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Que no se agiten fantasmas

Crédito foto: Twitter @PSChile

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Han aparecido sesgados artículos que señalan que el Partido Socialista se habría “des renovado” al proponer una lista única de candidaturas al Consejo Constitucional del conglomerado de gobierno, invitando también a la Democracia Cristiana a formar parte de ella. Como no fue posible, el PS formó una opción, “Unidad para Chile”, con aquellas fuerzas dispuestas a hacerlo unitariamente.

Quienes buscan algún beneficio fácil en esa decisión no lo podrán encontrar. La posición socialista fue clarísima, incluso se podía saber antes que empezaran las conversaciones sobre la materia: con una lista única se lograba un mejor apoyo, más sólido y consistente, al Presidente Boric. De hecho, esa afirmación no fue puesta en duda en las muchas reuniones y diálogos que hubo en esos días. Lo que se dijo a favor de dos listas fue otra cosa, que así se podía ampliar el espacio electoral del conglomerado oficialista.

Ahora bien, la tarea de este gobierno democrático tiene aspectos mucho más complejos que su antecesor. La pandemia generó un gasto fiscal de tal magnitud que los importantes ahorros fiscales, provenientes de la política de superávit estructural creada en el período de la entonces Concertación, se vieron no sólo disminuidos, sino que el país tuvo que endeudarse ante la emergencia.

Hay dificultades para re impulsar la economía y resolver situaciones de cesantía que afectan duramente al mundo popular, la situación provoca comercio informal y rebaja en las remuneraciones. Muchos conglomerados económicos se aprovechan para que el costo de la situación lo pague la clase trabajadora.

Asimismo, el fenómeno de la migración en proporciones sin precedentes ha creado una exigencia en el ámbito de las políticas públicas que, en Chile, no se había experimentado. Esas enormes demandas se suman a los nuevos desafíos en el ámbito de la seguridad pública, ante la irrupción de patotas y mafias que indican la presencia del crimen organizado que tampoco nuestro país conocía en la dimensión en que ahora se presenta.

Los devastadores incendios de las regiones del centro sur aumentan los desafíos de la acción gubernamental y la reconstrucción significará recursos y esfuerzos sin precedentes. Otra administración se pudo desmoronar, pero el Presidente Boric resiste y persiste. Por eso, hay que apoyarlo.

De modo que este no es el debate de los años 80 acerca del valor universal de la democracia y la crítica a las deformaciones autoritarias habidas en los países de Europa del Este. La historia dio su veredicto, el socialismo para ser viable debe establecerse y ampliarse, como lo soñó Salvador Allende: en democracia, pluralismo y libertad.

La firma de los 12 principios democráticos, base del Acuerdo político, que se incorporaron en la Reforma constitucional que habilita este proceso, despeja cualquier duda. Luchamos por un Estado social y democrático de derecho que consolide las libertades y reafirme los derechos económicos y sociales alcanzados.

También, se incorporó la paridad de género, un avance esencial en la formación de una institucionalidad democrática, superando el odioso machismo patriarcal que ha marcado y deformado la civilización humana, a lo largo de milenios.

La renovación socialista dejó un legado del cual el Partido Socialista es un orgulloso forjador. La reunificación del socialismo, en Diciembre de 1989, reconoció en sus bases de principios esos avances fundamentales. Sólo una persona que ignora la historia o que pretenda omitirla, podría desconocer la realidad de ese proceso. Que no se agiten fantasmas.

Una materia diametralmente distinta es querer avanzar en cambios que articulen la democracia con la justicia social. Chile demanda cambios sociales y económicos, en los días del estallido social ninguna fuerza lo ponía en duda.

Hay quienes desean que todo siga como hasta ahora, sin cambios, a lo sumo con retoques cosméticos, lo pueden pensar así, pero que no hagan trampa, que no falseen lo que es la Renovación en política. Renovarse no es quedar petrificado en un punto del tiempo y no dar cuenta de los nuevos desafíos del país. La renovación socialista fue innovadora y no conservadora. Falsear los hechos no es lo que hoy se necesita.

De modo que la lucha continua, hay que respaldar al Presidente Boric de la mezquindad del autoritarismo ultraconservador y elegir el mayor número de consejeros y consejeras. Con la mayor amplitud, con voluntad unitaria. La nueva Constitución así lo necesita.

 

 

 

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