Periodista.
Mientras las amenazas desde el gobierno se concretan en hechos para impedir que sea aprobado el segundo retiro del 10 por ciento de las cuentas individuales de las AFPs y se toman la agenda política, lenta e inexorablemente se acerca el día en que los partidos y posiblemente -aún no es seguro- los y las independientes inscriban sus candidaturas para el proceso electoral que se realizará el 11 de abril del próximo año. Con una grave salvedad: son pocos, poquísimos los que se preocupan del tema y menos aun los que lo saben…
Quienes siguen los avatares de la política se preguntan qué les pasa a los partidos. Deberán inscribir en pocos días más ante el Servel, sus candidaturas para elegir nada menos que a los gobernadores regionales, alcalde o alcaldesa de la comuna, concejal o concejala de la misma comuna y el candidato a constituyente del distrito. Es decir, cuatro votaciones de la mayor importancia. Pero, -de nuevo-, pocos lo saben.
En el país existen 87 cupos a Gobernadores Regionales (todas las regiones) y 103 cupos a alcaldes (en 16 regiones).
Aunque están muy venidos a menos según las encuestas, y han sido incapaces todo este tiempo de rearmarse y recuperar la confianza de la ciudadanía, lo cierto es que son indispensables y necesarios para mantener el sistema democrático y ser el puente que une al pueblo con el poder político.
Por lo mismo, la situación de dispersión de las fuerzas opositoras augura días muy malos para ese sector. Aunque en todos los partidos se escucha decir que la unidad es indispensable para que la derecha no se tome el poder de comunas y regiones, lo cierto es que poco o nada se ha hecho para ceder posiciones y poner el interés general de chilenos y chilenas por encima del egoísta interés particular, como ha ocurrido en el último tiempo. Basta recordar lo que ocurrió en la oposición con el intento de inscribirse unidos para las primarias.
En esto de buscar acuerdos electorales, la centroizquierda tiene su historia y puso en práctica lecciones dolorosas para recuperar la democracia. Esta vez quiso “lograr un acuerdo electoral para efectuar primarias legales en todas las regiones del país, sin blindajes u omisiones, para escoger a los candidatos de la oposición a las elecciones de gobernadores regionales de abril próximo. Nada más. Es decir, se trataba de un compromiso de transparencia y democracia para un evento electoral concreto, no de un acuerdo estratégico ni programático. La centroizquierda chilena históricamente ha sido plural, alejada del “pensamiento único”, marcada por muchos partidos y movimientos y, a veces, por momentos de dispersión como los que hoy vivimos. La unidad ha sido un tema reiterativo de la centroizquierda plural”, recordó el presidente del PPD, Heraldo Muñoz. No se logró.
Proyecciones fatales
Expertos electorales señalan que, si la oposición en su conjunto no acuerda trabajar unidos, las proyecciones de resultados indican que la derecha obtendría el triunfo entre 11 y 13 regiones del país, según los números de la última elección nacional de diputados. Dicen que en gobernadores regionales lo probable es que Chile Vamos concuerde una sola candidatura. A lo más, una competencia parcial con el ultraderechista Partido Republicano.
Este domingo 29 de noviembre será un verdadero examen al estado del arte. La Unidad Constituyente – Democracia Cristiana, Partido Socialista, Partido Radical, Partido Progresista, Ciudadanos y el Partido por la Democracia-, irá a primarias legales en las 16 regiones del país. El Frente Amplio lo hará solo en cuatro regiones y Unidad por el Cambio -PC y Frente Regionalista Verde Social- aún no se sabe. Y el tiempo sigue corriendo, sin que se sepa mayormente de qué se tratan estas primarias.
Esos expertos electorales, que hoy por hoy se quiebran la cabeza por tratar de entender y anticipar resultados en este carrusel electoral que se viene el próximo año, proyectaron la última elección de diputados con una oposición dividida en tres o más listas y la derecha en una sola. En la elección de constituyentes da como resultado 78 constituyentes de derecha y 77 de oposición. Si la oposición fuera en una sola lista, obtendría 99 constituyentes a 4 votos de lograr los 2 tercios y la derecha solo lograría 56 cupos.
Números más, números menos, todo indica que por ahí van los resultados. Entonces la pregunta que salta es ¿cómo enfrentará la oposición la elección de constituyentes, de gobernadores, de alcaldes? Tremenda tarea para los partidos y para los independientes. La fecha límite para la inscripción de candidatos a elecciones municipales y de gobernadores regionales es el 11 de enero del próximo año.
En el caso de las primarias del próximo domingo, hay quienes están bregando porque el ganador de estas elecciones previas para gobernador de la Región Metropolitana, es decir, el que obtenga más votos entre los dos bloques que concurrirán a dichas primarias: Unidad Constituyente y el FA, se convierta de inmediato en la carta única del sector. Es por ahora, sólo una idea.
Aunque no se sumaron a ninguno de los pactos que se armaron en septiembre, luego de que el FA se retirara de las negociaciones para las primarias, el conglomerado conformado por el Partido Comunista y la FRVS (Unidad por el Cambio), ahora hizo un llamado para concordar primarias convencionales de toda la oposición para la elección de gobernadores regionales, porque “no podemos permitir que la derecha, siendo minoría, se instale en muchas regiones”. A estas alturas, cuando ya todo está en las puertas del horno, la reacción aparece como tardía.
Lo que está más que claro -por ahora- es que ocurrirá lo que todos repiten como un mantra: si no hay unidad, el ganador de la Región Metropolitana en abril será el candidato de la derecha. Porque los votos de la oposición se dividirían para cuatro candidatos, cada uno con su apetencia a cuestas: el ganador de las primarias de Unidad Constituyente; el ganador de las primarias del Frente Amplio; el del Partido Humanista, Pablo Maltés (marido de la diputada Jiles); y el candidato de Unidad por el Cambio.
Pareciera que distinto será en el caso de las municipales. En la oposición están pensando en realizar primarias convencionales el 6 o el 13 de diciembre en comunas como Ñuñoa, La Reina, La Florida, Santiago, Providencia, Valdivia, Machalí y Punta Arenas, entre otras. Pese a esto, en el sector no descartan que se impulse el mecanismo de primarias en donde actualmente hay alcaldes de la centroizquierda. Desde la DC han insistido en que están dispuestos en poner a todos sus ediles en competencia.
En Unidad Constituyente aseguran que es probable que compitan con candidato propio en todas las comunas en que el Frente Amplio inscribió primarias legales el 30 de septiembre: Putaendo, Maipú, San Miguel, Til Til, Quinta Normal, Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana.
Lo que está en discusión es el criterio para hacerlo y dónde: si solo lo harán en comunas con ediles de Chile Vamos, o sólo en comunas donde haya alcaldes con límite a la reelección También se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de competir en lugares donde gobiernan alcaldes de oposición.
Ahora el Frente Amplio declara su voluntad de “avanzar en una lista unitaria de la oposición, con programa y reglamento común, y en conjunto con las organizaciones sociales y los partidos políticos que empujan transformaciones. Varias organizaciones y partidos fuera de nuestra coalición se han pronunciado ya en la misma línea, por lo que espero sinceramente que podamos seguir avanzando en esa dirección”, dijo la presidenta de RD, Catalina Pérez. El problema es que incluso dentro del Frente Amplio aún no se aclaran de cómo enfrentarán internamente una posible lista unitaria.
Tampoco se ha llegado a acuerdo en Unidad Constituyente. Hasta ahora se sabe que la DC y el PR proponen dos listas complementarias; el PPD, el PS y el PRO han impulsado la conformación de una sola lista. Si se le suma que, en la elección de los convencionales, hay que incluir a los independientes, entonces todo se hace más complejo.
La derecha también
Ante las consultas sobre la participación de autoridades en las campañas a primarias, el ministro de la Segegob, Jaime Bellolio, envío un texto a los partidos de su coalición transmitiendo que la decisión de Piñera es que se abstengan de dar apoyos con miras a “evitar tensiones en Chile Vamos”. Eso sí, agregó, que sólo después de las primarias se podría apoyar al candidato común rigiéndose por las reglas que establece la Contraloría sobre participación eleccionaria.
Fue un balde de agua fría. Porque al menos en RN tenían piezas audiovisuales preparadas con sus figuras principales que quedaron bien posicionadas luego del plebiscito. Varias apoyaron públicamente el Apruebo, como los ministros Mario Desbordes y Cristián Monckeberg.
La prohibición obviamente generó molestia entre algunos parlamentarios e inquietud en la directiva. “No podemos desaprovechar las buenas figuras que tenemos en el gobierno y que, tras el plebiscito, quedaron muy bien posicionadas. ¿De qué nos sirve, entonces, tener ministros bien evaluados, si no pueden decir nada?”, opinó el diputado Camilo Morán. Francisco Eguiguren, opinó airado de manera similar. “Me parece pésimo que se le impida, obstruya e inhiba a las autoridades participar del proceso eleccionario de primarias de Chile Vamos”. Y agregó que “amordazar e impedir que las autoridades participen lo encuentro lejos el camino más equivocado y, por cierto, no tiene nada democrático”.
A la preocupación por los bandazos del gobierno respecto al retiro del 10 por ciento de las AFPs, que de alguna manera afecta a sus electores, se suma lo que quedó en evidencia en un estudio sobre la elección de constituyentes que elaboró el diputado y cientista político Tomás Fuentes, de RN.
El texto recoge simulaciones de escenarios electorales en caso de que Chile Vamos decida no ir en un pacto electoral en los comicios de abril con el Partido Republicano, liderado por José Antonio Kast. “Se concentra el análisis en la distribución de los 155 escaños de la convención constitucional. Se utilizan como base los resultados observados en las elecciones de concejales 2016 y de consejeros regionales (Cores) 2017”. La conclusión es enervante para algunos. Si Chile Vamos va en una lista sin la colectividad de Kast, perderá representación en esa instancia.
“Si consideramos las municipales de 2016, se demuestra que si Chile Vamos fuera unido con el Partido Republicano obtendría 18 escaños adicionales, alcanzando un total de 83. En el caso que el partido Republicano compitiera en una lista separada y obtuviera 10% de la votación, obtendrían 9 escaños, Chile Vamos perdería 21, y la centroderecha se quedaría con 71. Es decir, si no se logra competir en una lista unitaria se perderían 12 posibles escaños”, afirma el parlamentario.
No podía faltar la opinión del diputado Diego Schalper, quien no le hace asco a la alianza con los patriotas de Kast. “El estudio es claro, no se trata de lo que cada partido o movimiento logre de manera individual, sino de cómo el competir juntos en una lista única nos beneficia frente a una oposición dividida”. Pero, hay sectores de RN y de Evopoli que se resisten a la idea de incluirlo.
Así las cosas, hay quienes en la UDI aún no logran digerir lo que dijo la senadora y jefa del gremialismo, Jaqueline Van Rysselberghe quien llamó a su partido a revisar bien cómo van a elegir a sus parlamentarios en la próxima elección. A su juicio, “al final del día, no sé si vale la pena tener parlamentarios que engrosan las filas, pero que actúan con la izquierda», refiriéndose a los parlamentarios de su colectividad que, por ejemplo, apoyaron el segundo retiro del 10%.
