radio Cooperativa que “objetivamente la economía está mejor. El año pasado, la economía creció 1,5 por ciento y ahora, un 4 por ciento. Tres veces más que el gobierno anterior. La inversión cayó, en realidad fue negativa. Este año va a crecer entre un 5 y un 6 por ciento”…insistió, repitiendo una vez más el san Benito de culpar al gobierno de Michelle Bachelet de todo lo malo del país. Afirmó que los salarios nominales crecieron y si bien reconoció que el tema externo ha influido en la mala evaluación de la economía, así como el cierre de algunas empresas, dijo que se habían creado “un montón de nuevas empresas y nuevas inversiones”.
Antes, en una eterna entrevista en un matinal, Piñera había afirmado que “la economía chilena estaba prácticamente estancada. Este año va a ser la de mayor crecimiento entre los principales países de América Latina. En Chile somos muy severos con nosotros mismos. Vea a Argentina: 8 meses de recesión; vea Brasil, tres años de estancamiento; vea Venezuela, una crisis total”. El jefe de Estado reiteró que la actividad está creciendo a tasas del 4 por ciento (“tres veces más que el gobierno anterior”) y que se han recuperado con fuerza tanto la inversión como la productividad. “Vamos a crear más de 140 mil empleos y con mucho mejor calidad, con contratos, con salarios, con estabilidad, con seguridad social”, sostuvo.
Reconoció eso sí que hubo mayores expectativas respecto de los avances de su gobierno. Pero le bajó el perfil al hecho y para variar, quiso transformar su derrota en victoria: “Creo que la gente siempre tiene más expectativas que la realidad y eso es bueno”. Y puso ejemplos de lo bien que se está en el país: “Este año se batió el récord de ventas de automóviles, más de 400 mil; se batió el récord de venta de viviendas, se batió el récord de turismo dentro y fuera de Chile por parte de chilenos ¿Quién está comprando los automóviles? ¿Quién está comprando las viviendas? ¿Quién está viajando? (…) Obviamente que el crecimiento está llegando a la gente”, aseguró Piñera.
El Mandatario anunció que “en los próximos días” ingresará la reforma al sistema de isapres y sobre la de las AFP’s dijo que si se aprueba “vamos a mejorar sustancialmente las pensiones de todos los pensionados, pero muy especialmente a las mujeres que están muy castigadas; a la clase media que nunca ha tenido una ayuda en el sistema de pensiones y a los grupos más vulnerables”.
El jefe de Estado dijo que es materia de preocupación el aumento de adultos mayores, pero, sobre todo, el aumento de adultos mayores no valentes que “se va a duplicar”. “… vamos a crear un seguro, es decir, una pensión adicional para que los adultos mayores no valentes tengan la posibilidad de contratar a una persona que los ayude y los acompañe”.
Sin embargo, se mostró preocupado por el impacto de un posible estallido de la guerra comercial entre las dos mayores economías mundiales y el clima político existente, comprometiéndose a buscar la unidad entre los chilenos.
También anunció el envío de una reforma constitucional para terminar con el llamando “decreto fundado”, para la destitución de los mandos uniformados. Esto a raíz de lo ocurrido con el ex general director de Carabineros, Hermes Soto, quien no quiso renunciar a su cargo a propósito de mentiras y enredos institucionales luego del asesinato de Catrillanca. Lo paradójico es que los hoy ministros Andrés Chadwick, Hernán Larraín y Alberto Espina negociaron el 2004 la reforma constitucional con el gobierno de Ricardo Lagos. Tras años de negativas, accedieron a devolverle al Presidente la facultad de remover a los jefes militares y de Carabineros, pero a cambio de un decreto fundado e informando previamente a la Cámara de Diputados y al Senado.
Desde la muerte de Camilo Catrillanca el 14 de noviembre, el Gobierno ha estado de tumbo en tumbo en el tema mapuche. Su Plan Araucanía al parecer está paralizado. Los loncos se niegan a sentarse a una mesa de negociación como lo había logrado anteriormente el Ministro de Desarrollo Social. Los atentados, en tanto, continúan y no se ve con claridad qué ocurrirá en el futuro. En definitiva, recuperar la confianza y todas sus derivadas será la enorme tarea que deberá enfrentar desde el inicio el nuevo General Director de Carabineros. Todo un proceso de largo aliento.
¿Y la economía?
Alguien que sabe de cifras y de los cursos de la economía, el ex ministro Nicolás Eyzaguirre, afirmó al finalizar el año que “desgraciadamente, creo que las condiciones internacionales no van a acompañar a Chile y vamos a tener crecimientos mediocres en los años que vienen. Me atrevería a decir que 3 por ciento sería un éxito para el 2019 y menos todavía para el 2020”.
Eyzaguirre aclaró por enésima vez que, en el tercer trimestre del año 2017, siendo el ministro de la Presidenta Bachelet, la economía tuvo un punto de inflexión. “Estuvo dinámica durante la segunda mitad del 2017 y el primer trimestre de este año y de ahí, se chantó…” Explicó al respecto que se produjo un punto de inflexión producto del recrudecimiento de la guerra comercial en febrero y desde ahí, las bolsas mundiales han estado en picada, señalando que también se han reblandecido los términos de intercambio. “Y lo que ha ocurrido es que la economía ha comenzado a transitar más lento”.
Afirmó que “el 4 por ciento que tenemos de crecimiento para este año es meramente la inercia de esa inflexión que ocurrió a mediados del año 2017”. Eyzaguirre auguró que el índice de Productividad de Noviembre y del último trimestre del año, va a ser muy bajo. “Desgraciadamente, ellos son esclavos de sus palabras, porque dijeron la vez pasada que esto era producto de las políticas de la Presidenta, desligándolo completamente de la influencia de la economía internacional, diciendo que no éramos marionetas del mundo”.
Y confesó que su temor era que “conforme las promesas de tiempos mejores se deshagan, las soluciones facilistas de los extremos, tanto de Kast como de la izquierda-izquierda, pueden comenzar a cautivar a la gente. La am enaza de Chile es que las posición es extremas, por desencanto, prevalezcan”. Cosa que ya estaría sucediendo.
Llamando a una “derecha sin complejos”
No es casualidad la irrupción con tanta fuerza de José Antonio Kast, quien no se pierde oportunidad para emitir declaraciones y continuar en vitrina. No es casualidad tampoco su llamado en una especie de edicto enviado a los militantes y simpatizantes del Gobierno titulado “2019: hacia una derecha sin complejos”.
Y varios le están prestando atención, tanto que desde la esposa del Presidente hasta el propio Mandatario han salido a criticarlo. Piñera, quien no había querido opinar ante el nuevo flanco abierto luego que se conocieron declaraciones de parlamentarios a favor de la candidatura de Kast dijo que “es cierto que en la última elección sacó una votación cercana al 8%, pero creo que no es el camino para Chile, no creo en los extremos”.
De inmediato el hashtag #estoyconJAK llegó al primer lugar del listado con un mensaje de apoyo haciendo referencia a la crítica que recibió el ex presidenciable de parte del Presidente Piñera.
Las alarmas se encendieron en el oficialismo. Es que al menos ocho de los 34 diputados de RN: Camila Flores, Harry Jürguensen, Miguell Mellado, Francesca Muñoz, Ignacio Urruticoechea, Eduardo Durán, Aracely Leuquén y Carlos Kuschel hicieron declaraciones apoyando las aspiraciones presidenciales de José Antonio Kast. Algunos miembros de la mesa de RN dicen que no quieren perder gente a manos de él -como le pasó al gremialismo con Ignacio Urrutia-, pero si es que eso pasa, es mejor que ocurra ahora y no después.
La decisión de la directiva de la colectividad fue ponerle atajo a esta eventual sangría pidiéndoles a sus legisladores que tomen distancia del ex UDI, cosa que provocó la reacción de los seguidores de Kast. Frente a ello, el presidente RN Mario Desbordes descartó que se esté viviendo una crisis en el partido. “Yo no hablaría de una crisis en Renovación Nacional, hay algunos parlamentarios que tienen afinidad con José Antonio Kast, hasta ahora uno ha señalado que lo apoya en la carrera presidencial, nosotros esperamos que los militantes, los dirigentes, y todos los que estamos en RN, apoyemos a un solo candidato que es el que RN va a definir”, indicó. Y señaló: “en su minuto, RN va a tener sus propios candidatos presidenciales y no quiero revivir episodios donde hay dos o tres RN descolgados apoyando a otro candidato que no es del partido. Eso no le hace bien a ninguna organización”.
Los seguidores de Kast
Quien fue la primera en descubrir su amor por el dictador Pinochet y su preferencia por José Antonio Kast, Camila Flores, declaró que éste “y su movimiento son de derecha, es un líder de derecha ya acá no estamos hablando de apoyar a alguien de izquierda. Y en nuestra coalición y si queremos tener un próximo gobierno de derecha, nadie sobra. Ni los que nos sentimos de derecha ni los de centroderecha”. La diputada asegura que no le molestan las críticas de Kast a Piñera porque “son legítimas diferencias con el gobierno y no veo un conflicto; José Antonio quiere que al gobierno le vaya bien”. E insiste en que “es importante que tengamos una conversación con el presidente de nuestro partido y de nuestra mesa; además es lógico que cualquiera de nosotros votaría en segunda vuelta por Kast. Yo, por supuesto que lo haría, y con todo gusto”. Tal conversación ya está fijada para luego de las fiestas de fin de año.
El diputado Jürguensen explicó en tanto que “estoy con José Antonio Kast porque representa valores y principios que yo comparto y sobre todo porque él es un político decidido a enfrentar una corrupción creciente en nuestro país”. Dijo que “estamos lejos de una campaña presidencial. Es un asunto abierto, no están resueltas las cartas de Chile Vamos por lo tanto no hay inconveniente que diputados como yo u otros puedan reunirse con Kast”.
Miguel Mellado, por su parte, señaló que “ojalá haya un segundo Gobierno centroderecha, entonces no se puede ningunear a nadie de los que pertenecen a esta familia, en especial a quien aportó en segunda vuelta para la elección. Están errados quienes quieren silenciar o congelar a ciertas personas”. Y lanzó sus dardos hacia uno de los socios de su coalición. “No podemos seguir bailando al ritmo de un partido chiquitito como Evopoli, que cree que gobierna y que hay que llevarle el amén a ellos. Por favor. Tenemos muchos más años de vida que ellos en la política y hay que preocuparse por el segundo gobierno de Chile Vamos y eso significa que puede ser cualquiera: uno de Evopoli, de la UDI, de RN o José Antonio Kast”.
Cristóbal Urruticoechea señaló que en RN hay diputados que están de acuerdo con la eutanasia, con el matrimonio igualitario, con la adopción homoparental, “entonces, no me convence que el partido decrete que no podemos apoyar a José Antonio Kast, pero sí podemos tener diversidad para ese otro tipo de cosas. Si la condición es esa, habrá que pensar bien. Si estoy incomodando al partido, habrá que tomar una decisión”.
“Ayudaría mucho para entender que José Antonio Kast y Acción Republicana no son solo un par de personas; somos muchos los que queremos un objetivo común como el que él está representando hoy día. Es que José Antonio no es un factor de riesgo, es un referente para Chile Vamos, le hace bien a Chile Vamos; ni él ni su movimiento están fuera de Chile Vamos. La prueba más concreta de eso es que somos varios parlamentarios, de la Cámara y el Senado, que apoyamos al movimiento, que vemos en José Antonio un líder que les hace bien a la derecha y al país. Pensar que José Antonio Kast le hace mal a Chile Vamos o que es un agente externo que le provoca daño al gobierno es un error grave”.
Para Evopoli en cambio, “la diversidad en Chile Vamos tiene límites y tiene un marco», señaló el presidente de Evopoli, Hernán Larraín Matte. «Chile Vamos es una coalición abierta, pero no todo cabe en Chile Vamos. Los extremos no caben en Chile Vamos… Por supuesto que existe diversidad en muchas materias, pero la democracia y los derechos humanos son parte de los principios fundamentales de nuestra coalición», expresó. Según el timonel de Evopoli, «evidentemente hay una tensión detrás de alguien que se declara pinochetista, porque detrás del pinochetismo hay una historia de una dictadura que violó los derechos humanos. Por supuesto que esa tensión es evidente».
Mientras tanto Kast no se queda en silencio. Y al parecer seguirá tratando de encantar a los desencantados del gobierno. Dijo que “la mayoría de las personas que tuvieron cargos de liderazgo en RN por muchos años reivindicaron la figura de Pinochet y se fueron alejando. Cuando algunos se dan cuenta que no es tan conveniente mantener algunas líneas de acción política que estaban, se desmarcan. Pero muchos que hoy día plantean que no son tan cercanos, estuvieron en Londres, se manifestaron a favor de Pinochet. Llama la atención que algunos que fueron partidarios y trabajaron algunos de ellos en el gobierno militar, hoy miren con distancia lo que hicieron en ese momento”.
Y repitió lo que será su caballito de batalla futuro: “lo que se planteó en la Constitución del 80 es lo que yo defiendo y el modelo económico que se instaló en distintas áreas, son ideas de derecha que permiten el progreso y el desarrollo del país. El modelo que se estableció durante ese gobierno es lo que sigue vigente, con algunas modificaciones, adecuaciones, pero básicamente sigue siendo el mismo modelo y es un modelo que es reconocido a nivel mundial”. Y de ahí su llamado a la derecha a asumir sus posiciones “sin complejos”.
