Periodista.
Varias son las lecciones que dejó la última de las contiendas electorales: la derecha relegada a un lugar irrelevante, con solo un gobernador regional y en uno de los lugares que tradicionalmente estuvo siempre en sus manos; las oposiciones gobernarán prácticamente todo el país al lograr 15 de las 16 gobernaciones regionales; la reinstalación en un lugar competitivo de la centroizquierda y, particularmente, de Unidad Constituyente, que triunfó en 10 regiones; el reposicionamiento del PS como actor importante luego de los resultados obtenidos en concejales, alcaldes, constituyentes y gobernadores; y lo más preocupante: de 10 chilenos y chilenas, 8 no fueron a votar. Analizar con objetividad los por qué, dónde, quiénes se abstuvieron de asistir, y qué hacer para superar esta situación que pone en peligro la democracia que tanto costó recuperar, será la gran tarea de todos.
Luego de los obligados análisis y pasadas las respectivas euforias o depresiones post electorales, se inicia una carrera presidencial que aún no está clara del todo. Falta dirimir justamente si los triunfadores de esta mermada elección -la Unidad Constituyente- tendrá un candidato o candidata única para enfrentar a quienes resulten vencedores de las primarias legales que enfrentarán los 4 candidatos presidenciales de Chile Vamos por un lado y el PC con el Frente Amplio por otro el próximo mes. Y lo más importante: una candidatura única para enfrentar a la derecha, única posibilidad de triunfo.
Una victoria de la derecha en la primaria está llena de interrogantes. Porque los datos duros son reveladores. Las oposiciones se impusieron por lejos: Unidad Constituyente se impuso a nivel nacional con más del 47%; el PC y el FA obtuvieron poco más del 28%, y Chile Vamos obtuvo apenas un 13%. No hay que equivocar el análisis. Con todo, la derecha sigue siendo competitiva y se jugará con todo para evitar el descalabro total.
Por otro lado, ¿habrá primaria convencional para Unidad Constituyente? Es la gran pregunta instalada y que va a depender de las respuestas tanto de Yasna Provoste y su partido, como de Carlos Maldonado por el Partido Radical. La única que no ha cambiado su posición al respecto y se ha mostrado siempre dispuesta a participar en una primaria es la candidata socialista Paula Narváez. No es a estas alturas una interrogante de fácil respuesta. Porque si bien Yasna Provoste evita una y otra vez pronunciarse, y aunque antaño se ha inclinado a favor de primarias, se están escuchando voces en la DC -pocas, pero existen- que dicen que hay que darle largas al tema a la espera de una definición que se caiga de madura.
“No sólo las comunas del Rechazo”
Es en este escenario que se inicia la carrera presidencial. Un escenario donde habrá que restañar heridas, clarificar qué es lo que se le ofrecerá al país, y superar el clima enrarecido y beligerante que retrotrajo una imagen de épocas pretéritas, donde el nivel de descalificaciones y falsedades campeó ahora durante todo el proceso, particularmente en la Región Metropolitana.
No es casualidad que Gabriel Boric, candidato presidencial del Frente Amplio y que se enfrentará a Daniel Jadue en sus primarias legales el 18 de julio, haya leído muy rápido y de manera autocrítica lo ocurrido con la candidatura que apoyaba. “Tenemos que preguntarnos por qué no logramos convocar a la mayoría del pueblo chileno”, señaló Boric, cuestionando la espiral de descalificaciones que surgió en la campaña. Una espiral que lideró la candidata de su sector, Karina Oliva, quien permanentemente centró sus críticas a Claudio Orrego y los partidos que lo sustentaban en “los 30 años” supuestamente perdidos para el pueblo chileno.
Más aún. Las críticas de la candidata ni siquiera cesaron cuando debió reconocer el triunfo de su adversario. “Quiero felicitar a Claudio Orrego por su triunfo, es siempre importante reconocer en el otro cuando gana (…). Cuando nosotros perdemos, no siempre perdemos, sino que hemos ganado, hemos crecido. La gente sabe que hay una alternativa, no de alternancia, sino que de gobierno. Pero, además, es importante decir que cuando el pueblo de Chile se organiza, hay unos que tiemblan, porque el miedo cambio de bando”, dijo Karina Oliva acompañada por Jadue y Boric. “Esperamos que construya una región para todas y todos, no solo para las comunas del Rechazo”, agregó.
La respuesta llegó del propio Boric. Aunque reconoció que Orrego fue votado por los sectores más de derecha de la Región Metropolitana, dijo que “eso no es excusa suficiente para que nosotros no hayamos sido capaces de convocar más allá”. “Cuando uno ve los resultados de la votación, lo que se ve es que Karina Oliva ganó en cerca de 30 comunas y Orrego en 20, y la verdad es que la caricatura de las comunas del Rechazo son 4 a nivel nacional, incluyendo a Colchane, y ayer Orrego triunfó en harto más que 3 comunas, por poco, poca votación, por lo que quieras, pero no es solamente las comunas del Rechazo”. “Justificarlo de esa manera creo que nos nubla y no nos permite mejorar los errores que tuvimos”, añadió el candidato del Frente Amplio.
Error no forzado
Según algunos analistas, la gran falla en la Región Metropolitana y que no se replicó en las regiones en competencia, fue presidencializar el proceso electoral. Entre aciertos y errores cometidos por el comando de Karina Oliva, hay algunos en que coinciden analistas y dirigentes de Unidad Constituyentes. Fue un acierto -dicen- haber sabido convocar a las mujeres y apropiarse del rechazo a “los mismos de siempre”, y las culpas de los “30 años”. Errores fueron -entre otros- las descalificaciones agresivas y la instalación del miedo justamente por quienes aspiran a ser gobierno. Porque probablemente sin haberlo buscado, declaraciones del candidato Daniel Jadue un día antes de la elección, provocaron un efecto contrario, despertando ese miedo no sólo en las cuatro comunas del rechazo.
El alcalde de Recoleta y candidato presidencial dijo en su programa semanal de Facebook que si llega a convertirse en el próximo presidente de la República solicitará un estatuto de garantías constitucionales a la DC y a los militares. ”Creo que todo Chile está esperando que los partidos y el Ejército se comprometan a nunca más ponerse a disposición de un gobierno extranjero para poder derrocar a su propio gobierno, porque eso es alta traición, es traición a la patria”. Frases que trajeron el temor a que se repitiera el horror del 11 de septiembre de 1973, con sus muertos, torturados, exiliados, desaparecidos y hambre, que hasta hoy están presentes en la memoria colectiva.
“Ponerse a disposición de un gobierno extranjero para derrocar al propio gobierno, me parece inaceptable. Aceptar dinero e infraestructura de un gobierno extranjero para matar a dos generales, Prats y Schneider, eso no lo puede hacer nunca más el Ejército”, agregó. En la oportunidad, Daniel Jadue dijo que se comprometerá con los militares a “nunca más hacer lo que la derecha y el centro chileno, de pedirle al Ejército que cuando no hemos sido capaces de resolver los problemas políticos dentro del sistema, les decimos que salgan a masacrar a nuestro pueblo, porque eso es inaceptable”. Y agregó: “Tenemos un Ejército que ha participado en muchas más masacres que guerras para defender al país. Más que defender la soberanía nacional, ha defendido un modelo socioeconómico de una clase dentro del país”.
Tal fue la crítica que se levantó, de todas las colectividades políticas, que Jadue debió dar un paso en reversa y al concurrir a votar el domingo señalo que no era necesario firmar ningún compromiso y que esperaba que los partidos “estuvieran a la altura”.
Boric, su contendor de las primarias quiso marcar las diferencias. Refiriéndose a la poca asistencia a las votaciones, dijo estar esperanzado. “Creo que el momento que vivimos es apasionante, que el momento constituyente va a traer cosas buenas para Chile y me la voy a jugar para que en nuestra primaria el 18 de julio, convoquemos a más gente”. Aseguró que las declaraciones de Jadue “son parte de las diferencias que se van a expresar en la primaria que tenemos con Daniel. Me alegro de que haya corregido esos dichos porque no contribuyen hacia donde tenemos que avanzar que es convocar más allá de nuestro mundo”.
Así las cosas, adquiere sentido lo que un dirigente socialista comentó al finalizar la elección de gobernadores: “el muerto que vos matasteis goza de buena salud”. Sumando y restando, el resultado obtenido por Unidad Constituyente en la mega elección, incluyendo ahora la segunda vuelta de gobernadores regionales, pone a esta oposición en una situación expectante. Eso, siempre y cuando triunfen las voces que piden unidad y candidato único. Como lo dijo el candidato triunfador en la Región Metropolitana: “Somos parte de una coalición de centroizquierda que muchos quisieron dar por muerta, y veo que hoy está viva. La Unidad Constituyente está viva”.
El triunfo de Claudio Orrego provocó como derivada un revés para el eje PC-Frente Amplio, que, si se analiza autocríticamente su proceso, logran recomponer alianzas y cambiar su estrategia confrontacional, tal vez ese eje podría recuperar la fuerza que perdió, o que no fue capaz de convocar. Ya lo dijo Boric y, también, Giorgio Jackson.
