psicólogo comunitario. IG @psicologocano
Pareciera ser que la persecución a la vida sexoafectiva de la comunidad LGTB fuera hace un siglo. Sin embargo, esto no se ha detenido y seguirá hoy, mañana y el futuro los cuerpos que incomodan jamás pasarán de moda.
Esta vez quiero problematizar de las nuevas prácticas sexoafectivas que se observan en la comunidad y que en algunas ocasiones son de libre conversación y en otras se mantienen en secreto, solo bajo la complicidad de la aplicación que ayuda y facilita el reencuentro para que se cumpla este deseo. Me refiero a la ya conocida frase “relación abierta” o “somos dos, buscamos tercero para trio”. La diferencia en estas prácticas en comparación de las fiestas de encuentro sexual, se debe principalmente a que instala lo afectivo en dicho encuentro, no digo que en las fiestas sexuales no se tenga afecto, este último existe, ya que muchas de las fiestas funcionan como club donde la gran mayoría se conoce.
Hacer el punto en lo sexo afectivo de las parejas que buscan tercero, llama la atención, pues pareciera ser que la lucha por la visibilidad y los derechos pasaron también con los derechos y limites que el patriarcado y la heteronorma nos invita a pensar.
En un mundo destinado para dos, ser tres invoca la típica frase “tres son multitud” al parecer esta habría que cambiarla por “tres son juventud”, si, en estos encuentros sexuales la pareja un poco agotada o cansada de lo mismo rejuvenece con este tercero que se convierte en el estimulante necesario para la activación de la libido homosexual. Debo confesar que desconozco de esta práctica entre mujeres lesbianas y otros del paragua LGTB, a pesar que en las relaciones bisexuales, muchas veces el tercer invitado en algunas ocasiones tiene permanencia al punto de ser historia en sus biografías.
Hoy, y tratando de cuidarme que mi pensamiento heteronormado, patriarcal y machista, no contamine una práctica que cada vez se ve mas presente en nuestra comunidad y que a diferencia de las relaciones heterosexuales, a mi parecer, la viven con mayor normalidad, naturalidad y sobre todo consensuada, evitando el estrés del tercero como amante o afecto escondido. Más bien nos presenta un afecto compartido, algo como un trueque de amor, un regalo para los afectos y el sexo que se concede a la misma pareja, novio o esposo.
Hoy la frase: “somos dos, buscamos tercero”, nos sigue apareciendo cada vez en las aplicaciones de encuentro sexual, así como también la existencia de aplicaciones exclusivamente para bisexuales en busca de un tercero. Señalar todo esto, lo hago con el objetivo de mirar nuestra sexualidad y comencemos a vivirla sanamente y sin prejuicio, lo cual ayudará a disminuir de manera importante la posibilidad de las trasmisiones de enfermedades de trasmisión sexual, y sin ir más lejos, el estrés emocional de lo que implica tener un amante, el cual va desde un desgaste económico hasta un agotamiento físico mental.
Entre las conversaciones que he sostenido con quienes invitan o me han invitado a estos encuentros es habitual escuchar “mi pareja lo sabe o siempre lo hacemos con mi pareja” debo reconocer que en otras veces he sido testigo de las consecuencias que el juego dejó, en algunos casos, ese tercero destinado a satisfacer la necesidad momentánea de un encuentro sexoafectivo, terminó comiéndose la torta de la guinda y paso a ser el protagonista de la relación, quedando uno de la pareja como un tercer invitado y posteriormente expulsado, un juego con “fuego” que terminó calcinando a uno de sus protagonistas.
Un tipo X en una de las conversaciones de aplicación, me cuenta que durante el proceso de conocer a este tercer invitado, su pareja se fue dando cuenta que no con este había mas puntos de encuentro, “ellos salían más, compartían más al aire libre cosa que a mí me cargaba y terminó quedándose con los afectos de él, nuestros cinco años solo fueron un bello recuerdo, terminamos como amigos”. Este relato o algunos parecidos los he escuchado en muchas ocasiones cuando comienzo a dialogar con los chicos de la aplicación, debo confesar que el terminar como amigo, no es mi fuerte a la hora de mi vínculo afectivo, tampoco les deseo una maldición eterna, pero si una maldición cortita que permita mantener tranquilo al monstruo que se puede manifestar después de un enfado.
En otra ocasión un sujeto me escribe y señala: “buscamos los mismo”, frase que me llamó la atención, pues yo no buscaba nada. Sin embargo, me gustaría encontrar todo, el ese perro que no come ni deja comer. La frase le llamó al atención y me dice que busca un tercero, le señalo que lo recuerdo y también recuerdo mucho como me hablaba de la felicidad de su matrimonio y todo lo que habían logrado juntos, le recuerdo esto, y me dice que si, que junto a su pareja se permiten esta práctica, pero que todo dependería si yo cumplía con ciertas características que estaban en su prueba de admisión, yo solo reí, no estaba dispuesto a entrar a un casting de amantes y menos con quien antes había promovido la vida en pareja, no me prestaba para ese juego social de apariencias y mentiras, en la cual al parecer este sujeto se manejaba muy bien.
Ahora y volviendo a nuestras realidades, me parece importante resaltar que todo lo conversado y consensuando en la relación de pareja es válido, incluso la llegada de un tercero que sirva como un tronco mas a la hoguera que se debe tener para iluminar el amor que se dice o cuenta en las reuniones sociales.
También encuentro importante que antes de iniciar este juego se tenga completa seguridad de lo que se espera alcanzar con el tercer invitado, algo pasajero o algo más duradero.
Las condiciones de enamoramiento y formar una nueva pareja con el tercer involucrado debe ser hablada desde un inicio, ya que es algo muy probable que ocurra, dejando al otro lastimado.
Si bien esta práctica o forma de relacionarse tierne sus críticos externos, la verdad que, en pro de la salud mental, la recomiendo entes de un amante o posibles encuentros sexuales con desconocidos, esto debido a la vulnerabilidad a la que se puede exponer quien encuentra sexo casual hoy en día.
Sin duda, el tercero histórico y que hoy sale a la propuesta afectiva llego para quedarse y ser reconocido en su rol, los cambios que vive la comunidad LGTB no son excluyentes de los que se presentan en la comunidad heterosexual, hablar de este tema con altura de miras lo veo importante pues la realidad muchas veces nos hace saber de ese tercero, cuando un diagnóstico médico lo anuncia bajo un nombre científico que siempre asusta.
