Analista.
El 23 de agosto de 1973 fue asaltado el Banco de Crédito de Estocolmo. Los asaltantes tomaron cuatro rehenes, una mujer y tres hombres. Después de un período de amenazas y terror, estos rehenes cooperaron con los secuestradores pensando que, de ese modo, podrían escapar de los maltratos y peligros. El siquiatra Nils Bjerot, calificó esta conducta como un síndrome generado por el miedo y lo denominó Síndrome de Estocolmo, denominación que hasta hoy califica estas conductas.
En febrero de 1974, Patricia Hearst, nieta del magnate Randolph Hearst, fue secuestrada. Dos meses después de su liberación, ella se unió al grupo y participó en asaltos a bancos.
Sumarse al martirizador pensando que con esa conducta se escapa de las amenazas, es en la mayoría de los casos conocidos, una ilusión. Son muchas las ocasiones en las cuales estos rehenes colaboracionistas, una vez que han escapado con sus secuestradores, han sido vilmente ejecutados y abandonados o utilizados para la comisión de nuevos delitos bajo amenazas.
La convicción de que el secuestrador cumplirá sus compromisos ha sido la perdición de estas víctimas. Ese es el núcleo del síndrome. El secuestrador se muestra simpático y acogedor, busca demostrar que si caen en manos de la policía, el rehén también será enjuiciado, por lo tanto le conviene cooperar para que todo resulte bien y el desenlace beneficie a todos. Se instala en el papel de redentor de alguna causa noble que lo impulsa a cometer los hechos en los cuales ambos están involucrados. Entonces, el o los rehenes, inadvertidos o ignorantes, se suman y lo apoyan en su noble causa.
El secuestrador busca reemplazar rápidamente el guión amenazante y agresivo por uno acogedor, propositivo y hace vislumbrar a sus víctimas una salida honrosa y deseable, si colaboran. No quise decir lo que dije. La policía con su megáfono, miente.
Esta es la historia que nos cuenta el candidato de la ultra derecha pinochetista.
Luego se encarga de hacer ver que, los organismos que lo amenazan, los amenazan a todos. Irrumpirán y todos caerán. No hay que creer nada. Lo verdadero es lo que estamos viviendo aquí y ahora, estamos cercados, oprimidos. Ya se conoce lo que nuestros adversarios hacen en estos casos. Lo han hecho en otros lugares, siempre es lo mismo pero yo tengo un plan infalible que nos dará seguridad y nos librará del mal. Para ello me tienen que ayudar, cooperar, respaldarme y darme su voto el domingo 19.
En todas partes los comunistas han sojuzgado a las poblaciones, las han oprimido y esclavizado. Miren a su alrededor, Cuba, Venezuela, Corea del Norte, China no porque ellos son más sensatos. En Chile no será distinto. Se apoderarán de Boric, coparán todos los espacios con sus ideas totalitarias, se perderá la libertad, la vida será dura y un grupo de iluminados nos mandarán y obligarán a vivir como ellos quieran. Llegarán apoyos de otros países comunistas que harán de la liberación algo casi imposible. Tienen todo preparado para tomarse el país.
En caso de ganar el domingo, tengo planes para deshacernos de estas amenazas. Crearé leyes que nos permitan destruir a los comunistas, encerrar a los terroristas, liquidar a los narcotraficantes y sacarlos de sus poblaciones. Evitar que con su prédica los comunistas traten de convencerlos para luchar contra mi gobierno. Además, todos los que entren al país tendrán que someterse a las leyes que estableceremos para echarlos, en el caso de que nos perjudiquen. Les ofrezco a todos ustedes, libertad, orden, trabajo, familias bien constituidas, seguridad y bienestar.
Vamos a salir todos juntos y yo y mis amigos iremos mezclados entre ustedes, de manera que aquellos que nos amenazan no puedan distinguirnos. Luego deben ayudar para alcanzar esa libertad que todos deseamos y que yo les aseguro que los hará felices.
