Periodista.
Sin duda que habrá diferencias en la política exterior de Chile que implemente el nuevo gobierno y se notarán muy rápidamente. Es cuestión de analizar las acciones y omisiones del excanciller Allamand, quien se esforzó en el último tiempo por conseguir el cargo internacional que hoy ostenta, mientras Chile estaba en una crisis migratoria. Y es cuestión de analizar también el camino recorrido por la recién nombrada Canciller mientras laboraba como Relatora para Nicaragua de la Comisión de Derechos Humanos y posteriormente como líder de la CIDH.
Para una muestra algunos botones. Hace unos días falleció en una cárcel de Managua uno de los héroes de la revolución sandinista contra la brutal dictadura de Anastasio Somoza en la década de 1970. Se trata de Hugo Torres, el mítico Comandante Uno, el mismo que a fines de 1974 fue uno de los 13 guerrilleros que realizó una operación que terminó con la liberación de Daniel Ortega, exguerrillero también, hoy convertido en dictador de Nicaragua. Como suele ocurrir en toda dictadura, al igual que a otros exguerrilleros que se opusieron a Ortega, el excomandante Uno fue acusado por la Fiscalía de «traición a la patria».
Es justamente una de las situaciones que deberá enfrentar la recién nombrada Canciller, Antonia Urrejola, cuando asuma su cargo en pocos días más. Antonia Urrejola, conocedora de la verdadera situación en Nicaragua a raíz de su paso por la presidencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, no dudó en levantar su voz por la muerte del exguerrillero: “Hugo Torres, quien luchó contra la dictadura de Somoza, ha fallecido preso y criminalizado arbitrariamente; ello levanta un llamado a autoridades y comunidad internacional sobre la urgente situación de presxs políticxs en #Nicaragua. Muchxs corren grave riesgo de salud y vida”, escribió en su cuenta de Twitter la recién nominada Canciller.
Defensa de la democracia y derechos humanos
El nombramiento de Antonia Urrejola no debe haber sido agradable para el gobierno nicaragüense, objeto de seguimiento por sus violaciones a los derechos humanos por parte de la CIDH que ella lideraba. De hecho, ese organismo publicó un informe de la situación del país centroamericano de cara a las elecciones presidenciales del 7 de noviembre. Y advirtió que el presidente Daniel Ortega –quien buscaba mantenerse en el cargo que asumió el año 2007- ha «instalado un régimen de supresión de todas las libertades» en el que la oposición no tenía cabida.
Por esta y otras posiciones, la futura Ministra de Relaciones Exteriores del Presidente Boric ha sido objeto, en las últimas semanas, del inicio de ataques que probablemente continuarán y aumentarán por parte de quienes se sienten tocados por su postura irrestricta en defensa de la democracia y de los derechos humanos. Ataques que son acogidos y amplificados de inmediato por alguna prensa del país.
No es casualidad que el expresidente boliviano, Jorge Quiroga, la haya criticado por lo que él considera su presunta responsabilidad en la prisión que afecta a Jeanine Áñez, exmandataria transitoria del país altiplánico. Añez está acusada por los presuntos delitos de resoluciones contrarias a la Constitución y a las leyes e incumplimiento de deberes. En concreto, hace un año fue detenida y acusada de «terrorismo, sedición y conspiración» por los hechos de noviembre de 2019 que terminaron con la salida anticipada de Evo Morales de la presidencia del país.
Quiroga, quien calificó a Antonia Urrejola como una de sus «carceleras» porque no solicitó medidas cautelares para la exmandataria interina, no dice que la CIDH pidió que “el Estado continúe garantizando las condiciones dignas de detención, en cumplimiento con los estándares interamericanos mínimos en la materia”, incluyendo la provisión de “atención y/o tratamiento médico físico y mental adecuado, especializado y continuo, ya sea dentro o fuera del centro penitenciario, buscando, en la medida de lo posible, el consenso con los médicos de confianza de la propuesta beneficiaria y su consentimiento informado”.
Prioridades de la Canciller
Antonia Urrejola ha declarado que, en materia de política exterior, seguirá las orientaciones que le entregue el Presidente Boric, mencionando el enfoque de derechos humanos y la participación de Chile en los foros multilaterales. El objetivo del futuro gobierno es tener «una política multilateral basada en los derechos humanos y en el fortalecimiento de la democracia».
Cree y desea que el país sea una voz relevante en los espacios multilaterales respecto de cambio climático y desarrollo sostenible, además de una política exterior feminista. Dice que “la idea es tener en la política exterior una mirada de la transversalidad del tema género”.
Para la Canciller, lo primero es darle urgencia a la ratificación del Acuerdo de Escazú, porque no hacerlo sería un contrasentido. Y respecto al problema de la inmigración, la ministra tiene claro que es precisamente con Bolivia, entre otros países, con los que deberá conversar para enfrentar en conjunto el grave problema migratorio que en estos días estalló en Chile.
Página19 conversó con la futura Canciller respecto de sus prioridades en el gobierno de Gabriel Boric.
-¿La salida de Andrés Allamand perjudica las conversaciones iniciadas con Bolivia para enfrentar conjuntamente el problema de la inmigración?
-Es importante tener claro que los flujos de movilidad humana de gran escala representan un desafío a las regiones que los resienten. En ese sentido, la salida del Canciller no afecta en lo más mínimo la futura gestión multilateral que llevará a cabo el gobierno del Presidente Gabriel Boric. Esto no será solo con Bolivia, sino que debe abarcar a los demás países de la región. Eso en lo que dice relación con el enfoque de la migración como una política que debe ser abordada de manera conjunta con los demás Estados involucrados.
A nivel interno, la gestión de la política migratoria le corresponde al Ministerio del Interior Seguridad Pública y nosotros coadyuvaremos en lo que sea necesario para enfrentar esta crisis de movilidad humana a objeto de garantizar la seguridad de las personas que se encuentran en esa situación y el resguardo a sus derechos humanos.
Dicho lo anterior, vale la pena tener presente que, en el caso de las conversaciones con Bolivia, así como las que se puedan dar con otros Estados, constituyen una política que trasciende a los gobiernos y por lo tanto este nuevo cambio en la Cancillería que ha hecho el gobierno no debiera perjudicar las conversaciones que se han iniciado.
Lo que le puedo adelantar es que a partir del 11 de marzo el enfoque será distinto, porque nuestro gobierno tiene el mandato del presidente Boric de enfrentar el tema migratorio con una visión hemisférica utilizando los tratados vigentes y apelando a la cooperación y colaboración internacional.
-¿Cuáles serán sus prioridades iniciales?
-El Presidente Boric nos ha encomendado recuperar los espacios que ocupamos antes de la administración actual, donde la cooperación y la mirada regional en búsqueda del bien común de los estados sea lo relevante. La integración, la profundización de las democracias, el desarrollo sostenible, el manejo de la pandemia será exitoso solo si trabajamos en conjunto con otros. Por ejemplo, no sirve de mucho si todos los chilenos estamos vacunados, pero nuestros vecinos no.
-¿Cuál será la relación con el organismo que dirige Andrés Allamand ahora?
-Chile integra la comunidad iberoamericana. Es una de las instancias multilaterales de las que somos parte. Chile tiene ahí una membresía, por lo que más allá de quien sea el encargado administrativo del momento, trabajaremos por recuperar y ocupar las instancias de integración.
