Camilo Escalona Medina, Secretario General del Partido Socialista
Hace 90 años, en medio de la aguda crisis social y económica de la época, se proclamó la República Socialista que duraría 12 días y sería símbolo de los anhelos de justicia social de la clase trabajadora y fuerzas sociales excluidas y/o marginadas en la conducción del Estado, activadas ante las convulsiones que estremecían las estructuras oligárquicas del país.
El capitalismo mundial crujía por el impacto de sus profundas contradicciones. La gran crisis de 1929 que contrajo la economía en el planeta y derrumbó las frágiles estructuras productivas de los países, coloniales o semi coloniales, en Chile provocó estragos que remecieron el sistema político y generaron una seguidilla de gobiernos incapaces de resolver la crisis sistémica que afectaba el país.
Asimismo, volcó a la deliberación política a la oficialidad castrense en cuyo seno se manifestaron fuertes corrientes nacionalistas que ya se habían expresado en los 24-25, al calor del deterioro del sistema institucional por el fracaso del parlamentarismo y la corrupción.
De tales forcejeos surgió el líder que impulsó la República Socialista, el coronel Marmaduque Grove que se constituyó en el representante de las apremiantes demandas de las fuerzas populares golpeadas por la crisis. Junto a él, los intelectuales Eugenio Matte y Eugenio González, fueron el alma transformadora de esa breve experiencia de cambio social en Chile.
Las fuerzas ultraconservadoras lograron desplazarlos y sustituirles, incluso les encarcelaron y desterraron, pero no pudieron impedir que sólo un año más tarde, los principales representantes de esa experiencia socialista, se reencontraran en Santiago, para incorporarse a la lucha política democrática, esta vez fundando el Partido Socialista de Chile, el 19 de Abril de 1933.
En suma, los y las socialistas chilenos somos depositarios de un patrimonio histórico trascendente en la historia de Chile. De esa inmensa herencia política y moral surge hoy la responsabilidad de contribuir al máximo de nuestras condiciones y posibilidades al proceso de cambios que debe abrirse paso en Chile, con la nueva Constitución y las transformaciones que impulsa el Presidente Boric, para avanzar hacia un Chile más justo y más digno.
