Inicio Destacado Criando Cuervos…

Criando Cuervos…

Crédito foto: Captura web Telesur.

0

Así debe estar pensándolo -en su infinita soledad y en medio del abandono de sus huestes- el Presidente de Chile. Ya no tiene nadie quien le escriba y rumia, en medio de multiplicados tics, su derrota. Una derrota para él insospechada porque Piñera es de los que navega en los mares de la fantasía y de una evidente insanidad. Pero no es una locura de esas que conmueven y provoquen empatía. No. Se trata de una patología que puede llevar a quienes la soportan a enloquecer literalmente, o a sentir que la vida puede ser una pesadilla sin fin y reiterada. Lo hemos visto en las redes sociales últimamente. La gente ha llegado a odiarlo visceralmente y a desgastarse emocionalmente por este sentimiento, más aun cuando siente que no hay nada que pueda hacer para cambiar el estado de las cosas.

Lo que hoy siente la mayoría de los chilenos –incluso los que votaron por él y hoy están tremendamente arrepentidos- se desencadenó hace casi dos años, con la protesta social de octubre de 2019. Allí vimos ya a ese Piñera negacionista, zigzagueante, sin rumbo, déspota, sanguinario, pero por sobre todo, falto de toda empatía, mientras su esposa, aterrada con tanto manifestante en la calle, se preguntaba si Chile no estaría viviendo una invasión alienígena…

Piñera sabía lo que se estaba viviendo. Claramente. Pero le daba lo mismo. Porque a él le da lo mismo el sufrimiento acumulado de la gente, que es lo que llevó a millones de personas a salir a las calles a gritar su hastío, su desesperación y sus inmensas ansias de una vida mejor, de un mundo más justo y equitativo.

En términos psicológicos, Piñera reúne muchas de las definiciones y rasgos de un psicópata. En él observamos falta de empatía, egocentrismo y narcisismo (tiende a pensar que es superior a los demás), así como un supuesto encanto pero muy superficial y una tremenda pobreza emocional (los psicópatas se caracterizan por sentir menos emociones negativas, especialmente miedo). Igualmente, exhibe mucha dificultad para aprender de la experiencia (este tipo de personajes tendrían más dificultad para asociar los castigos con las conductas que los han provocado, para lo cual habría una explicación biológica ya que contarían con menores niveles de cortisol y de serotonina, lo que se relacionaría con la inhibición conductual).

Los psicópatas también se caracterizan por gran impulsividad, falta de planificación, insinceridad y manipulación así como una predisposición al aburrimiento (lo que los haría tener una necesidad permanente de estimulación). Finalmente, tienen un estilo de vida parasitario (o sea, proclive a aprovecharse de los demás) y ausencia de remordimientos, es decir no suelen sentir culpabilidad por sus actos… En suma, sin ser necesariamente violentos, se caracterizan por un desprecio a las normas y los derechos ajenos, engañando, hiriendo y manipulando al resto para lograr aquello que se proponen.

Ya el año 2010, el periodista Ernesto Carmona, ya fallecido, había hecho un retrato de Piñera, justo cuando iniciaba su primer gobierno como Presidente. En su libro “Yo Piñera”, Carmona señalaba que Piñera no era querido y que, más bien su mundo lo “soportaba” como un costo político. «Él nunca ha sido querido por la derecha tradicional. Jarpa siempre lo criticó, acusándolo de ser un mal educado y quienes eran sus amigos también han dejado de serlo”, decía el reportero. Agregaba que «con tal de avanzar en su carrera política, Piñera es capaz de avasallar con todo, incluso con las lealtades internas. Lo mismo ocurre con el desarrollo de su fortuna».

Carmona también describía en su investigación que «la obcecación por lograr sus objetivos es un aspecto dominante de su personalidad; quiere ser el primero en todo…pero cuando ya domina el juego se aburre y se lanza a un nuevo desafío”, añadiendo que sus ex colaboradores confesaban que Piñera rara vez los felicitaba cuando lo habían hecho bien pero sí sufrían su ira cuando se equivocaban…

Con la llegada de la pandemia del Covid 19, estos rasgos de Piñera que ya habíamos sufrido los chilenos desde su primer gobierno (¡lo que no bastó para que fuera reelegido!), se agudizaron. Y nos ha tocado vivir la mayor crisis sanitaria, económica y social de los últimos 100 años bajo  las directrices de un mandatario completamente perdido en su laberinto psicopático. Con nula empatía, con brutal obcecación, ha negado una y otra vez la sal y el agua a millones de familias que quedaron en la miseria debido a las sucesivas cuarentenas producto del Covid.

El último episodio -el retiro del tercer 10% desde las AFP para enfrentar la debacle material después de más de un año de pandemia- mostró a un Piñera completamente desquiciado en su patología, negándose a aprobar un proyecto de ley votado incluso por sus seguidores, y buscando abortarlo en el Tribunal Constitucional, además de presentar una nueva iniciativa de ley a través de la cual intentó hacer lo que siempre quiere hacer: ayudar a sus cómplices y socios, los superricos de Chile.

Pero esta vez las cosas le están saliendo mal.  El TC no lo apoyó y, en medio del alivio de la población y de un brutal escarnio político, Piñera ha debido asumir la derrota y abordar un cambio de Gabinete.

Sin embargo, debemos recordar que Piñera es un personaje de manual de psicopatología. A pesar de que sus tics aumentan a medida que sus problemas se multiplican, él es incombustible emocionalmente. Ojos que no ven, corazón que no siente. El no conoce la pobreza ni es capaz de imaginarla ni en sus peores sueños. Él se declara de “clase media” y ahorra midiendo el consumo de Coca-Cola en su casa. También en gastos “superfluos” como pagar una asesoría comunicacional de cuatro millones de pesos, según me relató el profesional que le hizo el trabajo y que nunca recibió el pago…

Piñera es cada día más un manojo de tics -gestos o movimientos involuntarios y repetitivos que delatan trastornos compulsivos- y un ejemplo perfecto de la psicopatía, pero ello parece importarle muy poco. ¿Cómo podría hacerlo si durante el 2020, mientras el mundo y su país se venían abajo producto de una espantoso y desconocido virus, el aumentaba las ganancias de sus empresas en un 73%, ubicándose en el cuarto lugar dentro de los empresarios más ricos de Chile? ¿Así, quién no puede?

SIN COMENTARIOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Salir de la versión móvil