Sociólogo.
“Venerable -pregunta el alumno-, la palabra altera la trascendencia, el silencio altera las transformaciones, ¿Cómo articulo silencio y palabra, para no alterar la realidad?” Koan Zen.
El recién desaparecido profesor francés y filósofo de las ciencias, Michele Serres, nos recordaba muy a propósito, que el célebre dictón de Hobbes, convertido en referencia obligada cuando tratamos de buscar las causas del curso actual del mundo: “El hombre es el lobo del hombre”, no sólo está profundamente equivocado en lo que concierne la naturaleza ordenada y social del lobo, basado en el gran sentido pedagógico que tienen las lobas con sus pequeños lobatos, sino también, porque nuestros ancestros humanos se habían dado perfectamente cuenta de ello, a tal punto que en griego Lycaeum quiere decir, lugar de los lobos, generando una tradición educativa que desde Aristóteles hasta nuestros días se mantiene -pese a privatizaciones, carabineros y otras-, con nuestros Liceos.
Como un torbellino de tres corrientes principales, formado por la bomba atómica, el cambio climático y las tecnologías disruptivas, como concluye la Sociedad de Científicos Atómicos -en este lugar varias veces referido Boletín-, todos mezclados inextricablemente, es difícil identificar un punto preferencial en que estas estas tres fuerzas que pervaden todos los espacio-tiempo sociales se articulan, sin embargo, cada vez está más claro que la educación es el punto de apoyo, para mover al mundo…
Esta mirada sociológica, viene desde principios de año, resaltando la sincronía entre los movimientos espontáneos de protesta por las condiciones de vida que ha generado el sistema capitalista globalmente, la brutal diferencia entre la acumulación de la riqueza entre muy pocos y la pobreza de la gran mayoría, el desastre climático y el crecimiento de este fenómeno, más allá de los partidos y organizaciones tradicionales y los grupos etáreos, alcanzando los estudiantes y hasta los niños, en un meta movimiento que adquiere repercusiones tan notables como inesperadas.
La tormenta de profesores que despierta a todo Chile hace un tiempo, marcada por la reacción ante las últimas disposiciones legales que buscan desestructurar nuestros últimos liceos de resistencia educativa, laica, pública y gratuita, que nos hicieron respetados por su calidad en el mundo y generar las condiciones culturales de conciencia, que nos llevó a obtener dos premios Nobel de literatura y elegir a un presidente socialista, hace casi medio siglo.
El tornado que pasó ayer por la Alameda, con miles de partículas en movimiento, nos vuelve a enseñar que el campo climático es un asunto de educación. Creación de conciencia, generación de capacidades, cultura general, como desde distintos lugares se le llame (UN) lo cierto es que es necesaria una verdadera transformación radical de las condiciones y métodos en que se aborda el problema. Al cabo, se trata ni más ni menos que de un cambio de paradigma. No es sólo una cuestión de incluir temas de cambio climático en los programas de estudio, que, por cierto, no habiendo nada de ello, sino a nivel declarativo, sería muy bueno que se hiciera.
En realidad, debiéramos entender del cambio climático, que no es distinto al que se destinen dinero a la represión y no a la educación pública, que no es distinto lo que pasa en el carbón, que el tratamiento que se da a los profesores en Chile. Como en el mundo los niños, los jóvenes, los que han nacido en el medio del huracán lo sienten, lo saben, -ya hasta saben decirlo-, son aquellos que han crecido en la ruptura con la naturaleza, en la unicidad del dinero en la ignorancia de la explotación los que se hacen los sordos, sin que ello pueda durar mucho en rigor una vez entendido el proceso, no se puede detener su realización. Como decía Víctor Hugo, nada hay más poderoso que una idea a la que una le ha llegado su tiempo. No puede ser detenida.
Se lanza la plataforma de la CDB, “De Sharm-El-Sheikh a Kunming”.
Después del terrible último informe del IPBES, que hemos comentado, el Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CDB) cumpliendo el compromiso contraído en la última COP 14 del CDB, ha lanzado una plataforma en línea, que tiene como objetivo crear conciencia, e inspirar soluciones basadas en la naturaleza para crear una «oleada» de acciones de múltiples partes interesadas, durante el período previo a la 15ª reunión de la Conferencia de las Partes (COP 15) el próximo año 2020 en China.
Esta nueva plataforma del CDB, pretende destacar los esfuerzos en biodiversidad en todo el mundo, llamando la atención sobre las historias de éxito y las mejores prácticas sociales para revertir la situación, incluidas las asociaciones público-privadas, la participación a nivel de la comunidad y la colaboración interinstitucional.
La plataforma en línea para el Programa de Acción para la Naturaleza y la Gente “De Sharm El-Sheikh a Kunming” se lanzó el 5 de abril de 2019 y está disponible en el sitio web del CDB. La Agenda de Acción fue anunciada por los gobiernos de Egipto y China, en colaboración con la Secretaría del CDB, durante el Segmento Ministerial de la COP 14, llevada a cabo un poco antes de la COP24 en noviembre de 2018 en Sharm El-Sheikh, Egipto.
La Agenda de Acción debe complementar el proceso de Compromisos Nacionales Voluntarios, ampliando el llamado a la acción a los pueblos indígenas y comunidades locales, la sociedad civil, el sector privado, los gobiernos subnacionales y locales, las organizaciones intergubernamentales, la investigación y el mundo académico, poniendo un énfasis especial en la juventud. Su objetivo es mejorar la implementación del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020, las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica y los ODS, así como apoyar el marco de biodiversidad mundial post-2020 para su adopción en la COP 15 en China.
La plataforma en línea de la Agenda de Acción, tiene como objetivo proporcionar un repositorio abierto, de acciones emprendidas por la naturaleza, por todos los sectores de la sociedad para garantizar que el marco de biodiversidad global post-2020, debute «con el compromiso total» de la comunidad global. La plataforma permitirá el mapeo de los esfuerzos de biodiversidad en todo el mundo, estimará su impacto y ayudará a identificar brechas clave, para la próxima reunión de 2020.
A través de la plataforma, el CDB está buscando hacer conocidas acciones concretas, que se puedan replicar, para ayudar a acelerar la conservación de la biodiversidad y el uso sostenible de los recursos, ampliando el acceso y la distribución de los beneficios de los recursos genéticos. Como lo explica la sección «hacer un compromiso», las acciones registradas deben entregar resultados «tangibles, medibles y significativos» para la biodiversidad.
Su objetivo es mejorar la implementación del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 y sus Metas de Aichi para la Diversidad Biológica, avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y apoyar el marco de biodiversidad mundial post-2020, para su adopción en la COP15 en China. También destaca acciones e iniciativas para «doblar la curva de la pérdida en la biodiversidad» y promover la visión de la CDB de Vivir en armonía con la naturaleza para el año 2050.
La Agenda de Acción tiene tres objetivos principales: aumentar la conciencia pública sobre la necesidad urgente de frenar la pérdida de biodiversidad y restaurar áreas que puedan haber sufrido el impacto humano, para beneficiar la salud de todas las especies vivas, incluida la humanidad, y reequilibrar nuestro sistema ecológico mundial, inspirar e implementar soluciones basadas en la naturaleza para enfrentar desafíos globales clave, y catalizar las iniciativas de cooperación en apoyo de los objetivos mundiales de diversidad biológica.
La plataforma en línea recibirá y permitirá el libre acceso de acciones, compromisos y contribuciones a la biodiversidad, de los interesados en todos los sectores de la sociedad. Permitirá el mapeo y seguimiento de los esfuerzos por la biodiversidad en todo el mundo, estimará el impacto y ayudará a identificar brechas clave. Se hace un llamado a todos los actores interesados a participar.[1]
Noruega, Finlandia y Chile presentan planes de descarbonización.
En alguna prensa especializada, se ha saludado el compromiso de Chile, anfitrión de la COP25 en diciembre, de ser carbono neutral para el 2050, un plan que ha despertado las más ácidas críticas de las comisiones de los partidos y organizaciones de la sociedad civil, porque no es considerado como “ambicioso”, en su aporte para mantener el aumento global de la temperatura por debajo de los 2°C, y no atacar la descarbonización de la matriz energética con audacia, como indican los estudios, sería posible.
El presidente se comprometió a cerrar ocho de las 28 plantas de carbón del país para 2024, reduciendo la participación del carbón dentro de la red eléctrica del 40% al 20% en cinco años, con el objetivo de eliminar ese combustible fósil por completo antes de 2040. Sin embargo, a menos de una semana del compromiso presidencial, la firma francesa Engie comenzó con las operaciones de la termoeléctrica Infraestructura Energética Mejillones (EIM), que se comenzó a construir en 2014.
En rigor, los compromisos, así como los análisis que se han hecho de ellos, están limitados a la mitigación y la reducción de las Emisiones de Gases Efecto Invernadero, sin considerar los componentes sociales y culturales del problema, que obligan a tener una mirada global e ir más allá del mercado.
Habiendo históricamente puesto el acento sobre la Mitigación, como es un buen negocio -que beneficia primordialmente a los ricos-, aunque Chile es un país altamente vulnerable a los efectos del desastre climático, la actual propuesta de gobierno no es sino la continuidad de lo que ya se ha hecho anteriormente. Recordemos que en virtud del Acuerdo de París (2015), el país prometió reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 30% para 2030 a partir de un año base de 2007.
Chile que representa sólo un 0,25% de las emisiones globales, puede decir que hay ámbitos (en la mitigación) en que se ha avanzado. Santiago de Chile ahora cuenta con 200 autobuses eléctricos, la segunda flota más grande en el mundo en desarrollo, después de China. En comparación, los Estados Unidos cuentan actualmente con 300 autobuses eléctricos.
Se ha buscado analogar el compromiso de Chile con el de Finlandia, que se convertirá en carbono neutral para el 2035, en virtud de un acuerdo de coalición publicado en mayo, estableciendo una de las más cercanas líneas de tiempo para alcanzar esa marca.
En un ordenado consenso, francamente impensable en nuestro país, con cinco partidos de la oposición, el Primer Ministro de Finlandia, presentó la estrategia climática como hora de «invertir en el futuro», argumentando que Finlandia tenía la responsabilidad de liderar con el ejemplo por ser un país rico, e incorporando un paquete con un mayor gasto en asistencia social. El programa, incluye reformas de impuestos a la energía, inversiones en ferrocarriles, diálogos sobre la naturaleza, y fija reglas de sostenibilidad, para generar energía a partir de la quema de madera.
La vecina Noruega, tiene un objetivo aún más ambicioso, el de ser carbono neutral en 2030, aunque Finlandia no pretende depender de mecanismos de mercado como la compra de créditos, para proyectos de reducción de carbono en otros países, aunque eso se revisará en 2025.
Es significativo señalar que estos dos países nórdicos, junto a su vecino Suecia, tienen los mejores resultados educacionales a todos los niveles y que una característica central del sistema educativo, -completamente gratis desde la primaria hasta la universidad-, es que en ninguna de las clases tiene evaluaciones, -no hay “pruebas”-, para no generar esquemas competitivos y fomentar la solidaridad. Los impuestos, progresivos (quien más gana, más paga), permiten un Estado que puede velar por sus ciudadanos. “Para que nadie quede atrás”. Como dice Naciones Unidas.
[1] https://www.cbd.int/action-agenda/
