Periodista.
¿Cuándo? es la palabra que más se repite en círculos sociales, políticos, empresariales y en los barrios de todo el país. Se refiere a la permanencia de la pandemia provocada por el coronavirus, que ya ha producido más de 6.405 nuevos casos en un día de Covid-19 en el país y más de 2 mil fallecidos, según las nuevas mediciones, lo que augura un futuro más que preocupante de no lograr controlar a la gente en sus cuarentenas.
Así las cosas, el cuándo se controlará la pandemia es la gran pregunta. Pero no para todos. Porque si bien la lucha por detener los contagios y las muertes va por una gran carretera, en la caletera, casi inadvertidos y aduciendo que efectivamente están preocupados por la pandemia, la clase política sigue enredada en sus propios problemas. Unos, como la oposición, tratando de entregar las soluciones que cree más pertinentes frente al fracaso de las apuestas gubernamentales hasta ahora. La derecha culpándolos por supuestamente no apoyar al gobierno en las medidas que ha tomado, cosa que, si se analiza fríamente, no es tal.
La derecha está tan preocupada de salir del atolladero que busca desesperadamente cambiar de temas en la agenda y busca culpables donde no los hay. Lanzó a la ex ministra Marcela Cubillos -que reemplazó a Mónica González en el programa político de Canal 13- a atacar primero a la presidenta del Colegio Médico y luego, a la Presidenta del Senado. Con argumentos que ni siquiera vale la pena repetirlos, pero que están lejos de referirse a cómo se sale de la crisis. Y lo más penoso, es que su marido, Andrés Allamand, repite el mismo guion donde quiera que vaya. Ambos se han referido a lo que ha hecho Izkia Sichel o lo que la presidenta del Senado, Adriana Muñoz (PPD), planteó en el marco de la discusión por el posnatal: «prefiero cometer un sacrilegio con la Constitución y ser destituida como senadora que, de verdad, pasar por sobre una demanda urgente que tienen las madres y los padres hoy de no tener en dónde dejar a sus hijos». Para Marcela Cubillos y su esposo, es lo “más grave” que ha pasado en el último tiempo. Felizmente, nadie siguió sus pasos. Ni siquiera su partido.
Por otro lado, por más que se intente disfrazar u ocultar sus desavenencias internas, los arañazos vuelven a aparecer cada cierto tiempo en la derecha. Y aunque la lucha por derrotar la pandemia ocupa la mayor parte de las portadas y noticieros, y aunque a pocos les interesa lo que ocurre en el escenario político, lo cierto es que las fuerzas en eterna disputa siguen igual o peor. Conocidos son los encontrones entre RN y la UDI que luego de los respectivos estallidos, se dan por “superados” hasta que un nuevo desencuentro llegue a su escenario provocando la misma rutina.
Esta vez fue a propósito de una vieja iniciativa que el presidente de RN desempolvó para que se tratara en la mesa de trabajo por la emergencia creada por el gobierno y a la cual invitó a sectores de la oposición. En esa instancia participan Giorgio Jackson (RD), José Miguel Ortiz (DC); y los senadores Ricardo Lagos Weber (PPD), Carlos Montes (PS), Jorge Pizarro (DC), Juan Antonio Coloma (UDI) y José García Ruminot (RN). Pero, el PR decidió salirse justamente por el verticalismo impuesto por el gobierno. Esa es la decisión que tomaron los dirigentes del Partido Radical, porque el gobierno había iniciado un trabajo paralelo a las negociaciones políticas de esa instancia con un grupo transversal de técnicos y economistas, pese a que en la oposición cuestionaran esa idea en los días previos.
La nueva pelea interna en la derecha comenzó cuando los ministros de Hacienda, Ignacio Briones y de Educación, Raúl Figueroa, descartaron la propuesta planteada por Mario Desbordes, de incluir la condonación de la deuda del Crédito con Aval del Estado (CAE) a algunos estudiantes, dentro del plan de emergencia que está implementando el gobierno ante los efectos de la crisis sanitaria.
Es que el presidente de RN había enviado la propuesta junto a la petición de que en el caso de quienes no tienen derecho a gratuidad, se les condonen los intereses y las multas, además de permitirles acceder a un crédito “más justo”.
No demoró la respuesta del gobierno. Fue un verdadero portazo a sus deseos. “Es muy importante que acá mantengamos la discusión estructurada en los tres ejes y que son los que ha definido el Presidente de la República”, le respondió el ministro de Hacienda, provocando la respuesta airada de Desbordes. “Qué sentido tiene una mesa de trabajo si no somos capaces de sentarnos a analizar las propuestas que están haciendo los partidos. Cuando se señala que esto no es una urgencia social, que también entiendo que esa frase uso el ministro de Hacienda, yo la verdad es que no comparto su punto de vista. Creo que hay que estar un poco más conectado con lo que pasa con la gente, porque esto sí es una urgencia social que viene gritando, no pidiendo, gritando cientos de miles de personas”.
Luego envió otro duro mensaje: «Me sorprende la generosidad que hay para abrir la billetera, completamente abierta, para ir en ayuda de grandes empresas y que no esté la misma lógica o disposición a estudiar fórmulas para ayudar a miles de chilenos, que hace diez años que nos vienen diciendo que están desesperados en el endeudamiento estudiantil”.
Cambio de oficinas
Otro tema que fue objeto de controversias interna fue el cambio de gabinete. Un cambio que más bien fue una pequeña y renovada silla musical. La sorpresa para muchos fue la salida del ministro mejor evaluado del gobierno: el de Desarrollo Social, Sebastián Sichel. Como en su puesto entró el RN Cristian Monckeberg, de inmediato las culpas cayeron en Desborde y su gente. La UDI y Evópoli habrían apuntado a ese partido como el responsable puesto que una semana antes el presidente RN había solicitado públicamente que se integrara a Monckeberg, desde la cartera de Vivienda, en el equipo negociador del gobierno que lleva adelante las tratativas con la oposición para llegar a un acuerdo económico y social. Equipo que está conformado por ministros del comité político.
“Nosotros no estábamos pidiendo más espacio. Pedí, con nombre y apellido, que el ya ministro Monckeberg se incorporara desde el ministerio de Vivienda. Hay que tener mucho pudor para decir que el hilo se corta por lo más delgado”, como fue lo que afirmó el senador Felipe Kast. “Con el transcurso de las semanas probablemente quede bien claro quiénes eran los que sí tenían problemas con Sichel. Ese es un tema que hay que dejar en el pasado, pero lamentablemente algunos socios de coalición están tergiversando. Quienes quisieran ser el partido más grande o recuperar ese nivel son aquellos que usan este tipo de cosas. Lamento mucho las frases de ayer, es una polémica burda, artificial y muy mañosa. Vuelvo a insistir: no es RN el partido que pidió la salida de Sichel, no es RN quien pidió ese ministerio, no es RN el partido con el que el ministro Sichel pudo haber tenido problemas, todo lo contrario. La relación con él fue estupenda y va a seguir siendo buena porque seguimos apoyándolo. Acato la decisión presidencial y valoro que haya confiado en uno de los nuestros”.
¿Quién ganó y quién perdió con este gatopardismo? Claramente el ministro de Salud es el gran vencedor. No fueron pocos los que pedían su renuncia. Pero, su amistad con el Jefe de Estado es más fuerte. Y allí se quedó. Un perdedor fue, sin duda, el ministro Ward, quien pasó por la Secretaría General de la Presidencia sin pena ni gloria y para no provocar a la UDI, se le cambió solo de oficina.
El rol del ministro Felipe Ward siempre fue criticado por el desempeño del Ejecutivo en el Congreso. Durante el proceso constituyente, Ward fue criticado por defender los intereses de su partido, la UDI, por sobre la idea de generar acuerdos con la oposición. Se afirma que en las intensas negociaciones para sacar iniciativas como el Ingreso Familiar de Emergencia, quien hizo el trabajo y se llevó los aplausos fue Sebastián Sichel. Allí se selló su futuro. Más aun cuando un incondicional como el senador Iván Moreira reveló la incapacidad del Ejecutivo de enfrentarse a la oposición, pedirles a ellos, senadores y diputados oficialistas que lo hicieran, escondiendo su mano.
Lo mismo dijeron Senadores de Chile Vamos que se quejaron por las minutas que enviaba y por los llamados del equipo del ministro Ward para alinear la postura de los parlamentarios oficialistas. De acuerdo a los parlamentarios oficialistas, el los llamó a rechazar proyectos creados y/o respaldados por Chile Vamos, como el de redestinar alimentos desechados por comercios del rubro, del senador Manuel José Ossandón; hasta el postnatal de emergencia en medio del coronavirus, una iniciativa que ha sido respaldada por todas las bancadas, desde el Frente Amplio hasta la UDI.
Con todo, pareciera ser que el verdadero perdedor de esta rotación de poderes al interior del gobierno fue Arturo Tagle Quiroz, ahora expresidente de Banco Estado, lugar al cual accede Sichel. Se dice que bajo la gestión del caído presidente, el banco estaba siendo muy lento en otorgar los créditos Fogape, uno de los productos estrella del gobierno para ir en auxilio de pymes ahogadas financieramente. Se dice también que BancoEstado aparecería entre el quinto y séptimo lugar de las instituciones financieras que están aprobando y cursando los Fogape, cuando debería estar a la cabeza. En términos de montos, la entidad estatal es quinta, con sólo el 9,1% de los créditos cursados por los bancos del país. El primero es BCI, con un 30%. Había demasiado ruido, murmullos que -se afirma- podría acallar ahora el nuevo mandamás del Bancoestado.
Para el presidente del PS, Álvaro Elizalde, el cambio de gabinete “lamentablemente, no se hace cargo de las áreas críticas en que el Ejecutivo ha tenido un mal desempeño para enfrentar la emergencia. Se necesitaba un cambio distinto que pusiera énfasis en la protección de las personas en un contexto especialmente difícil”. Según Elizalde, el mandatario “prefirió concentrarse en el balance de poder de los partidos oficialistas y no atendió la necesidad de corregir las áreas críticas de su gobierno en el marco de la emergencia” .“Piñera está más preocupado de cuántos RN o UDI hay en La Moneda. Desafortunadamente, no se hace cargo de lo importante: rectificar, corregir los errores cometidos para enfrentar la emergencia. Las chilenas y chilenos deben ser la prioridad y no cuántos hay de uno u otro partido en los cargos de gobierno”, insistió el timonel PS.
Por su parte, el presidente de la Democracia Cristiana (DC), Fuad Chahín, calificó el cambio como “una verdadera silla musical y no un cambio de gabinete”. “Queda claro cuáles son las prioridades del gobierno. Lo que busca es resolver los problemas políticos al interior de Chile Vamos y no los graves problemas que está sufriendo el país producto del mal manejo de la pandemia y las insuficientes medidas económicas y sociales”, agregó el dirigente DC.
El jefe de la bancada radical, Alexis Sepúlveda opinó que lo que ha operado en esta oportunidad “ es la lógica de las compensaciones. Se sacan a ministros que no han cumplido eficientemente sus funciones, como el ministro Ward y se les compensa con otro ministerio para ver si ahí rinden”. Lo mismo opinó el diputado radical por la Región de O’Higgins, Cosme Mellado, añadiendo que “aquí hubo un show de enroques…no hubo ningún cambio”.
Desde el Frente Amplio en tanto, Giorgio Jackson (RD), cuestionó que “manteniendo a Jaime Mañalich en Salud y haciendo un par de enroques, parece que este cambio de gabinete se trata más de cómo los partidos de Chile Vamos capitalizan las entregas sociales más que de mejorar la reacción a la crisis sanitaria y social”. Lo mismo opinó el diputado Vlado Mirosevic (PL), quien se preguntó: “Presidente, ¿ni una señal de cambio en la estrategia sanitaria? ¿Solo un enroque? ¿En serio va a dejar al ministro más cuestionado cuya gestión ya falló? Impresionante la sordera de este gobierno”.
La reelección
Señales de alarma se prendieron en la oposición cuando la ministra vocera de Gobierno, Karla Rubilar, manifestó que revisarán el proyecto aprobado en el Parlamento, donde se evitó finalmente la posibilidad de reelección de senadores, diputados, alcaldes y concejales. La vocera argumentó que “hemos visto que ha generado opiniones encontradas (…) ha terminado el proceso legislativo del Congreso (…) y ahora es el tiempo del Gobierno, y nosotros vamos a analizar lo que salió del Congreso y lo vamos a evaluar».
Podría ocurrir que el Gobierno envíe una ley corta al Congreso para permitir la reelección de alcaldes, o que parlamentarios de Chile Vamos sean los que ingresen la iniciativa para que luego el Ejecutivo la patrocine y le ponga urgencia.
Sin embargo, el nuevo ministro secretario general de la Presidencia, Claudio Alvarado, sostuvo que «la etapa que corresponde en los próximos días es evaluar con todos los actores políticos (…), los alcaldes tienen un punto, pero esto requiere de un acuerdo y un consenso político amplio».
“En definitiva, esa decisión del Parlamento hoy, para corregirla, se requiere que haya un acuerdo importante, político transversal, porque necesitan 93 votos en la Cámara de Diputados, 26 votos en el Senado (…). En consecuencia, si se dan las condiciones de generar un encuentro para corregir esa situación, eso se podrá abordar, pero si la viabilidad política indica que prácticamente eso es imposible, no tiene sentido hacer un esfuerzo en algo que va a estar destinado desde el inicio al fracaso», planteó.
Pareciera ser que ahora sí el país podrá ver nuevos rostros en el Parlamento y en los municipios, aunque el comité de senadores de la UDI anunció la presentación de una ley corta para permitir por una sola vez que los alcaldes y concejales que ya cumplieron el límite puedan figurar nuevamente de la papeleta.
Pero todo puede ser una declaración de intenciones. No hay agua en esa piscina. A través de una declaración pública, la bancada del PS sentenció que no está disponible para ningún cambio a este proyecto que establece además límites a la reelección de senadores, diputados, alcaldes, concejales y consejeros regionales. “Los diputados y diputadas socialistas desde ya señalamos que no estamos disponibles para modificar lo ya acordado y votado por el Congreso Nacional”, recalcaron.
Pidieron a La Moneda no dilatar más el proceso. “Llamamos al Presidente de la República a promulgar, sin más, la reforma constitucional y allanarse a la decisión inmensamente mayoritaria expresada tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados y Diputadas”, indicó. Lo mismo opinó la bancada de Diputadas y Diputados del Partido por la Democracia: “no estamos disponibles para aprobar eventuales reformas que se impulsen y que pretendan desvirtuar el sentido del recientemente aprobado proyecto. Es por ello por lo que rechazamos tajantemente la intención de algunos sectores que pretenden dar inicio a la tramitación de una ley corta, que permita a ciertas autoridades comunales volver a postularse en sus cargos para las próximas elecciones municipales, modificando lo que hemos aprobado en el Parlamento hace solo 24 horas”, señalaron.
El diputado Gabriel Silber (DC) dijo que «la ciudadanía no entendería cómo habiendo votado una ley que establecía reglas claras en esta materia» se vuelva a dar, «por otra ley, un debate que el Congreso ya cerró».
Así, 97 alcaldes no podrán repostularse, 22 de RN, 21 UDI, 13 DC12 PS y 9 PPD. Entre ellos, Sadi Melo, Johny Carrasco, Raúl Torrealba y Virginia Reginato por nombrar sólo algunos.
