Periodista.
Producto de la sequía que afecta por 10 años al país, los altos índices de pobreza y el excesivo precio de los alimentos, cerca del 40 por ciento de la población de Somalia se encuentra en una situación de inseguridad alimentaria extrema, indicó la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El llamado de alerta al mundo se hace en medio de la peor crisis alimentaria desde 2011, año durante el que 250 mil personas murieron debido a la carencia de alimentos. Este año la situación podría ser peor o similar debido a la mayor sequía en una década, según señalan los especialistas, y las personas más afectadas serían los niños menores de cinco años. Se estima que cerca de la mitad de los menores en ese rango etario del país sufra desnutrición aguda.
Frente a esta dramática situación, Adam Abdelmoula, de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) alertó al mundo señalando que «si no se hace nada, se prevé que para este verano 350.000 de los 1,4 millones de niños con desnutrición severa que hay en el país, perecerán».
Para dar una respuesta humanitaria la ONU ha presupuestado 1500 millones de dólares para este 2022, de los cuales según señala el organismo, solo se ha recibido un 4.4% de los fondos. La Guerra entre Rusia y Ucrania ha invisibilizado más aún la crisis humanitaria en Somalia y esto ha hecho dificultosa la recaudación del dinero. Sin embargo, Etienne Peterschmitt, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Somalia, dio una luz de esperanza al enfatizar que “no es demasiado tarde. Los fondos que se reciban hoy todavía pueden evitar lo peor, pero tienen que ser de amplio alcance y llegar muy pronto».
Hasta el pasado mes de febrero las agencias humanitarias asistían a cerca de 2 millones de personas. Sin embargo, una disminución en la entrega de estos fondos ha llevado a una crisis alimentaria que puede generalizarse en esta parte del cuerno de África.
Respecto a la falta de cobertura para satisfacer las necesidades de auxilio, Angela Kearney, representante de UNICEF en Somalia, manifestó que «si no se cubre el déficit de financiación, las tasas de desnutrición seguirán aumentando, y los niños podrían sufrir una situación de malnutrición grave y sufrir enfermedades evitables. La pérdida de niños por inanición sería una derrota para la humanidad».
Haciendo un llamado de atención a la comunidad internacional, El-Khidir Daloum, representante del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) en Somalia, subrayó que «nos vemos obligados a establecer prioridades entre nuestros limitados recursos y esta situación no podría llegar en peor momento, ya que estamos en vísperas de una catástrofe humanitaria en Somalia. Este es un año de necesidades humanitarias y hambre sin precedentes, pero imploro al mundo que no dé la espalda a Somalia ni espere hasta que sea demasiado tarde. Hay millones de vidas en juego».
