Periodista.
El mundo político esperaba, no sin impaciencia, el fin de las Fiestas Patrias. Es que ahora sí la carrera electoral, presidencial y parlamentaria, acelerará su marcha que no terminará hasta el 21 de noviembre. Son varios los hechos políticos que se cruzan e influencian los procesos en curso.
Para comenzar, y no es poco importante, está la definición de los parlamentarios sobre el cuarto retiro del 10 por ciento en estos días. Cual más cual menos de los presidenciables probará si su liderazgo es respetado por los partidos que los apoyan: Sichel se opone rotundamente, incluso con amenazas a quienes lo aprueben; Boric votaría a favor siempre y cuando se pague impuestos por el retiro; y Yasna Provoste, aún no se pronuncia claramente.
No sólo el tema del diez por ciento ha puesto en jaque a Gabriel Boric. Aunque en principio no todos en sus socios de pacto estaban de acuerdo en la fórmula que él propone, finalmente el PC le dio un respiro a su candidato al ceder en su negativa inicial y acordar finalmente el ingreso de una indicación conjunta para que el cuarto retiro tribute para quienes tengan rentas sobre $2,6 millones.
Sin duda, se trata de un tema que esta semana acaparará la atención de la ciudadanía. Tal vez quien graficó la situación con un punto de vista poco mencionado fue un parlamentario de la derecha, Manuel José Ossandón. Colgó un video de advertencia en sus redes sociales, explicando que “yo lo que he dicho es que es muy difícil votar por el cuarto retiro, porque claro que puede tener efectos nocivos para la economía. Hay una campaña del terror de algunos grupos técnicos sobre el cuarto retiro”. Sin embargo, añadió que “el tema es que hoy se habla mucho de los efectos negativos de votar a favor, pero no se habla casi nada de que votar en contra también tiene implicancias”. “Hay buenos argumentos para votar en contra, como la crisis inflacionaria que se podría dar, pero también el votar a favor podría evitar que se desate una explosión social”. Es lo que muchos dirigentes políticos comentan en voz baja, mencionando el qué ocurriría cuando se terminen las ayudas que está entregando el Estado, que, de alguna manera, a quienes sí han logrado un trabajo, les ha servido no sólo para pagar deudas, sino para enfrentar una inflación que hace difícil comer.
Como si fuera poco, y olvidando su descrédito, la Iglesia decidió pronunciarse políticamente, dándole un apoyo directo a lo más conservador de la derecha. Fue durante el Te Deum pasado. El arzobispo de Santiago, Celestino Aós, se permitió abordar temas extremadamente sensibles para chilenos y chilenas. Dio gracias por todos aquellos que buscan «respetar y proteger los valores no negociables», como el respeto y la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural; la familia, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer y la libertad de los padres de elegir el modelo de educación de sus hijos, entre otros temas.
Otro tema que tensiona
Luego está la votación del quorum de los dos tercios para el reglamento en la Convención Constitucional, un tema que pocos entienden pero que deja al desnudo las divisiones en los conglomerados políticos. Además, se inicia oficialmente la campaña electoral y el miércoles se verán las caras los candidatos a la Presidencia durante un foro televisado. El cómo se enfrenten cada uno de los candidatos, sus diferencias, sus propuestas de futuro, puede mover la aguja de las simpatías por uno u otro, particularmente de quienes sí tienen posibilidades reales de llegar a segunda vuelta.
Otro tema que tensiona las relaciones entre el PC y el Frente Amplio es el de los dos tercios en la Convención Constitucional. Para el PC se trata de la modificación del quórum de 2/3 para aprobar normas constitucionales, estipulado en el acuerdo político del 15 de noviembre de 2019, suscrito justamente por su candidato Boric, y que, por razones obvias, tanto él como los partidos del Frente Amplio se oponen. Por eso es por lo que los convencionales del PC, además de Pueblo Constituyente, movimientos sociales, y los escaños reservados, presentaron una indicación para bajar el quórum de 2/3 a 3/5. De esta manera el PC y sus compañeros en la CC buscan dar vuelta algunos votos de la centro izquierda y conseguir la mayoría absoluta para aprobarlo. En el FA, el PS e independientes No Neutrales, han defendido el quorum establecido en el acuerdo del 15 de noviembre. El diputado Miguel Crispi (RD), no se explica la posición del PC en este tema: “De verdad, no entiendo ¿cuál es el sentido de seguir presionando en un asunto que la misma ciudadanía, mediante su voto, superó el problema, construyendo una mayoría en la Convención que sobrepasa los 2/3?”.
Pero, como ha ocurrido con todos los problemas que ha enfrentado la CC, la solución llegó. De manera intrincada, compleja, inentendible a veces, pero solución al fin. El convencional Patricio Fernández logró explicarla en una columna: “Para el PC, ex miembros de la Lista del Pueblo y representantes de los movimientos sociales, esto equivale a sucumbir a las lógicas autoritarias de Jaime Guzmán, pero en realidad abundan las constituciones que lo exigen para ser corregidas, entre ellas la venezolana (1999), la boliviana (2009), la ecuatoriana (2008) y la cubana (2019), todas acordadas bajo regímenes de izquierda. ¡Hasta el Papa es elegido por dos tercios! Otra cosa es que este quórum limite las posibilidades de plebiscitos y se aplique a la reforma y creación de Leyes Orgánicas, y al control preventivo de esas leyes por parte del TC, todo lo cual constituye un cerrojo autoritario cuidadosamente urdido por la Constitución pinochetista que estamos desechando y del que esperamos esté libre la nueva Constitución”.
Más adelante Fernández cuenta que “de pronto comenzó a circular entre los FA, Los INN, los del Colectivo Socialista y los «boutique» -como Felipe Harboe bautizó a los del Apruebo-, la idea de que aprobando por mayoría absoluta los reglamentos en general, sin votar el quorum de cada norma, automáticamente se aceptaban los 2/3 establecidos en el articulo 94 para ratificar cada una de las leyes de la nueva constitución”.
Afirma que “nadie era capaz de reunir los 2/3 ni para mantener esta regla ni para cambiarla y, en estricto rigor, el asunto ya estaba zanjado por la reforma constitucional que nos dio origen y que en su artículo 133 señala: “La Convención deberá aprobar las normas y el reglamento de votación de las mismas por un quórum de dos tercios de sus miembros en ejercicio”. A continuación, agrega que “no podrá alterar los quórum ni procedimientos para su funcionamiento y para la adopción de acuerdos”. No obstante, un sector de los convencionales insistía que no había por qué postrarse ante acuerdos parlamentarios de la vieja república, despreciada por la revuelta social”.
Cuenta que Carlos Peña, en el diario El Austral de Osorno, sintetizó con precisión el efecto político de la maniobra: “Permitirá sostener que es la voluntad de la Convención la que, de manera autónoma, decidió establecer un quorum supra mayoritario y no el Acuerdo del 15 de noviembre o la Constitución del 80. De esa forma todos los sectores quedarán satisfechos: la derecha y la centro izquierda porque el quorum de 2/3 se mantendrá; el Partido Comunista porque podrá sostener que la Convención se liberó del Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución”.
El constituyente del PPD Felipe Harboe respaldó la propuesta del cuórum de mayoría simple como forma de avanzar en las reglas del juego que los regirán. Sí criticó al PC por no reconocer la regla de los 2/3 establecida en el Acuerdo por la Paz de noviembre de 2019 y que dio origen a este proceso constitucional. «Nosotros, yo por lo menos, pertenecemos a un grupo y así lo hemos planteado en el Colectivo del Apruebo, que creemos que la Constitución tiene que ser una Constitución transformadora, pero siempre respetuosa de los límites. Porque no es lógico, como planteó por ahí, por ejemplo, el exministro Barraza que decía yo no reconozco las reglas de los 2/3 porque fue originada en un acuerdo entre partidos políticos”.
«Y yo digo, bueno, pero es bien raro que un constituyente reconozca las reglas de ese mismo acuerdo para cobrar el sueldo, pero no reconozca las reglas que establecen límites. Porque las constituciones también, junto con organizar las sociedades, constituyen límites al poder para evitar abusos». El exsenador justificó la decisión de establecer la mayoría simple para la aprobación de normas, porque eso permite avanzar en la conformación del Reglamento y lograr acuerdos entre los integrantes de la Convención, dándole, además, viabilidad al trabajo del órgano.
¡Partieron!
Así las cosas y con una iglesia opinante, comienza la propaganda electoral, las giras y probablemente debates y discusiones que podrían ser ásperas entre los contendores. Y todo esto aderezado con los esfuerzos del gobierno -inútiles hasta ahora- de tener un mínimo protagonismo, para no terminar tan a mal traer.
Otro aderezo es el resultado de la encuesta CEP, la única que se realiza con consultas cara a cara. Y si bien confirma lo que otras han señalado, con un Gabriel Boric (Apruebo Dignidad) que marcó un 13% de preferencias, seguido por el abanderado presidencial de Chile Podemos +, Sebastián Sichel con un 11% y la candidata presidencial de Nuevo Pacto Social, Yasna Provoste con un 6%, lo más impactante es el nivel de abstencionismo que podrían tener este proceso. Concretamente, un 50 por ciento de los chilenos no dan a conocer su preferencia y se les califica de indecisos.
La mayoría de los cientistas políticos que se dedican a interpretar estas mediciones, aseguran que la carrera presidencial está absolutamente abierta. Concuerdan que hasta el 21 de noviembre “pueden pasar muchas cosas y en política, dos meses es una eternidad”. Y que es muy difícil hoy predecir el comportamiento del electorado. Marcos Moreno, director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central dijo que «es muy difícil hacer proyecciones porque estamos hablando de encuestas que no son electorales. Esta no es una encuesta electoral porque no calcula el votante probable». Añadió que «lo que estamos viendo aquí son dos cuestiones: por un lado, otra vez el fantasma de la abstención. Podríamos tener una elección presidencial y parlamentaria con una baja participación, y por lo tanto aparece el problema estructural de la democracia chilena que es el abstencionismo». Y, si bien es cierto “los resultados dan ocupando las primeras posiciones a Gabriel Boric y a Sebastián Sichel, todo nos muestra que esta es una elección abierta»,
