“Se interprete como se interprete, cualquiera que sea la consecuencia práctica, técnica, científica, jurídica, ética o política que se extraiga de ello, ya nadie puede negar que los animales están sujetos a una dominación sin precedentes. Tal dominación… podría denominarse violencia en el sentido más moral y neutro del término. Nadie puede negar en serio, o durante mucho tiempo, que los hombres hacemos lo que podemos con el fin de disimular esta crueldad o de ocultarla ante nosotros mismos, con el fin de organizar el olvido de esta violencia a escala global”.Jacques Derrida, Filósofo. “The animal that therefore I am”.
En el mundo existen 16 especies de cerdos y sólo una de ellas ha sido transformada por los humanos mediante manejo genético en diversas razas para el consumo de carne. Actualmente las granjas industriales del cerdo dominan un 95% de la producción mundial de la especie. Hay sociedades humanas que comen muchos animales, como lanorteamericana, quienes a lo largo de su vida comen 21 mil animales per cápita, de distintas especies.
En el mundo hay 1.300 millones de cerdos criándose industrialmente, la mayoría de los cuales terminan principalmente en las bandejas de los supermercados de los países orientales. Chile aporta con su cuota aese desbocado consumo mundial de carnes. Tiene actualmente 2.608.205 cerdos, principalmente en manos de cinco grandes firmas que exportan el 63% de su producción, el resto: se come en Chile y alimenta la galopante obesidad nacional. La exportación de carne de cerdos industriales de Chile ha aumentado sostenidamente en el tiempo, pasando de 184.699 toneladas el año 1996 a 534.024 en el 2018.
A nivel mundial, el consumo de carne de cerdo lo encabeza China (con un 65% de la producción mundial, supone más de 52 millones de toneladasanuales), la UE (24%, más de 19 millones de ton) y EE.UU (10%, más de 8 millones de ton). China hoy es golpeada por una gigantesca epidemia de peste porcina que diezma su producción.
En la medida de que el capitalismo agroalimentario aumenta, también lo hacen los volúmenes de animales comidos inducido por un profundo empuje de cambio de las costumbres alimentarias humanas que hacen las transnacionales del cerdo.
¿Qué es un cerdo?
Los cerdos son animales muy simpáticos, cariñosos, gregarios que viven en grupos formando jerarquías complejas e interacciones de dominancia y sumisión entre ellos. En cuanto a sus sentidos, poseen un excelente oído y olfato, por lo que evitan los ruidos repentinos o muy fuertes. Su visión binocular es poco desarrollada, por lo que les es difícil definir distancias y profundidades, pero cuentan con visión monocular o periférica la que les entrega un amplio ángulo de visión lateral. Son animales con excelente memoria, capaces de recordar episodios estresantes relacionados con personas, lugares y manejos. Es un animal altamente sintiente. En condiciones naturales, los cerdos pasan la mayor parte de su tiempo hozando, jugando, interactuando socialmente, conductas imposibles de replicar en condiciones de producción industrial intensiva.
El sufrimiento animal
El comportamiento de un cerdo corresponde a la conducta natural de la especie e incluye todas las maneras en que los animales interactúan con otros organismos y el medio físico. Este tiene un componente innato y un componente aprendido. La conducta es lo que los animales realizan al interactuar, responder y controlar su ambiente. Esta incluye fenómenos biológicos simples (conductas reflejas) o complejas, pudiendo ocurrir como respuesta a estímulos externos, a cambios fisiológicos o a las acciones de otros individuos. Dentro de algunas conductas características del cerdo podemos encontrar las siguientes: hozar, nidificar y buscar alimento, entre otras. Durante ese periodo de su vida libre, los cerdos educan a sus hijos en las conductas de supervivencia, acumulando en su memoria todo tipo de información útil.
Un cerdo experimenta un buen bienestar si está sano, cómodo, bien alimentado, en seguridad, si no padece sensaciones desagradables como dolor, miedo o desasosiego y si es capaz de expresar comportamientos importantes para su estado de bienestar físico y mental.
En contraste a esta evidencia científica de conducta y al comportamiento innato, los cerdos de cría industrial padecen un continuo abuso desde el día en que nacen; los criadores les arrancan los testículos violentamente y les cortan la cola. Las cerdas madresson confinadas durante casi toda su vida en pequeñas jaulas de gestación en las que ni siquiera pueden acostarse o voltearse con comodidad. En estas ellas aplastan sus propias heces para que escurran por canaletas hacia los fosos de recolección.
Como el objeto final de la industria pecuaria es lograr la máxima producción al más bajo costo, muchas veces un gran número de animales es confinado en espacios mínimos, tanto en los establecimientos de crianza (engorde), como en los medios de transporte que sirven para su traslado. La alta densidad y el poco espacio con el que cuentan los animales, conlleva al sufrimiento de situaciones de alto estrés y, por consiguiente, al desarrollo de conductas anormales entre los grupos de animales.
En lugar de buscar la solución más lógica, la cual es recrear de manera más fiel el ambiente natural de los cerdos, los granjeros desarrollan técnicas artificiales para evitar dicha situación, las que en su mayoría, constituyen una grave afectación a la integridad y salud del animal, y que muchas veces resultan muy dolorosas. Por otra parte, al privárseles de su ambiente natural, los animales se vuelven incapaces de desarrollar su comportamiento natural.
Contrastadas con normas éticas, estándares de manejo avanzados en el mundo, las granjas industriales nacionales que crían cerdos para la exportación, mantienen situaciones opacas respecto a sus métodos de producción. En sus informes anuales y su publicidad muestran a animales en situaciones idílicas, pero la realidad en los planteles es bien distinta. La perfectamente engrasada maquinaria de la cría industrial perpetra aún muchos abusos sobre animales indefensos y desprotegidos por la insuficiente ley chilena y los manuales del llamado “bienestar animal”, los cuales excluyen toda consideración profunda a la conducta innata de estos animales y a que estos son animales sintientes.
Actualmente en Chile los animales y los vegetales, en general, son considerados cosas por el Derecho. Esto es, son tratados jurídicamente como cosas, para asegurar su aprovechamiento por parte de sus dueños titulares. Ello ha sido consagrado expresamente en el Código Civil chileno. El sufrimiento de esta forma de propiedad de cosas y no de seres sintientes se ve reflejado en el continuo estrés que presentan. Ante el reclamo ciudadano, algunas firmas han comenzado a experimentar con algunas técnicas y en el caso de hembras gestantes: música para calmarlas. En otras:con feromonas, las que cuales cual drogas los obnubilan para bajar el estrés.
Cuando hablamos de estrés en animales de granjaindustrial, nos referimos a cosas muy diversas, tales como: ansiedad, agresividad exagerada, frustración, miedo y sobre todo, sufrimiento. Como se sabe el estrés contamina la carne con desechos metabólicos,los cuales son malos para la salud humana. En estos establecimientos las cosas que a un cerdo le resultan más agradables les están prohibidas: experimentar la maternidad, el ocio, el juego, la interacción social, etc.
Algunas de estas prácticas de sufrimiento incluyen inseminar artificialmente a las madres inmediatamente paridas, forzando el puerperio mediante fármacos, una y otra vez, para que, una vez nacidos, sus pequeños les sean arrebatados para criarlos en las granjas de engorde lejos de sus madres. Las madres una vez agotadas reproductivamente son eliminadas. Aquellas que mueren en el camino terminan con su carne mortecina siendo hamburguesas, y las crías muertas son transformadas en harina de sangre y está usada en las raciones de los cerdos vivos. El principal criadero de cerdos de Chile, en una nave tipo, que contiene 800 madres gestando, recoge al mes un camión entero de madres y cerditos muertos, los cuales son reutilizados como carne de hamburguesas y harina de sangre, a pesar de las causas de muerteque ameriten un uso no humano.
El impacto ambiental y la huella de carbono
Una típica granja industrial chilena de cerdos produce hoy unos 3 millones de kilos de estiércol al año. Lasmayores causas de impacto ambiental de la producción de cerdos son el enorme desperdicio de agua en áreas reducidas, los sistemas inadecuados de manejo de desechos y las grandes cantidades de combustibles requeridos para sustentar este tipo de producción, en particular, lo relativo a transporte y producción de alimentos artificiales.
El excremento en descomposición produce y libera una mezcla de partículas de polvo, bacterias, endotoxinas, sulfato de hidrógeno y amoníaco, entre otros, causando daño en los trabajadores y en la población cercana y no tan cercana, ya que los gases pueden viajar más allá de lugares inmediatos al establecimiento pecuario. Esto genera graves problemas respiratorios y oculares, producto de la contaminación del aire. Recuérdese el abandonado proyecto de cría de cerdos de la comuna de Freirina y su enorme impacto ambiental y rechazo ciudadanoante estas agresiones ambientales.
Por otra parte, en la granja industrial se produce una cantidad significativa de gases efecto invernadero, contribuyendo de esta forma al grave problema del cambio climático.
El actual consumo excesivo de carne de cerdo no es una cuestión cultural, es un impulso muy consciente del propio sistema económico y este se está equivocando, pues la mayoría de los cultivos se destinan en la actualidad al ganado y no a alimentar a las personas.
El reciente informe sobre suelo del Panel Científico de Cambio Climático (IPCC) estima que hasta el 37 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) provienen del sistema alimentario y, de todas ellas, la ganadería de carne y lácteos esresponsable del 14,5%. Se trata de una cantidad similar a todas las emisiones que vienen del transporte global -barcos, autos, trenes y aviones–. La actual producción de cerdo industrial tiene una inmensa huella de carbono y los planteles nacionales apenas son capaces de amortizar el 50% del carbono y reciclar cifra parecida de las aguas empleadas en la producción.
Otra cosa que claramente hace falta es que en la legislación chilena, aparte de una mayor exigencia en el Sistema de Evaluación de Impacto ambiental (SEIA) y en la mayoría de los ordenamientos mundiales, exista una normativa exclusiva y eficaz en materia de tratamiento de desechos contaminantes del ganado. En todo caso, los desechos de la cría de cerdos se pueden enmarcar en el concepto de residuos peligrosos que entrega el Decreto 148/2004, sobre Tratamiento de Residuos Peligrosos, en su art. 3: “residuo o mezcla de residuos que presenta riesgo para la salud pública y/o efectos adversos al medio ambiente, ya sea directamente o debido a su manejo actual o previsto, como consecuencia de presentar algunas de las características señaladas en el artículo 11”, de modo que, en principio, le sería aplicable esta normativa a su tratamiento.
Sin embargo, si se examina el contenido de esta normativa, sólo se refiere al tratamiento de sustancias químicas de carácter no orgánico, por lo que resulta imperativo contar con normativa más exigente, considerando la distinta naturaleza de estos desechosy su enorme contribución a la contaminación y cambio climático.
Como se puede observar hoy día, también en materia de sanciones en Chile la Ley 20.380 es una normativa escueta, repleta de enunciados imprácticos y carentes de aplicación real. Fuera de las normas relativas al confinamiento, transporte y sacrificio de animales, no hay sanciones aplicables frente a su incumplimiento y, aún así, éstas son ínfimas, considerando que dichas normas se remiten a los reglamentos complementarios de esta ley relativos a la industria pecuaria, que cada año reporta enormes ganancias, por lo que el elemento disuasivo que debería tener la amenaza de sanción es prácticamente nulo. Se ha hecho un Reglamento de Bienestar Animal a medida de la actual industria, con métodos atrasados.
La industria pecuaria es una actividad que va en aumento en nuestro país y que cada año genera enormes ganancias y gran deterioro ambiental que no mitiga, además de un infinito sufrimiento animal dada la antigüedad de sus métodos de cría, engorda y faenamiento, por lo cual es necesario avanzar hacia un cambio radical en el actual modelo productivo y su marketing.
Nuestra actual normativa nacional no es adecuadamente amigable con el medioambiente y en el bienestar animal es bastante escueta y carente de contenido real para impulsar una forma más ética de relación de los humanos con estos animales sintientes.
