Periodista.
Cuando aún no pasaban 10 días desde que la Cámara de Diputados y Diputadas rechazó la reforma tributaria otorgando un segundo golpe de proporciones al gobierno -el primero fue el rechazo a la propuesta de Constitución-, lentamente las fuerzas oficialistas comenzaron a reordenarse para enfrentar el año político que promete ser tanto o más movido que el primero.
Por lo pronto, se puso en agenda la necesidad de analizar las prioridades del programa de gobierno. Un tema que sorprendió a todos en el escenario político. Porque si bien estaba en el aire la pregunta de qué hacer, luego que quedó en evidencia dolorosa el real estado de las fuerzas al interior del parlamento, no pocos se interrogaban acerca de cómo seguir con las reformas emblemáticas del gobierno. El futuro del programa se llenó de sombras.
La presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic dio el paso y llamó a una revisión crítica del programa, provocando pequeños sismos al interior de los conglomerados que apoyan al gobierno. Cuál más cual menos, se sintió interpelado cuando la jefa de los socialistas hizo el mencionado llamado. “No es algo que esté zanjado sino más bien es una provocación a la discusión, a tener un debate político entre las fuerzas de Gobierno para saber cuáles son las prioridades de todos los partidos políticos”. Pidió al oficialismo asumir un rol más activo: “La relación no puede ser solamente de que el Gobierno nos comunique ciertas cosas, sino que nosotros tenemos un deber político con la ciudadanía”.
Y son esas fuerzas las que deberán dilucidar el qué hacer frente a una realidad que bien la graficó la recién nombrada presidenta de la Comisión de Hacienda de la Cámara, Gael Yeomans, del Frente Amplio.
“En el Senado no tenemos la mayoría, y en la Cámara nuestras mayorías no son tales. Creo que se ha generado una expectativa de mayoría que no es. Es importante dilucidar; las coaliciones de gobierno no tienen mayorías y, por lo tanto, tenemos que construir acuerdos a como dé lugar. No tenemos opción si es que queremos que las reformas salgan, pero ahí creo que la clave es que un acuerdo no sea solamente con quienes tienen cargos de representación en el Congreso, sino que escuche a quienes saben. No es casual que en el FMI y en la OCDE haya planteado que es necesario tener una reforma tributaria, y a pesar de ello parlamentarios de Chile Vamos votaron en contra”.
Frente a los ruidos que comenzaron a escucharse se levantó una propuesta. El presidente de Revolución Democrática, senador Juan Ignacio Latorre, señaló que “podría ser un interesante espacio un cónclave, o una jornada de trabajo del oficialismo, con los partidos, las bancadas parlamentarias, con el gabinete (…). El ejercicio de priorizar las metas, los objetivos a cumplir durante el 2023, siempre es fructífero (…). Siempre hemos dicho que el programa no está escrito en piedra”.
Presidente raya la cancha
Los ruidos que comenzaron a escucharse, tanto en el Socialismo Democrático como en Apruebo dignidad, fueron rápidamente enfrentados por el Presidente Gabriel Boric cuando se encontraba en gira por Colchane. Hizo un rayado de cancha. Comentó primero las declaraciones de la presidenta del PS señalando que en un primer momento se había enojado. Pero, luego contó que”leí las declaraciones de la Paulina enteras, con el contexto, y dije que tiene toda la razón. Tenemos que lograr que la alianza de Gobierno tenga iniciativa propia, que haga propuestas”. Aclaró que siempre estaba revisando las prioridades del programa. “No veo ningún drama en revisar nuestro programa. Eso, sin abandonar los principios por los cuales llegamos hasta acá, que son la creación de un Estado de bienestar en Chile, distribuir de mejor manera la riqueza, mejorar la salud pública, la educación…”
En el mismo sentido se pronunció la vocera de gobierno, Camila Vallejos. Recogió la propuesta de los socialistas y aclaró que “no estamos hablando de renunciar, estamos hablando de priorizar”.
No todos están de acuerdo en Apruebo Dignidad. La misma Gael Yeomans, al ser consultada por las palabras de la Presidenta del PS señaló: “creo que es erróneo hablar de una revisión crítica cuando me parece que lo que uno puede conversar es la planificación, los tiempos, qué va primero, qué va después, las prioridades. Tener una planificación siempre es discutible y conversable, pero no un cambio en la hoja de ruta trazada como compromiso hacia la ciudadanía. Ese es el programa de Gobierno. Por lo mismo -añadió- creo que no es bueno plantear ese tipo de aseveraciones, porque generan una visión negativa respecto a lo que se pretende hacer cuando, me imagino, nadie está poniendo en duda el carácter de la gobernanza que se requiere tener para poder lograr un Estado de Bienestar”.
Desde la tienda encabezada por Guillermo Teillier se ha pedido no renunciar al programa de gobierno con el que Boric llegó a La Moneda. “El gobierno tiene que hacer todos los esfuerzos por avanzar sin renunciar, es una cosa esencial”, dijo el Presidente del Partido Comunista.
El Secretario General del PC, Lautaro Carmona, fue consultado sobre cuáles son los ajustes que habría que hacer al programa de gobierno, respondiendo que “una alianza de gobierno significa en este caso 10 partidos y un movimiento. Por consiguiente, cualquier medida tiene que partir de la voluntad de esos 10 partidos y un movimiento”. Pero, adelantó que “vamos a poner acentos en temas país, como por ejemplo, qué nos gustaría como agenda de prioridad del debate legislativo en lo inmediato…”
Por su parte, el diputado y presidente de Convergencia Social, Diego Ibáñez, manifestó que “las prioridades » de la agenda “están más o menos claras, lo importante es que tengamos los puentes sólidos para dialogar con la derecha, sabiendo que tenemos una minoría en el Congreso”, recalcando que el tema de la seguridad de los chilenos y chilenas, es prioritario.
El piso del gobierno
Quien dio señales claras respecto a lo que espera el gobierno para el futuro inmediato, fue la ministra del Interior, Carolina Tohá. En el debut del programa en vivo “Gobierno Informa”, -que la oposición criticó de inmediato- enumeró cinco temas que para el gobierno son prioritarios. Dijo que “hemos planteado que hay dos reformas que (…) son requerimientos de Chile pendientes desde antes de nuestro gobierno: la reforma previsional y la reforma tributaria”.
El rechazo a la propuesta de reforma tributaria en la Cámara de Diputados tuvo una respuesta categórica por parte de la Secretaria de Estado. Afirmó que “el Presidente ha dicho que ningún impasse en una votación va a impedir que el gobierno persista en buscar que estas reformas salgan adelante”.
Mencionó, además, que son necesarias “correcciones profundas al sistema de salud”. En tercer lugar, dijo que “vamos a avanzar sustantivamente en dejar instituciones en materia de seguridad más sólidas de las que había cuando llegamos: Ministerio de Seguridad, unas policías y todos los organismos que intervienen en mejor grado de responder a las exigencias que hoy día tenemos en esta materia”.
En cuarto lugar, la ministra expresó que “esperamos irnos de La Moneda con que el país haya terminado su disputa constitucional (…), vamos a dar todas las facilidades para que eso pase”.
Finalmente, afirmó que “hay dos recursos fundamentales que van a ser parte del corazón de a lo que Chile le van a permitir llegar al desarrollo (…): el litio y el hidrógeno verde. Los pasos que nos encaminen hacia allá van a haber sido dados en nuestra administración”.
No va a ser fácil. Máxime cuando uno de los timoneles de la derecha, Javier Macaya, presidente de la UDI, confesó sin ruborizarse que su partido estaba obligado a rechazar la reforma tributaria. “Nosotros estábamos ideológicamente obligados a votar en contra de la reforma tributaria, porque consideramos que era un proyecto mal planteado que no se iba a poder corregir en el trámite”. Es la excusa que probablemente van a esgrimir frente a cada una de las reformas que el gobierno quiere realizar en beneficio de la ciudadanía: pensiones, salud, seguridad y educación. Permitirlo sería, sin duda, pérdida absoluta para las derechas.
