Periodista.
Pasadas ya las horas y días de euforia luego de una victoria de magnitud insospechada del candidato Gabriel Borci Font, quien incluso desbancó a Eduardo Frei Ruiz Tagle de su sitial de Presidente más votado de la historia reciente, las aguas comenzaron rápidamente a retornar a su caudal habitual, aunque todos saben que nada será igual.
El que fueran más de 8 millones de chilenos voluntariamente a votar, pese a las dificultades de una locomoción colectiva casi inexistente, fue toda una lección para Chile y para el mundo. La solidaridad frente a la imposibilidad cierta de llegar a los locales de votación surgió de inmediato. Autos, camionetas, motos y camiones se pusieron a disposición para los traslados, llevando a sus lugares de sufragio a decenas y centenares de personas que esperaban a veces por horas, en los paraderos. Basta una anécdota para graficar cómo reaccionan los chilenos ante adversidades: se vio en los cerros de Valparaíso, en sectores populares, jinetes ofreciendo el anca de sus caballos para llevar a la gente a votar. Así se juntaron esos millones de chilenos y chilenas ejerciendo su derecho. Y más de la mitad de ellos votaron por Gabriel Boric.
Esa cantidad de votos, ese apoyo masivo, los más de 11 puntos de ventaja que Gabriel Boric logró en la elección, lo dejan en condiciones inmejorables para decidir su gabinete y sus primeras medidas sin mayores presiones partidarias y de los medios de comunicación tradicionales. De hecho, el lo ha repetido en más de una oportunidad: el que decide es el Presidente, ha dicho.
Un antes y un después
Todo parece indicar que habrá un antes y un después de la elección de Gabriel Boric. Pequeños gestos realizados por el nuevo Presidente desde el primer día de su elección dejan en evidencia que ya algo está cambiando y que nuevos aires entrarán a La Moneda junto con él.
Vamos por parte. Por ejemplo, haber llamado a una reunión a su base de apoyo reunida en Apruebo Dignidad junto con los partidos de la ex Concertación o Nueva Mayoría dando señales claras de querer sumar fuerzas de la centroizquierda a su gobierno, fue algo sin duda inesperado. Además de agradecerles el apoyo para el impresionante triunfo, en su breve participación en el encuentro poco antes de salir a dar su discurso, les transmitió que abriría conversaciones con ellos, señalando su interés para ampliar las fronteras de su coalición. Les dijo que ahora tocaba conversar con cada uno de los partidos, “que había que construir mayorías y buscar la experiencia”. A la cita asistieron los presidentes de PS, Álvaro Elizalde, de la DC; Carmen Frei y del PPD, Natalia Piergentili.
Luego, al llegar a La Moneda junto con dos de sus principales asesores, Izkia Siches y Giorgio Jackson, darse el tiempo para saludar a partidarios que llegaron hasta cerca del lugar para vitorearlo y sacarse las consabidas selfis. Luego -antes de entrar a palacio- saludar de mano a carabineros de guardia con el implacable sol sobre sus cabezas, es otro de los gestos que no abundan en la clase política. Como tampoco abundan el que se salude con respeto infinito el busto del Presidente Salvador Allende, instalado junto al de otros Mandatarios en uno de los pasillos del segundo piso del Palacio.
Al día siguiente, ir al ex Congreso y reunirse con Elisa Loncón y Jaime Bassa, las principales autoridades de la Convención Constitucional, fue toda una señal de apoyo al trabajo que allí se está realizando y que antes del desenlace, con la posibilidad de José Antonio Kast fuera el elegido, negros nubarrones se cernían sobre ellos. Ya no fue. Ahora recibieron una contundente señal de apoyo.
Todos y cada uno de los partidos que no pertenecen a la coalición Apruebo Dignidad han reiterado su apoyo incondicional al nuevo Mandatario y su futuro gobierno, “sin pedir nada”. También la DC, aunque esta, por mandato de su Junta Nacional, decidió ser oposición constructiva, según explicó Carmen Frei.
Sabido es, en todo caso, que el Presidente Boric tendría interés en que al menos el Partido Socialista se integre a su coalición. Sabido es también que la disidencia de esa colectividad, donde están entre otros Maya Fernández, Manuel Monsalve y Paula Narváez, aspiran a integrar el nuevo gobierno. Sin embargo, la decisión de los socialistas -según su Presidente- es que cualquier conversación debe ser por los cauces institucionales, es decir, la mesa del partido. Difícilmente el recién electo Jefe de Estado podría ir en contra de la institucionalidad de una colectividad que le interesa de sobremanera. De modo que cualquier intento por fuera del PS quedaría así anulado.
En el carrusel de nombres que ya empezaron a correr y que normalmente no llegan a puerto, está el de Carlos Montes, quien ya se había integrado a trabajar en el comando del ahora Presidente, mandatado por su partido. Se habla de la posibilidad de una cartera para él, incluyendo Interior. Pero, todas son especulaciones. Lo que es concreto es que el PS acordó con el PPD, PR y Liberales, decidir en conjunto si entran al gobierno, definiendo por ahora que no serán oposición a Boric, si no que ejercerán una “colaboración constructiva”. Colaboración que sin duda será imprescindible, dado el difícil escenario que deberá enfrentar el nuevo gobierno, no sólo por la crisis económica, sino también por otro tipo de pandemia además del Covid: la de los extremos de derecha y de izquierda. Ya salió un dirigente mapuche desconociendo la autoridad del nuevo Mandatario, aunque haya sido apoyado por más de 4 millones de ciudadanos.
Un duelo rabioso
Mientras tanto en la derecha se está viviendo no sólo el duelo por la pérdida, sino, además, ya comenzaron las pasadas de cuenta. Evopoli quedó inmerso en el desconcierto mismo, reconociendo el error de haber apoyado sin más ni más al republicano kast. El diputado Undurraga, de Evopoli, dijo que “hoy día pasamos a una nueva etapa, una etapa que más que hablar tenemos que reflexionar”. Agregó que “lo que nosotros tenemos que hacer es pensar por qué no hemos sido capaces de interpretar a la ciudadanía durante este período. No solamente la derrota presidencial, sino que para Chile Vamos apoyar a Kast fue una derrota a nuestro propio proyecto”.
Hay dirigentes que creen que pagaron un alto costo por la lealtad que mantuvieron con el gobierno de Piñera y haber apoyado a Kast. Algunos han señalado que, en una futura oposición, deberían tomar distancia de los sectores más duros, como la UDI o el propio Partido Republicano.
En la derecha concluyeron que casi la totalidad de los votantes nuevos se movilizaron en favor de Boric. Analizan que la elección se perdió en los centros urbanos y principalmente en la Región Metropolitana. Si bien reconocen que Kast hizo bien en tocar el botón de la seguridad y el orden, también se dan cuenta que el republicano no tocó como debía los problemas sociales actuales, el rol de las mujeres, temas valóricos, la desigualdad, el medio ambiente, la salud. Todos temas que le interesan a las mujeres, a los jóvenes y a la clase media.
Y respecto de nuevos líderes en la derecha, y la posibilidad que José Antonio Kast se transforme en el principal referente de la nueva oposición de derecha, el analista político de ese sector Gonzalo Müller fue tajante: “No es natural que Kast termine siendo el líder de la oposición”. Y agregó: “Recordemos que Chile Vamos tiene 54 diputados y 24 senadores, por lo tanto, el Partido Republicano y José Antonio Kast deben conversar y ordenarse. Ya no existe la obligación de seguir el diseño de Kast, sino que ahora debe comenzar una conversación entre Kast y Chile Vamos”.
Sin embargo, Kast debería tener un rol importante en el futuro de la derecha. Logró un caudal de votos que cualquiera de ellos se quisiera e instaló una bancada de 14 diputados y un senador (eran 15 antes de la expulsión de Johannes Kaiser), pero su liderazgo quedó muy cuestionado.
El ex candidato presidencial de RN, Mario Desbordes aprovechó la ocasión para el desquite. Aseguró que como Sebastián Sichel se “transformó en el candidato” de la coalición, “uno lo que esperaría es que como representante de los partidos de Chile Vamos también se sume a lo que los partidos de Chile Vamos acordamos, que era apoyar a José Antonio Kast”.
“Sin embargo, se manda a cambiar y, por lo tanto, creo que no tiene ningún compromiso con la coalición a la que quiso representar”, agregando que, “en lo que a mí me respecta yo creo que él no tiene nada que hacer en nuestra coalición, así de simple”.
A la constituyente Marcela Cubillos no le hicieron gracia las palabras de Desbordes. Mediante su cuenta de Twitter, la actual constituyente comparó a Desbordes con el “estilo de Pérez de Gasco ‘salgan de mi lago’” -haciendo alusión a Matías Pérez Cruz y la polémica en el Lago Ranco- y aseguró que “ahora es ‘salgan de mi coalición’”.
El exministro de Defensa respondió de inmediato: “Qué Bueno Marcela que ahora estés en la lógica de unir. Son tantos años en que estuviste dividiendo al sector entre buenos y malos. Lástima que en primera vuelta atacaste gratis a José Antonio Kast después del apoyo que él te dio en tu elección, pero eso es pasado” y agregó: “¿Sichel? Él se marginó solo”.
Las críticas de Desbordes a Sichel no han sido las únicas. El presidente de RN, Francisco Chahuán reconoció que “RN se jugó a concho una vez ganada la primaria por Sichel por su candidatura”, por lo que también le “habría gustado mucha más generosidad del candidato Sebastián Sichel” para la segunda vuelta presidencial.
Finalmente, un sorprendido senador de lo que quedaba de “la derecha social”, y obligado a dar su respaldo público al republicano Kast, Manuel José Ossandón, sólo dijo: ”Hay que reconocer que nos dieron tremenda paliza”.
