Inicio Opinión Mujeres en la literatura chilena: Bombal, Brunet, Valdivieso

Mujeres en la literatura chilena: Bombal, Brunet, Valdivieso

0
Escritora feminista chilena Mercedes Valdivieso

Es evidente que las mujeres vienen empoderándose en nuestro país en todas las áreas del quehacer de la sociedad, pero sobre todo, ellas han ido tomando el mando en procesos de alta importancia política, como es el caso de la Convención Constituyente, lugar y momento de enorme importancia histórica; es allí donde Elisa Quinteros y un poco antes, Elisa Loncón, han jugado un rol de liderazgo sobresaliente para instalar en esa  instancia las temáticas de género; pueblos originarios; y anhelos de justicia social para el pueblo y todos los pueblos de Chile.

Ellas tienen, por cierto junto a otras destacadas mujeres que sería largo mencionar aquí ahora, un protagonismo legítimamente ganado, pero ello no puede invisibilizar a otras tantas mujeres que desde diversos ámbitos de la sociedad y la cultura también han hecho a través de todo el siglo XX, muchas veces en condiciones materiales y políticas muy adversas.

Es el caso de las mujeres en la literatura durante la primera mitad del siglo XX. Quisiera recordar a tres de ellas, cuyo aporte a la literatura nacional y a nuestra cultura, no puede soslayarse. La primera, sin duda, fue María Luisa Bombal, (1910-1980), perteneciente a la Generación del 42, cuya obra narrativa aparentemente exigua, conforma un hito estético y narrativo en la literatura latinoamericana plenamente vigente, pues logra plasmar utilizando  técnicas narrativas vanguardistas, la emotividad y subjetividad de lo femenino de una manera exquisita aún hoy en día no superada, lo que revela su nivel de lectura y comprensión de las preocupaciones literarias de los años 30 del siglo pasado. He aquí: “La Última Niebla” (1935) y “La Amortajada, (1940), y un brevísimo conjunto de cuentos, hasta hoy publicados innumerables veces desde entonces: Historia de María Griselda, El Árbol. Por su talento, en su momento trabajó para la industria del cine hollywoodense, dato que parece menor, pero que claramente no lo fue.

No fue ciertamente una feminista militante ni mucho menos; pero supo advertir los límites impuestos por la sociedad machista y patriarcal de las clases altas de entonces y superarlos sin llegar jamás a la confrontación, en una época en que hablar de los derechos de las mujeres parecía un exabrupto social y político.

MARTA BRUNET CARAVES, 1897-1967, hija de un terrateniente del sur con ancestros españoles y franceses, gozó de una educación privilegiada con profesores e institutrices. A los 14 emprende un viaje de varios años por Europa, allí se impregna de mundo y afina una mirada más aguda y menos complaciente con el estado de las clases bajas y desposeídas de nuestro país, pero también de sutil contemplación de la vida bucólica y rural, propia de la generación criollista del 38.

Brunet  también fue una mujer de gran sensibilidad estética y humana, no sólo en relación al rescate de personajes femeninos siempre dignificados moralmente que abundan a lo largo de sus novelas, sino también por la construcción de un imaginario rural, donde habitan personajes imbuidos de valores trascendentes en entornos de naturaleza apenas tocada por la mano humana y por los imperativos de una modernidad imparable en las grandes ciudades en los años 30 y 40 del siglo XX, pero que despiertan y generan expectativas y sueños en los habitantes de las zonas rurales del sur.

Sus obras más destacadas son. “Montaña Adentro”, (1923); “Humo hacia el Sur”, (1946); “La Mampara”, (también en 1946); “Raíz del Sueño”, (1949) y “María Nadie”, en 1957. Podemos mencionar también: “Don Florisondo”, (1926); “Doña Santitos, (1926); “María Rosa, Flor de Quillén”, 1927; Cuentos para Mar y Sol”, (1938).

“Montaña Adentro” fue criticada por su exceso de crudeza en el tratamiento de los personajes. En su momento, Alone, el mayor crítico literario de la primera mitad del siglo XX, expresó: “con el mismo pie audaz que había penetrado en “Montaña Adentro”, no vacila en avanzar resueltamente almas adentro”.

La crítica nacional le concede el Premio Nacional de Literatura en 1961, la segunda mujer después de Gabriela Mistral. Por otra parte, realizó labores diplomáticas en Argentina y Uruguay, país este último donde la alcanza la muerte en 1967. Cultivó una amistad sin concesiones con la Mistral, amistad eterna entre estos dos súper mujeres.

Mercedes Valdivieso: la brecha y maldita yo entre las mujeres

Otra de las grandes de nuestra literatura nacional durante el siglo XX, fue Mercedes Valdivieso, (su nombre civil fue Mercedes Valenzuela Álvarez), 1924-1993. Mujer de gran formación académica como profesora de literatura en universidades de China y los Estados Unidos en la década del 60 y 70. Fue efectivamente una mujer que tempranamente militó en las causas feministas de los años 70, 80 y 90, junto con intelectuales y escritoras como Diamela Eltit, Adriana Valdés, Eugenia Brito y Nelly Richards.

Toda su obra narrativa: “La Brecha, (1961), Ojos de Bambú. (1964), “La Tierra que les Di” (1963), “Babel”, (1964); “Dziesiec Polcrow” (1968); “Las Noches y Un Día”, (1971); “Breakthrough”, (1988); “Maldita yo entre las Mujeres”, 1991, esta última, una formidable novela histórica sobre el mito de La Quintrala.

Esta novela está escrita en un registro de lengua propia del siglo XVI y XVII sobre doña Catalina de los Ríos y Lisperguer, señora terrateniente de la región de Cauquenes, de gran carácter y temperamento: rebelde, emancipada y liberal. Probablemente un personaje de gran profundidad psicológica, mitificada y execrada en una sociedad patriarcal y retrógrada. La novela está narrada por su personaje principal, La Quintrala, quien mantiene una relación sentimental con un funcionario de la Corona de España, ascendido a gobernador de la Capitanía General de Chile.

Evidentemente la novela debe ser leída en clave feminista, lo mismo que “La Brecha”, una novela que pone en acción a una mujer joven que se libera de las opresivas estructuras patriarcales y machistas que la condenará a una vida reprimida y sin expectativas por la vía de un matrimonio, una institución que ya en la década del 60 se evidencia obsoleta. Mercedes Valdivieso perteneció a la generación del 50, junto con Marta Jara, Eliana Serrana, Elena Aldunate, Matilde Ladrón de Guevara y Marta Blanco.

SIN COMENTARIOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Salir de la versión móvil