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Presidente Boric en riesgo

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El objetivo estratégico de la derecha es restablecer las condiciones amenazadas por una nueva Constitución, evitar daños a su patrimonio, intereses, formas de acumulación y expansión del capital. Su objetivo de mediano plazo es liquidar el gobierno de Gabriel Boric con el objetivo de paralizar todo el proceso en curso.

Para ello necesitarían propiciar el máximo rechazo de la ciudadanía hacia el gobierno, provocar una crisis de legitimidad, probar que existe una real ingobernabilidad que genera inseguridad, miedo, crisis económica y caos. En esas condiciones, aceleraría la instalación de un proceso político que permita desconocer la legitimidad del gobierno, acusarlo constitucionalmente y abrir paso a nuevas elecciones que, desplegando toda su capacidad comunicacional y las presiones políticas necesarias, esperan ganar.

Este proceso estaría en curso. Se llama fase generalizada de desestabilización e ingobernabilidad. Es una actividad que avanza persistentemente en todos los planos de la actividad del gobierno. Se acusa a todos de todo. No se debe dejar ningún flaco sin ser atacado, debilitado o desestructurado por medio de todo tipo de ofensivas económicas, políticas, procedimentales. Se trata de alcanzar el máximo deterioro en las imágenes de los funcionarios del gobierno, mostrándolos como irresponsables, irresolutos, arrogantes, ignorantes. Sobre todo la imagen presidencial, logrando el derrumbe de su apoyo ciudadano y mostrarlo como incapaz en el plano de las decisiones, confuso, irresoluto, rumbo a la irrelevancia.

Los acontecimientos ocurridos cotidianamente en contra del gobierno, deben ser mirados y evaluados desde esta perspectiva desestabilizadora. Lo ocurrido con Rafael Cumsille, la aparición de guerrillas derechistas en la Araucanía, las amenazas de paro por parte de los camioneros, viejos artífices d estos procesos, la expansión de la presencia de carteles de drogas especialmente el Tren de Aragua al cual se le ha dado la máxima popularidad, ataques con explosivos, tiroteos cotidianos con resultado de muerte, anuncios catastróficos en la economía, problemas graves en las relaciones exteriores.

El método obliga a desenterrar todas las capacidades posibles. Crear agrupamientos direccionados hacia diversos objetivos, ya sea una encerrona al Presidente o un ataque terrorista. Entonces han surgido estas agrupaciones que aparentemente no tienen un control prolijo. Estos patriotas dispuestos a todo que anuncian estar preparados para lo que sea y se extralimitan en sus declaraciones, en ocasiones atacan a la propia derecha para dotarse de un manto de impunidad política.

Antes fue necesario esconder los productos para provocar desabastecimiento y generar la odiosidad de los consumidores contra el gobierno. Ahora, en el contexto del neoliberalismo y el mercado, solo es suficiente subir mucho los precios amparados en una guerra lejana.

Esta tarea será creciente en el tiempo, profundizando los hechos y el análisis intencionado de estos, distorsionando así su real dimensión y efecto. La interpretación y los análisis son provisto y diseminados entre la clase política operante, por los centros de pensamiento y por los analistas y comentaristas ad hoc, que han aparecido como una plaga en la multitud de medios controlados. Los cambios de canal de periodistas cuya influencia debe ser utilizada en otros ámbitos, ha sido frecuente y se intensificará.

Instalado este escenario de desestabilización y crisis de gobernabilidad, se inicia la ofensiva política profunda, desde el parlamento, en donde para la derecha no es problema constituir una fuerza de tarea parlamentaria y partidista en medio de la dispersión que hay en los enclaves partidarios. Incluso ciertos personajes en busca de autor, que serán rápidamente reclutados, pauteados y beneficiados como ha sido siempre. Esta ofensiva político parlamentaria debería conducir a una crisis profunda de legitimidad del gobierno de Gabriel Boric, el cual sería sometido a una acusación constitucional como se hizo con Salvador Allende después de la correspondiente preparación de condiciones. Esa vez fue posible utilizar a los militares con la ayuda del gobierno norteamericano pero ahora no será necesario. A base de votos y acusaciones se buscará llegar a nuevas elecciones.

Al final, alguna manifestación de celebración del triunfo electoral masivamente, con las correspondientes y acostumbradas ofertas y anuncios de bienestar y felicidad ahora sí, pero, más en privado, el mundo político financiero y empresarial, celebrará por su parte haber sorteado el gran susto.

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