Periodista.
Visibilizar que la violencia política sexual que han sufrido mujeres y disidencias sexuales, en el marco de las movilizaciones sociales de octubre, es terrorismo de Estado. Así lo asegura la campaña que desarrolla “Memorias de Rebeldías Feministas”, colectivo que se define como una “articulación de organizaciones feministas y compañeras feministas, antirracistas, anticapitalista, antipatriarcales y anticarcelarias”.
En su informe del 31 de octubre, el Instituto Nacional de Derechos Humanos reporta 18 querellas por violencia sexual. El organismo ha informado de hechos de violencia sexual en comisarías, que incluyen desnudamientos, amenazas, vejaciones y tocaciones. Por su parte, desde el inicio de las movilizaciones en el país, el movimiento feminista ha denunciado violencia sexual ejercida por agentes del Estado.
Por esta razón, la campaña informativa llama a las mujeres a organizarse, hacer visible y promover la denuncia de las experiencias de violencia política sexual, junto con informar qué es la violencia política sexual, cómo se expresa, qué hacer en caso de detención y dónde acudir para recibir acompañamiento y orientación para denunciar estos hechos.
Se busca informar a la comunidad sobre cómo se expresa este tipo de violencia, quienes la ejercen, por qué lo hacen contra mujeres y disidencias sexuales y “cómo son correlato del despliegue del terrorismo de estado en dictadura y en la actualidad”. Por ello, Memorias de Rebeldías Feministas comparte el material -que tiene descripciones inclusivas para personas no videntes- para ser reproducido, pegado en muros y difundido por redes sociales.
Para las organizaciones feministas -que exigen juicio y castigo a los autores de esta violencia- es relevante generar un acompañamiento seguro, que considere y respete las diferentes experiencias de las personas violentadas, entre éstas, el miedo y con ello la inhibición de relatar el hecho.
“Este tipo de violencia que hoy sufrimos las mujeres, disidencias y estudiantes durante las detenciones en las manifestaciones no son más que el fiel reflejo de la impunidad de la violencia política sexual o tortura sexual que fue ejercida sobre nosotras durante la dictadura”, aseguran.
Agregan que la obligación de desnudarse durante la detención, agresiones verbales con connotaciones sexuales, amenazas de violaciones, tocaciones y manoseos, la orden de realizar labores asociadas al género femenino, como limpiar y cocinar, son algunas de estas expresiones, que “tienen como objeto específico de ejercicio, el cuerpo de las mujeres como territorio político a dominar”.
El colectivo llama a “no naturalizar este tipo de prácticas y el manto de impunidad con la que está relacionado, así como darle la connotación social y jurídica que ésta debe tener: un delito”.
Acompañamiento seguro
La campaña coordina instancias de acompañamiento para quienes denuncien este tipo de hechos, con un despliegue territorial a nivel nacional, para eso se debe denunciar al correo electrónico [email protected]. En el caso de las mujeres que lo requieran, se genera acompañamiento en conjunto a los observadores de derechos humanos de la Casa de Memoria José Domingo Cañas.
Memorias de Rebeldías Feministas defiende el derecho a la protesta y repudia este tipo de acciones que, a su juicio, buscan castigar e inhibir el despliegue de las mujeres y disidencias en el espacio público, particularmente en la protesta social. Asimismo, insiste en “poner el acento en el carácter anticapitalista, antipatriarcal, antiracista, anticolonialista y anticarcelario de la movilización, necesitamos un cambio estructural y profundo de las relaciones sociales de producción y reproducción de la vida. El feminismo debe transversalizar todas las luchas sociales”, afirman.
