Economista, Instituto Igualdad
Es el sistema económico actual y cómo funciona lo que determina lo que estamos viendo en educación, salud, pensiones, empleo informal, desempleo e inseguridad. El gobierno de centro izquierda del presidente Boric ha debido administrar el poder ejecutivo con herramientas y recursos precarios sujetos a la aprobación de una derecha estrechamente unida a la élite que concentra la riqueza del país en más de un 40% y es lo que explica que se niegue a aprobar las reformas sociales que mejoren la calidad de vida de la mayoría de los chilenos.
El sistema funciona en un 80% en base a la actividad privada librada al mercado con mínimas regulaciones. El estado con una recaudación respecto del PIB de poco más de un 20% de carga total de impuestos apenas puede responder al gasto social básico. Un 50% de los recursos posibles de recaudar en impuestos son evadidos o eludidos con lo cual el estado se ve obligado recurrir constantemente a elevar la base o la tasa imponible.
El estado subsidiario no funciona para liderar un proyecto económico-social de alcance nacional. La mejor educación está entregada a que sea dirigida por la élite y desde la edad preescolar hasta el nivel universitario la élite domina en materia de enseñanza y formación académica lo que implica que ella prepara y emplea a la mayoría de la clase dirigente del país.
La élite a su vez responde a las leyes del mercado, ojalá desregulado, con lo cual el negocio de la educación se enfoca a la demanda por empleos de las empresas existentes. Incluso crea carreras que carecen de demanda en el mercado laboral.
La élite económica chilena ya la hemos caracterizado por aspirar a dirigir empresas financieras y de servicios siendo renuente a crear empresas con base industrial que puedan agregar valor a las exportaciones. El negocio fácil, las colusiones, la evasión tributaria, la corrupción llevada a comprometer a altos funcionarios del estado es el escenario que vemos cada vez con más frecuencia.
Es decir, la derecha en el gobierno es dueña del poder total y lo ha logrado 2 veces en democracia. Minimizar el estado y mantener al mercado lo más desregulado es el objetivo que permite que todo siga igual y que al final el estado no sea más que un ente represivo del movimiento social. ¿Estamos acaso sujetos a una seguidilla de leyes cortas y malas que anulan las grandes reformas y sigamos al ritmo y afanes de la élite económico y política?