Periodista.
Cuando falta poco más de un mes para elecciones trascendentales que, para bien o para mal, le cambiarán el rostro a Chile y cuando sólo le queda un año en el gobierno a Sebastián Piñera, la pandemia recrudece sumiendo al país en la incertidumbre respecto al futuro, misma incertidumbre que provoca el endurecimiento de los discursos de algunos de los muchos candidatos a La Moneda. Es cuestión de bucear en twitter para encontrar sorprendentes declaraciones cuyo objetivo -qué duda cabe- es conseguir votos.
Todo el espectro político tiene claro que las elecciones del 11 de abril serán determinantes para el futuro de muchos de esos aspirantes presidenciales. Para los opositores, será el momento en que conocerán su peso específico y con el dato en la mano comenzarán las negociaciones para dos de los poderes más importantes del Estado: Ejecutivo y Legislativo.
La derecha -como siempre- ya tiene claros sus derroteros. Sea quien fuere el ungido en sus primarias, tienen claro que la unidad sería su carta de triunfo. Y aunque se esmeran en no deslizar sus encontrones y divergencias, el fuego amigo existe. Ejemplo de ello es el enfrentamiento entre la candidata UDI, Evelyn Matthei y el ahora independiente Sebastián Sichel, que reclama su puesto en las primarias de Chile Vamos.
La alcaldesa de Providencia advirtió a quienes apuestan en su sector por llevar un solo candidato y no llegar con dos a la primera vuelta, que la opción de inscribirse en la papeleta pasaría más por ella que por cualquier otra instancia. “He dicho bastante claro que no acepto que me bajen por secretaría, mi decisión final de si voy a la primaria o no, la tomo después del 11 de abril», señaló en una entrevista de prensa. Así, su partido quedó notificado.
De paso, Evelyn Matthei volvió a atacar a Sichel como lo había hecho hace un tiempo, cuando lo calificó como el candidato de los empresarios y de Libertad y Desarrollo “que no quiere perder influencias y de políticos que no quieren perder poder”, además de cuestionar sus vaivenes políticos. «Tengo el derecho, y más bien la responsabilidad, de decir que una candidatura que viene gatillada por los empresarios no me parece». Ahora añadió que “una persona que quiere optar al puesto más difícil debe tener una madurez importante”.
Sichel no ha guardado silencio. «Yo estoy dando una pelea bien grande para que Chile Vamos tenga dos aperturas que son vitales. Yo soy el candidato más loco de todos, porque soy independiente y podría ir a primera vuelta solo y juntar firmas para olvidarme de esta discusión. Pero soy de aquellos que está pidiendo ser parte de Chile Vamos y participar de unas primarias en las condiciones que debiéramos participar los independientes que venimos de otro mundo», sostuvo Sichel. Ni tanto, dicen en la propia derecha. En Chile Vamos hay quienes aseguran que la candidatura del ex presidente del BancoEstado sería una operación política digitada por Allamand, su esposa y Cristián Larroulet. Todo con el objeto de hacer fracasar la candidatura de Mario Desbordes, el presidenciable de RN. Algo que Allamand no ha podido digerir aún.
Es este partido el que le respondió a Sichel. “El momento de la formalidad es en mayo, todo Chile Vamos se ha mostrado de acuerdo en que participe, pero no es bueno que permanentemente se esté poniendo en duda la palabra empeñada”, indicó el secretario general de RN, José Miguel Arellano.
En todo caso ninguno de los presidenciables puede cantar victoria. No aún al menos. Aunque las encuestas no gozan de prestigio, menos la oficialista Cadem, hay más o menos coincidencia en las distintas mediciones en el sentido que más de un 65 por ciento de los consultados, aún no tienen una opinión formada. Y ninguno de los candidatos puede sentirse triunfador por ahora, cuando los porcentajes de preferencias a su haber son mínimos: entre un 5 y un 2 por ciento. No es como para sonreír.
El miedo
Pese a lo exitoso del proceso de vacunación en el país, la pandemia sigue causando estragos, sumiendo en el miedo a quienes deben salir todos los días a buscar el sustento para su familia. Por lo mismo, en estos días se ha desatado todo un debate respecto a un nuevo retiro del 10 por ciento de las cuentas de las AFPs, cuestión que fue rechazada de plano por el gobierno que advirtió que acudiría de nuevo a su Tribunal Constitucional.
Como compensación, el Presidente Piñera anunció como nuevas las que, según la senadora Carolina Goic “en esencia, son las mismas propuestas en pensiones que contiene el proyecto de la ley ya ingresada a fines del año 2018, engrosado con los cambios acordados y aprobados por la Cámara de Diputados a fines de enero de 2020. Con esto, el propio Mandatario da por desechada su promesa de “cirugía mayor al sistema”.
Dice la senadora que salvo el incremento del Pilar Solidario para las personas de 65 años y más, pasando de un 60% a un 80% de cobertura, no se observan otras novedades en el anuncio presidencial. “El Presidente pasa por alto todo el esfuerzo realizado durante el año 2020 por las y los senadores de la comisión de Trabajo y Previsión Social, donde casi alcanzamos un acuerdo amplio que respondía a las necesidades de la gente en base a un sistema de seguridad social pleno, es decir, mixto en lo contributivo y con reformas profundas en la industria de las AFP, cuya legitimidad ha sido, con razón, fuertemente cuestionada por la ciudadanía en las manifestaciones sociales de los últimos años”.
Añade Carolina Goic que “no se reconoce un espacio adecuado a un componente del pilar contributivo de carácter colectivo y solidario” y explica que del total de cotizaciones propuestas, 16%, solo un 3% se destina a ese fin, “lo que demuestra que la solidaridad intergeneracional no sería una preocupación de nuestro gobernante, como tampoco los equilibrios de género, salvo el aumento en 0,2 UF para las pensionadas con más de ocho años de cotizaciones que ya estaba contemplado al aprobar el proyecto en la Cámara de Diputados. Todas las mujeres que no cumplen con este requisito, que son muchas, quedan fuera”.
La senadora pone la lápida al intento del Presidente de terminar su gobierno con una reforma de pensiones que claramente beneficia a las AFPs. “Se esfuma – afirma- la promesa de una cirugía mayor al sistema, junto con un llamado vacío a un gran acuerdo nacional. La nula capacidad de diálogo del Presidente, quien ahora improvisa medidas sin respaldo financiero, nos ha hecho retroceder un año, pese a la voluntad permanente que desde la oposición hemos tenido para avanzar en el tema social más sensible para las y los chilenos”
Deliberación
Algo de vergüenza debe sentir el Canciller Andrés Allamand, quien afirmó hace unos días ante la ONU que a poco más de un año del estallido social, “Chile había recuperado su normalidad”. Las llamas que rodearon al general Baquedano en la plaza Dignidad o Italia retrotrajeron imágenes de hace un tiempo, y que hicieron recordar que Chile aún se encuentra al debe en la respuesta al clamor ciudadano por más derechos y menos abusos.
Esas llamas alrededor del monumento al general Baquedano provocaron un nuevo conflicto. El Ejército emitió un comunicado tratando de “cobardes desadaptados” y “antichilenos” a quienes cometieron este acto que calificaron como “indignante y repudiable para todos nuestros compatriotas”. Señalan que “los antisociales que continuamente agreden esta figura ignoran que a sus pies reposa la tumba de un soldado chileno, como cualquiera de nosotros, que no se pudo identificar y que, como tal, representa a miles de compatriotas que murieron anónimamente por la patria y que nunca pudieron volver a Chile».
Hicieron una vez más “su llamado a que todos los sectores sin importar su condición política, social o religiosa condenen sin ambigüedades estas agresiones que afectan al alma nacional, un pueblo que no reconoce ni valora su historia, que precisamente le permite tener un presente, difícilmente se proyectará a un mejor futuro».
Las críticas no se hicieron esperar, pese a la defensa férrea hecha por el gobierno, que incluso acusó a la oposición de levantar este tema para desviar el foco de atención de los incidentes en el sector de Plaza Baquedano.
El ministro vocero de Gobierno dijo que había que recordar “que las últimas veces que se hizo intentos para disminuir la violencia en Plaza Italia, la respuesta de parte de la izquierda fue hacer una acusación constitucional, ahí hay un momento en el que uno debe decir basta, más allá de todos los problemas que tienen los carabineros, más allá de todos los problemas que tienen las policías lo que necesitamos es que todos puedan convivir en paz y parte de esas reglas democráticas básicas es que la violencia no puede ser aceptable bajo ninguna circunstancia”,
«Querer romper todos los símbolos es algo que no representa a los ciudadanos, algo que en ningún caso representa a esa inmensa mayoría que quiere que haya acuerdos y que haya paz”.
Una declaración grave
La candidata presidencial del PS, Paula Narváez, fue drástica en su opinión. Afirmó en una entrevista que la declaración del Ejército es grave y que «no creo que sea el lenguaje que deba usar una institución del Estado, ni tratar así a los chilenos y chilenas. Creo que efectivamente han sido deliberantes como no deben serlo de acuerdo a nuestro orden jurídico y por lo tanto considero que el gobierno tiene que claramente tomar acción sobre esto”. Añadió que, de estar en el gobierno, le habría pedido la renuncia al Comandante en Jefe del Ejército.
En el mismo sentido se pronunció la candidata presidencial de la DC y senadora, Ximena Rincón Dijo que: «los que están hoy en la conducción del Ejército debieran estudiar la historia, porque declaraciones y comunicados como éste son graves. Además del uso del lenguaje que es en verdad penoso y, por lo tanto, no corresponde de acuerdo a la legislación vigente, no es ni siquiera una consideración mía».
Daniel Jadue, candidato presidencial del Partido Comunista escribió en su twitter que “el comunicado emitido por el Ejército es antidemocrático y deliberante. Refuerza idea nefasta del enemigo interno que llevó a esa institución a cometer los peores crímenes de nuestra historia. Presidente Sebastián Piñera debe pedir la renuncia del comandante en Jefe».
El candidato del PPD, Heraldo Muñoz, planteó que «el Gobierno intenta bajarles el perfil a las declaraciones deliberantes del Ejército llamando antichilenos a quienes quemaron el monumento al general Baquedano. He sido muy claro toda mi vida, he condenado la violencia y condeno el incendio al monumento como al museo Violeta Parra», apuntó Muñoz, apelando a que nunca se ha hecho un «mea culpa por el incendio provocado en La Moneda por el propio Ejército y otra parte de las Fuerzas Armadas el 11 de septiembre de 1973, lo mínimo que debiera haber ocurrido es que el Presidente de la República llamara al comandante en jefe del Ejército a La Moneda para dar explicaciones por esta declaración deliberante, porque fue una falta de respeto al ministro de Defensa y al propio Presidente, eso no debiera pasar en democracia».
El candidato de RN salió en defensa del Ejército. Dijo que: “el comunicado emitido por el Ejército no solo se enmarca en lo que son sus funciones y atribuciones, sino que, además, está redactado en el tono sincero que exigen las circunstancias».
Mario Desbordes fue más allá. Buscando la aceptación en los sectores más duros de RN, atacó específicamente a la candidata socialista y al presidenciable del PC. Manifestó que «lamentablemente, cuando hubiéramos esperado una condena general y transversal a estos desmanes que constantemente han destruido la calidad de vida de miles de vecinos y el emprendimiento de decenas de pequeños comercios y empresas, dos presidenciables se han limitado a criticar al comandante en Jefe del Ejército, llegando incluso a pedir su renuncia». Llamó a Paula Narváez y a Daniel Jadue a condenar la violencia “de una vez por todas y a no confundir el legítimo derecho a manifestarse con el actuar de grupos violentos antisistema, que solo buscan derribar nuestra democracia».
Paula Narváez no lo dejó pasar. Acusó a Desbordes de faltar a la verdad, pues siempre ha condenado la violencia. “Rechazo cualquier tipo de violencia, venga de donde venga”. Y añadió que los eventos ocurridos en la Plaza de la Dignidad son lamentables y nadie los debe justificar. Pero con la misma fuerza debemos señalar que las declaraciones del Ejército no se ajustan al marco de una sociedad democrática donde el poder militar está supeditado al poder civil”.
Y finalmente expresó que Mario Desbordes “apunta el dedo hacia el lugar equivocado: es su gobierno el que ha fallado en todos los frentes, porque no han sido capaces de resguardar el orden público, con respeto irrestricto a los derechos humanos. Ese es el problema principal”.
