Periodista.
La pandemia y “el día después” siguen siendo los protagonistas del escenario político en el país. De ahí que en medio de la preocupación por el camino en alza de la letalidad y el contagio de chilenas y chilenos por el coronavirus y cuando pese a los desmentidos, los rumores del cambio del ministro encargado de la estrategia sanitaria continúan, finalmente y no sin problemas, la oposición y el gobierno se sentaron a conversar a fin de llegar a algún acuerdo sobre cómo enfrentar la crisis económica, social y de salud en que Chile está sumido. Con plazo fijo y temas acotados.
No podía ser de otra manera. La orfandad de la población respecto de líderes, directrices, orientaciones y seguridades, cuyo denominador común es la profunda y ya vieja desconfianza en instituciones y políticos, y los miedos nuevos que surgieron a propósito de la pandemia y sus consecuencias económicas, obligaron al encuentro. Un encuentro que sólo acordó la conformación de un equipo técnico-legislativo que trabaje en un plazo de dos semanas una propuesta de protección social, empleo y reactivación económica. Y en el Parlamento. Bastante lejos del gran “acuerdo nacional” que buscaba el gobierno y que el propio Presidente Sebastián Piñera planteó: su idea era alcanzar un «gran acuerdo nacional», bajo tres ejes, primero para combatir la pandemia por el coronavirus, tener un plan de protección social y reactivar la economía en medio de la emergencia sanitaria.
Ese espíritu de urgencia para encontrar soluciones de alguna manera lo interpretó el presidente del PS, Álvaro Elizalde, uno de los participantes del encuentro, cuando señaló que “da lo mismo quién gana políticamente con este diálogo, hay gente que se está muriendo”. Y agregó: “lo que estamos viviendo es de tal gravedad que más que estar preocupado de quién aparece en la foto o cuál es el partido que tiene mayor cobertura, en lo que realmente hay que concentrarse es en cómo generamos un acuerdo básico que permita superar esta emergencia, sobre la base de los tres tópicos que se acordaron el viernes: protección social, reactivación económica y marco fiscal. Tenemos que concentrarnos en este diálogo de urgencia para enfrentar la emergencia, porque si actuamos con tardanza las consecuencias las van a pagar todos los chilenos.”
El peligro del hambre
De ahí que la propuesta del Colegio Médico se visualiza como el inicio de lo que urgentemente se debería poner en práctica. El hambre, pese a las cajas con alimentos, acecha todos los días. Bien lo señala el economista y profesor de una universidad norteamericana, Sebastián Edwards, uno de los seis economistas invitados por la presidenta del Colmed, Izkia Siches, a construir la propuesta y que simpatiza con el actual gobierno. Dice que “sin un aumento importante de la ayuda a las familias vulnerables, corremos el riesgo de una nueva ronda de violencia social. Creo que el país no soportaría eso, especialmente en una situación de pandemia”.
Lo mismo piensa el ex ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés. A su juicio, la propuesta elaborada junto al ex presidente del Banco Central, José de Gregorio, además de Sebastián Edwards, Claudia Martínez, Andrea Repetto y Claudia Sanhueza, perfectamente puede ser la base de la discusión del acuerdo económico-social que busca La Moneda.
¿Y qué plantean estos economistas en pocas palabras? Que se utilice el saldo del Fondo de Estabilización Económico y Social (FEES) -US$ 12 mil millones o 5% del PIB- como referencia de gastos adicionales para los próximos 18 meses. Los expertos calculan que se podría gastar, cada mes y en promedio, US$ 670 millones por encima de lo ya comprometido para financiar paquetes de ayuda importantes a las familias.
Se dice que, para desgracia de la UDI y el fanatismo de derecha, a Sebastián Piñera le pareció razonable
esa propuesta, porque era con un plazo de 18 meses. El Mandatario encomendó a los ministros Gonzalo Blumel (Interior), Ignacio Briones (Hacienda), Felipe Ward (Segpres) y Sebastián Sichel (Desarrollo Social) sacar adelante su apuesta de un nuevo acuerdo nacional.
Tema difícil para llegar a consensos será en cuánto se va a endeudar el país y a través de qué mecanismo. “Tienen que ponerse dentro de un marco de responsabilidad fiscal y presupuestos fiscales que nos permita enfrentar con mucha sensibilidad las necesidades y responsabilidad los desafíos del futuro”, fue la tarea que encomendó Piñera.
El expresidente del Banco Central José de Gregorio, también parte del Grupo de los Seis, como se los denomina, señaló que “no podemos gastar todo, pero no podemos seguir con la política del goteo, de que se enfrenta una nueva crisis y salimos con una nueva política; se llama a una cuarentena y se hace el tema de las cajas, y vamos dándole; eso genera una tremenda tensión política-social y, además, genera políticas malas”.
Otro gran tema será la ayuda para las grandes empresas. Ahí está, por ejemplo, Latam, que anuncióque se someterá a una reorganización concursal bajo la ley de Quiebras de EE. UU.
Ya hay nominados para este intento. En el caso de RN, designaron a Rafael Aldunate, Cristian Solís de Ovando y Bernardo Fontaine. La UDI designó a Sergio Urzúa, Rodrigo Cerda y Bettina Horst, todos grandes críticos de la propuesta del Colmed. En Evópoli, tendrán que decidir entre Klaus Schmidt-Hebel, Sebastián Izquierdo, Rafael Bergoeing, Francisca Dusaillant y Paulina Yazigi.
La DC, en tanto, propondrá a De Gregorio, mientras que el PPD optaría por Rodrigo Valdés. Aun faltan otros nombramientos.
También se conoció una propuesta de más de 200 instituciones y actores de la escena pública nacional sobre la necesidad de una recuperación económica para superar la crisis del Covid-19 y alineada con los compromisos climáticos adquiridos por Chile ante el acuerdo de París.
“El mundo enfrenta la crisis sanitaria más grande de la historia reciente, arrastrando pérdidas de vidas humanas y poniendo al límite la capacidad de los sistemas de salud (…) Esto se da en un contexto en que ya veníamos enfrentando los crecientes impactos del cambio climático que impactan desproporcionadamente a las personas más pobres y vulnerables también en nuestro país”, es el diagnóstico de este grupo.
El texto es suscrito por entidades públicas, privadas y de la sociedad civil, como la Asociación de Municipalidades de Chile (AMUCH), Chile 21, ACERA (Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento), la Bolsa Electrónica, el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia, (CR) 2, la Cámara de Comercio de Santiago, Cesco, Chile Sustentable, Chile Transparente, Fundación Chile, Generadoras de Chile, Espacio Público, Infocap, Techo Chile, Junta de Vecinos Pedro de Valdivia Norte y la Multigremial de Emprendedores de Chile, entre otros.
Por su parte el Partido Comunista, quien no fue invitado a conversar por el gobierno, al igual que algunos partidos del Frente Amplio, también entregó su propuesta. Entre otras cosas plantea «propuestas para mantener los ingresos de las familias», además de medidas «para la protección del tejido económico» y «para reducir la brecha de desigualdad».
En cuanto al primer punto, la tienda pide avanzar en una «renta básica de Emergencia», que llegue al 80% de la población, con montos equivalentes a la línea de la pobreza calculada por el Ministerio de Desarrollo Social, entregando recursos monetarios a las familias, por 6 meses, complementarios con el seguro de cesantía. «A esto se debe agregar un fondo para subsidiar a 200 mil mujeres que están sufriendo violencia, agudizada en cuarentenas», señalan. En materia económica, plantean el rescate a empresas mediante adquisición parcial o total, lo que implica la intervención del Estado «en el rescate o capitalización de empresas esenciales para la vida y la producción, mediante su adquisición parcial o total, mediante la creación de un fondo de unos 20 mil millones de dólares, a constituirse con deuda y pagarse a partir de las ganancias obtenidas por la empresa».
Límite a la reelección
Otro gran tema que interesó solo a los iniciados y que en ellos provocó reacciones de desagrado fue el del límite a la reelección de parlamentarios. El criterio de retroactividad que contempla la reforma fue rechazado en el Senado y deberá ser zanjado en Comisión Mixta.
La molestia de quienes siguieron el tema se centró en el rechazo a la retroactividad. Es que afecta directamente los intereses de varios de los parlamentarios que debían pronunciarse y que de aprobarse les impedía competir en las elecciones del 2021. Se trataba de una votación que requería un quórum de 3/5 (vale decir 26 votos), pero finalmente sólo alcanzó 22 votos a favor, 7 en contra, 12 abstenciones, 1 inhabilidad (Alejandro Navarro) y un senador que no votó (Álvaro Elizalde).
Para el abogado, Jorge Navarrete, ex DC y actualmente analista político, “el último numerito en el Senado sólo viene a confirmar una tendencia que observamos hace mucho tiempo en nuestros dirigentes, y que no sólo revela un profundo deterioro, descrédito y desconexión del proceso político; sino también refleja la imagen de una suerte de club, más preocupado de sus privilegios y prebendas, y menos de representar a las personas que muy mal lo están pasando por estos días y de servir a Chile.”
Por su parte, el diputado Pepe Auth quien apoyó la retroactividad pese a que le afecta directamente, apuntó a la actitud de su ex partido, el PPD: “Lo que se temía. Faltaron 4 votos para aprobar vigencia del límite a la reelección desde 2021. Seis de los 8 senadores del PPD, en cuyo programa y estatutos esto está desde 2006, y a pesar del llamado de su Mesa directiva, fueron claves para impedirlo. Habrá que ir a Mixta”.
El DC Matías Walker, anunció que “vamos a insistir en la comisión mixta en nuestro proyecto del 2011 y que se nos aplique con efecto inmediato desde la próxima elección”. El diputado PS Fidel Espinoza calificó lavotación como “tongo del año”, poniendo el foco en que “muchos senadores no quieren votar límite a la reelección con retroactividad, aduciendo «que se van a inhabilitar», porque lo que voten les afecta a ellos mismos. Cuántas veces han votado en materias de pesca, minería, agricultura, etc, donde tienen hasta sociedades? Frescura”.
En la votación de la retroactividad las abstenciones corrieron por cuenta de Carlos Bianchi, el RN Francisco Chahuán, los UDI Juan Antonio Coloma, Luz Ebensperger y Ena Von Baer, los PS Juan Pablo Letelier y Rabindranath Quinteros, los PPD Ximena Órdenes, Jaime Quintana, Guido Girardi y Adriana Muñoz, y la DC Yasna Provoste. En contra votaron los independientes de la bancada del PPD Pedro Araya y Jorge Soria, los UDI José Durana, Alejandro García-Huidobro y Jacqueline van Rysselberghe, el PS José Miguel Insulza y el DC Jorge Pizarro. Se inhabilitó Alejandro Navarro y el presidente del PS Álvaro Elizalde no votó.
De haberse aprobado, la normativa hubiese impedido que los senadores Guido Girardi, Andrés Allamand (RN), Jorge Pizarro (DC), Carlos Bianchi (Independiente), Alejandro Navarro (PRO) y Juan Pablo Letelier (PS) y otros 38 diputados pudiesen repostular a su cargo el próximo año. Esto, debido a que la normativa permite solo una reelección para los senadores y dos para los diputados, consejeros regionales, alcaldes y concejales
Un país en peligro
Y mientras unos buscan las maneras de enfrentar la crisis sanitaria con la necesaria ayuda económica, y otros tratan de ordenar su futuro político, los peores pronósticos de investigadores, médicos y científicos señalan que entramos recién en el peor momento de la epidemia en el país. El temor ha hecho confinarse a la mayoría de la población capitalina, pero otro porcentaje menor, que es el peligroso por ser contagiante, hace oídos sordos y prácticamente repleta calles y avenidas.
Para muestra, dos botones: un estudio de la Universidad de Chile estima un peak de 7 mil casos diarios de Covid-19 para la primera semana de junio y que para el 23 de junio habrá 3.000 personas en la UCI.
Y, un investigador norteamericano, del Instituto para las Métricas y Evaluaciones de Salud de la Universidad de Washington (IHME), pronosticó para Brasil, Perú y Chile un futuro particularmente oscuro. Pero, su mensaje fue claro: la solución está en las manos de cada chileno.
El investigador Ali Mokdad, director de estrategia de salud de la población del IHME, “el mensaje clave aquí es que SÍ estamos proyectando 12 mil muertes para el 4 de agosto”. “Pero ese no es un número que esté escrito en la frente de cada chileno”. Añade que este sombrío y aterrador pronóstico puede cambiar. “ Y lo hemos visto en los Estados Unidos. Si la gente en Chile pone de su parte, quedándose en casa y, en caso de que tengan que salir, protegiéndose con una mascarilla y manteniendo una distancia segura, el número bajará. Lo que ves ahora es lo que podemos proyectar hoy según cómo se comporta la gente. Pero el número puede bajar. Es muy importante considerar eso. Es importante terminar el mensaje con una nota esperanzadora. Sí, la situación es mala en Chile, especialmente con el invierno. Es temporada de resfríos y eso empeorará las cosas; le va a poner mucha presión al sistema de salud. Pero al mismo tiempo, si todos colaboramos siendo cuidadosos, la carga puede reducirse. Ese es el mensaje importante”.
Es lo que no hacen los cientos y cientos de personas que salen y mienten para conseguir salvoconductos y no sólo se pasean por las calles santiaguinas, sino,además, cogen sus automóviles y se trasladan los fines de semana a otras regiones, llevando con ellos el virus que mata.
Tan fuerte es la preocupación que existe que 40 expertos enviaron una carta al Presidente Piñera exigiendo “el aislamiento y cierre oportuno de ciudades o regiones, que pronto se verán saturadas por los altos niveles de contagio, para así evitar que no se repita la situación actual de la Región Metropolitana, donde se actuó tarde”.
La misiva, firmada entre otros por las directivas de la Sociedad Chilena de Epidemiología, Sociedad Chilena de Microbiologóa de Chile, Asociación Red de Investigadoras de Chile y la Asociación de Investigadores en Artes y Humanidades, señala que “las medidas deben tomarse considerando que el sistema de salud en la Región Metropolitana lleva días al límite de sus capacidades”.
Dice en parte de su extensa carta que “la contención de la pandemia no puede estar basada en la cantidad de nuevos ventiladores mecánicos o camas disponibles. El robustecimiento del sistema hospitalario es importante y positivo para el país, pero se necesita con urgencia un cambio de estrategia que busque cortar la cadena de contagio y que incluya testeo masivo y sistemático, con un enfoque social amplio, integral, intersectorial e interdisciplinario, poniendo en el centro la protección y bienestar de la comunidad”, indica el texto de siete páginas.
Los investigadores recomiendan integrar la Atención Primaria como eje central de la estrategia sanitaria, por tener situado ahí el manejo territorial con la comunidad, donde se debe incorporar cientos de trazadores distribuidos en todas las regiones de Chile, dedicados a investigar, localizar, identificar y notificar los casos.
«Estos trazadores serán clave para reducir contagios en el corto plazo, pero también en la labor de actuar rápidamente en la contención de microepidemias en los meses sucesivos, cuando pase la primera gran curva. Complementando el trabajo de los trazadores, se propone activar plataformas tecnológicas de salud digital para lograr esta meta”. Es la manera que deberá enfrentarse -creen- el futuro que ya están viviendo en Europa, y donde el virus no se ha ido.
