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Pasar de la Ausencia a la Convergencia

Crédito foto: Instagram @yasnaprovostecampillay.

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Cuando todos se enferman de lo mismo, suele confundirse con la normalidad y pocos sienten que deben mejorar. Pero resulta que la política es una actividad que se ha ido deteriorando entre nosotros a tal punto que llega a ser peligroso.

De cuanto está funcionando mal, al actor que peor le está yendo es a la centroizquierda. Los síntomas que develan tal situación están a la vista.

De partida, a la centroizquierda es el sector al que más disminuyen sus signos vitales. Si se comparan las dos últimas elecciones presidenciales, se verá que este sector pierde 17 puntos en cuatro años.

Claro, se puede decir que las candidaturas de derecha, sumadas, también experimentan una baja, pero esta disminución no alcanza los cuatro puntos, por lo que pueden ser considerada, en comparación, insignificante.

No se trata de encontrar escapatorias a través de excusas. Siempre se puede apuntar con el dedo a la candidata por el desempeño del conglomerado. La verdad puede encontrarse más cerca de la afirmación contraria.

Es posible que lo que más ha afectado la campaña presidencial sea el creciente debilitamiento de la base de apoyo político. El 2013 los principales partidos de la centroizquierda (DC, PS, PPD, PR) sumaron 41,36% de los votos; el 2017 fuimos el 29,8% de las preferencias y en 2021 el 17,16%.

Los números no mienten. No todos quienes componen Nuevo Pacto Social votaron por Yasna Provoste. Ella obtuvo el 11,6% de los votos, es decir, el 65,6% de las preferencias de su coalición.

Pero esto no se relaciona con la deslealtad, sino con la falta de atracción que se produce cuando una opción política se debilita. Sólo para tener un punto de comparación, se puede mencionar que Carolina Goic, en 2017, obtuvo el 5,9% de los votos, mientras que en la elección de diputados el PDC obtuvo el 10.62%.

Es perfectamente posible que una buena candidata no obtenga mucha votación porque desde que se inicia la competencia su sector político no está concursando entre los dos primeros lugares.

Antes, estar entre las primeras preferencias se daba por descontado, ahora el escenario cambio tanto que las certezas del pasado han quedaron en el pasado.

No puede ser casual que los actuales candidatos presidenciales hayan llegado a la cabeza de las preferencias después que las cartas principales, e incluso su reemplazo (en el caso de la derecha), quedaran en el camino por errores y debilidades propias que asombraron a sus seguidores.

En la centroizquierda sus hechos no dan para la tragedia, sino para la comedia. La opción presidencial se concreta luego que el rechazo de la izquierda a recibir nuevos integrantes obligó al regreso de los que ya se habían ido del hogar.

Es esta insistencia en peregrinar a donde no te quieren y esa costumbre de encontrar que son otros los que tienen mejores respuestas, es la mayor demostración de que estas pidiendo que te releven del liderazgo. Hasta que la gente te hizo caso. La idea de que al país le va mejor polarizándose es absurda. Muy pronto será necesario otra opción y para eso hay que pasar de la ausencia a la convergencia, de los pactos al acercamiento programático.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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