Periodista.
Pidió perdón por no haber escuchado las demandas de la gente, sin embargo, ahora no escuchó los disparos de los soldados que han dado muerte a los chilenos que eran parte de los posibles beneficiarios de las medidas anunciadas. Sebastián Piñera, fiel a su condición de empresario las demandas las resuelve con dinero, jubilaciones, seguros para enfermedades y medicamentos, aumento del ingreso mínimo, congelar el aumento de las tarifas de electricidad y nuevos impuestos
Mientras los medios han creado una sicosis alarmando con el desabastecimiento, han silenciado las violaciones a los derechos humanos, cuando la prensa preguntó por la identidad de las víctimas el subsecretario del Interior se sulfuró y agredió verbalmente a los periodistas, gracias a las nuevas tecnologías se multiplican las imágenes de la violencia de carabineros y de las Fuerzas Armadas en contra de civiles indefensos.
Tras haber dedicado horas a los desmanes, saqueos e incendios a supermercados y estaciones de Metro sin ningún resguardo, fueron las redes sociales las que obligaron a mostrar las multitudinarias y pacificas manifestaciones ciudadanas para visibilizar en voz de los propios manifestantes las razones de fondo de la demanda social que atravesaba toda la sociedad.
Su excelencia tampoco escuchó las criticas a las AFP, a las Isapres, a la educación, a la salud y la petición de una nueva constitución. Ante las alzas sus ministros se burlaron de la ciudadanía, los consultorios eran lugar de encuentro, levantarse temprano para hacer ahorros, comprar flores que estaban más baratas.
Hizo oídos sordos a las peticiones para que cese la represión, termine el estado de emergencia y ponga fin al toque de queda. Toda una generación conoce las nefastas consecuencias de los soldados en la calle, ellos están preparados para la guerra y el mismo mandatario les inventó una guerra para atacar y combatir a su propio pueblo, calificándolo como un enemigo muy preparado.
Mientras por un lado se hacen discursos con intenciones dialogantes, por otro en las comunas y barrios organizan a unos vecinos contra otros con alarmante supuestos ataques en contra de sus casas y familias, los chalecos amarillos no son una respuesta espontanea, aquello se coordinó y creo para justificar las presencia de los soldados en las calles y generar apoyo a la medida.
No escuchó la voz de la gente, no invitó a las organizaciones sociales para promover un nuevo pacto social y crear un nuevo orden político genuinamente democrático que nos dirija hacia una nueva constitución. Debemos permanecer alertas, se quiere ahogar el clamor popular con más represión y esa represión tiene como objetivo acallar las demandas ciudadanas. Como dice el refrán no hay peor sordo que el que no quiere oír.