El 5 de diciembre de este año los guardaparques de CONAF del monumento natural La Portada en Antofagasta estaban extrañados. Al recorrer la playa esa mañana vieron con consternación como algunos pelícanos, antes divertidos y curiosos sobre los cercanos roqueríos, ahora retorcían sus cuellos en una febril danza mortal. Más allá, botados en la playa otros boqueaban y daban sus últimos estertores. Caminado más al sur comenzaron a ver una hilera de cadáveres, que formaban una larga línea que se perdía en el horizonte. Volvieron consternados, porque nunca se había visto eso. Decidieron llamar al Sernapesca quienes dijeron que ese tema lo veía el SAG. Pensaron que iba a ser el eterno compra huevos público, en que las instituciones dudosas, evadían la función pública. Llamaron al SAG y al otro día aparecieron unos veterinarios cubiertos de trajes especiales de pies a cabeza y tomaron muestras de las aves muertas. A los tres días, ya se sabía que era la Gripe Aviar que estaba matando los pelícanos. El temido virus de la Influenza Aviar H5N1, de extrema patogenicidad ya estaba en Chile y comenzaba a matar las aves del país. Las noticias señalaron que en Perú ya había 13 mil pelícanos muertos.
Al saber la cepa, el Ministerio de Salud respiró profundamente aliviado pues ese virus no afecta a los humanos. Por el contrario, el SAG se estremeció aterrado pues sabía que desde ese minuto todos los planteles avícolas industriales del país estaban en riesgo potencial, en un enorme riesgo. Las gallinas, pollos, patos y pavos, no tienen inmunidad para ese virus y aun no existe vacuna. Con el correr de los días, en el norte del país las muertes de aves marinas aumentaron y también las reuniones. Los productores de aves y huevos chilenos al saber la noticia, corrieron desesperados a llamar al ministro del ramo. Ellos sabían de la enorme mortandad de aves industriales que actualmente causa este virus en USA y en toda Europa.
Las economías avícolas de esos países están seriamente resentidas y ya van a cumplir un año siendo duramente golpeadas. En la semana siguiente al reporte en el norte de Chile aparecieron muchos más cadáveres de pelícanos, pero esta vez también de gaviotas, pingüino de Humboldt, pilpilenes, patos yuncos y jotes. Esas muertes son solo la punta del témpano pues se sabe que los animales que se encuentran muertos son solo un tercio de los que efectivamente mueren, pues los otros lo hacen sin que se sepa; en roqueríos, en alta mar, etc. A fines de diciembre ya no eran 100 las aves muertas sino 1000 y la peste ya estaba presente y comprobada en toda la costa del Pacífico chileno desde Arica a Atacama. Dado que en esta época comienzan a llegar importantes poblaciones de aves migratorias desde el hemisferio norte a las costas de Chile, es probable que la infección continué largo tiempo, por lo menos unos 6 meses más hasta llegar a Magallanes. Para intentar que no se expanda, el trabajo de contención local se ha tornado febril. Brigadas de técnicos y profesionales, con trajes especiales recorren las playas recogiendo los cadáveres de aves, enterrándolos y sanitizando todo lo que las ha tocado. La diseminación mal contenida puede alcanzar los gallineros industriales y causar millones de muertes y también millones de dólares en perdidas de exportación de carne y huevos de gallinas y pavos.
57 millones de muertes en EE.UU.
Chile ya ha tenido la experiencia, que felizmente fue cortada de raíz. A principios del año 2017 en nuestro país se presentó un brote de Gripe Aviar de baja patogenicidad, producido por un virus subtipo H7N6. El brote involucró tres focos en total, los dos primeros afectaron a dos granjas de pavos comerciales pertenecientes a una misma empresa mientras que el tercer foco afectó a dos sistemas de traspatio. Para la resolución del brote fue necesario sacrificar a más de 380.000 aves entre pavos, pollos, gallinas patos y gansos.
EEUU solo el año 2022 tiene 57.767.901 muertas, en 47 Estados los gallineros industriales han sido infectados y en 49 Estados hay aves silvestres muriendo. En Europa la peste afecta ya a 37 países con una mortalidad de aves de consumo de 50 millones. Del lado de las aves silvestres, ellos ya hablan de una Nueva Primavera Silenciosa, parafraseando el libro homónimo de Rachel Carson (1962), que pronosticó una primavera silenciosa por la desaparición masiva de aves producto del uso de biocidas agrícolas que las mataban. Se estima que Europa tiene actualmente más de 100 millones de aves silvestres muertas.
¿Son las aves silvestres la causa del problema? En las poblaciones de aves silvestres siempre han existido las enfermedades y ésta casi siempre ha sido un poderoso factor de evolución natural. El problema no son las aves sino los humanos, que sin las adecuadas medidas de protección juntan y producen millones de aves industriales con un evidente peligro de enfermar masivamente y contaminar a todo el mundo con sus virus. Además, estos virus pueden pasar de aves a humanos cambiando su patogenicidad, tal como ocurrió con COVID 19, desde murciélagos, siendo letales para los humanos.
A nivel mundial se estima que esta pandemia matará un numero muy importante de aves silvestres del mundo, tanto en USA, como Europa y Asia y también en América Latina y que si se quiere contener se va tener que trabajar mucho para proveer vacunas, planes de control y monitorear permanentemente los virus existentes en las aves silvestres, cosa que escasamente se hace acá, solo la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Chile hace sistemáticamente y en la diversidad requerida. Sanitariamente las aves silvestres chilenas están abandonadas, sin investigación, especialistas y preocupación estatal.
Ojalá el país sea eficiente en contener localmente esta peste y no tengamos que lamentar muertes masivas de aves silvestres maravillosas como flamencos altoandinos, taguas, cormoranes, varias especies de bellos patos silvestres, entre otras, todas las que motivan la admiración de los turistas y que cumplen importantes roles ecosistémicos en Chile. Ojalá que la peste nunca llegue a la Antártica, donde puede ser una horrorosa amenaza atacando impunemente a muchas especies de aves y pingüinos que non tienen inmunidad alguna contra esta enfermedad.
