Miembros del Partido Comunes
A cinco años de la consolidación del Frente Amplio y a un año de la creación del bloque Apruebo Dignidad, nuestra irrupción en la política institucional nos sigue invitando a reflexionar sobre el horizonte que nos reúne y cómo desde los partidos políticos nos ponemos a disposición del protagonismo de la gente común y sus anhelos. La transformación de Chile hacia una sociedad justa y con dignidad para nuestros pueblos nos pone un desafío tremendo, pero por sobre todo un horizonte de liberación, ya que luego de más de treinta años de una hegemonía económica y política neoliberal, recuperamos la esperanza de construir un Chile diferente que vaya más allá de las lógicas políticas establecidas. Esto gracias a la impronta de la organización y protesta social bajo la necesidad de desmercantilizar los derechos sociales y su impugnación a un sistema completo que vulnera y precariza a las grandes mayorías populares.
Los partidos políticos articulados desde la lógica de partido-movimiento, como es el caso del Frente Amplio, nos planteamos desde la necesidad de radicalizar la democracia chilena, entendiendo que las reformas estructurales de nuestro país requieren de grandes acuerdos sociales demandados por la propia ciudadanía. La elección del presidente Gabriel Boric fue expresada a través de la voluntad de 4,6 millones habitantes de nuestro territorio y chilenos/as en el extranjero, quienes vemos en este proyecto político la posibilidad de repensar la democracia y consagrar cambios para el buen vivir de todas las personas. Este nuevo ciclo supone altas responsabilidades para nuestro conglomerado y coalición gobernante, en donde no perderemos de vista el programa de transformaciones que la gente eligió. Tenemos cuatro años para implementar las propuestas que acogió la ciudadanía y respaldar los esfuerzos deliberativos de la Convención Constitucional en miras, por ejemplo, de proteger los derechos fundamentales de las mujeres, disidencias sexuales, niñas, niños y adolescentes, pueblos originarios y de toda nuestra sociedad.
Como partido Comunes nos hemos puesto a disposición de un gobierno de cambios, así lo hicimos en un empeño previo con la candidatura de Beatriz Sánchez y hoy más que nunca buscaremos materializar el programa de Apruebo Dignidad. Los cambios que le hemos propuesto a Chile son de largo aliento, puesto que buscan terminar con un sistema enraizado en la cultura política, social y económica del país. Pese a la resistencia de los sectores conservadores y minoritarios defenderemos fuertemente las reformas estructurales del gobierno, reformas que apuntan a mayor igualdad y justicia para nuestros pueblos. Por eso respaldamos la reforma tributaria, una prioridad del presidente como mecanismo de financiamiento para los grandes cambios, la cual pretende aumentar las contribuciones del 1,5% más rico de Chile junto con elevar los impuestos a quienes concentran la riqueza, reformular la reducción de exenciones que benefician a grandes empresas, proyectar impuestos a las empresas contaminantes, recuperar una parte de las rentas asociadas a la minería del cobre y crear nuevas normas así como el endurecimiento de las existentes, contra la evasión y elusión tributaria.
Sin duda el proceso de cambio no estará exento de dificultades, cuando planteamos radicalizar nuestra democracia nos sometemos a un curso de acción política ampliamente deliberativo y diverso, pero son justamente todos nuestros colores los que nos han hecho juntarnos en este crucial periodo, converger con partidos históricos y otros llenos de esperanzas a pesar de sus cortos recorridos. Lo importante será permanecer de pie ante los aciertos y errores, con partidos políticos que funcionen como herramienta de encauzamiento de la voz popular y a la altura de las expectativas sociales. Esto último conlleva revisar constantemente nuestras orgánicas partidarias desde una perspectiva ética, democrática, descentralizada, feminista y popular, porque lo que construimos en nuestras casas políticas será un reflejo de nuestro proceder en la función pública y el proceso de reformas del Estado que tanto aclaman las calles.
A pesar de que nuestro partido atraviesa una crisis moral, ética y legal que no puede ser simplemente desatendida, producto del eventual fraude de subvenciones en la campaña a la Gobernación RM, en donde ex militantes son investigados desde el Ministerio Público por su involucramiento, estamos convencidas de que somos una herramienta para la promoción de la participación popular con el propósito de ser una alternativa real ante el neoliberalismo. Es por esto que un extenso grupo de militantes de sur a norte y de cordillera a mar nos hemos encontrado para reconstruir y refundar Comunes, ya que nuestro partido es necesario desde su rol para materializar la voluntad popular expresada en la revuelta social, en la Convención Constitucional y en el amplio triunfo del presidente Gabriel Boric. La tarea de refundar Comunes requerirá de un carácter profundamente democrático y revolucionario, reconstruyendo confianzas para retomar nuestro rol: contribuir en este camino hacia un futuro pleno en dignidad, alegrías y justicia para nuestro Chile y sus pueblos.
