Periodista.
Mientras la ciudadanía mira con alarma y angustia lo que está ocurriendo con la Covid19 en Europa y EE. UU., pareciera ser que las nubes negras de la pandemia -tal como en la primera ola- podrían volver a asomarse en nuestro país con su secuela de muertes, hambre y miseria. Lo advirtió recién el vicepresidente del Colegio Médico, Patricio Meza. “El rebrote viene de todas maneras” afirmó el facultativo.
Tal vez por ello y por la desconexión evidente de la clase política con el mensaje que dio la ciudadanía cuando aprobó el plebiscito, el malestar social sigue creciendo peligrosamente. Ahí está el vendaval de nombres para la Constituyente, sin que se resuelvan las dificultades existentes para que los independientes puedan competir en más o menos igualdad de condiciones con los partidos políticos, cuyo descrédito sigue sin pausa. Peor aún. Los nombres para gobernadores regionales ya están oleados y sacramentados y de los independientes, poco. Lo mismo ocurre con los nombres, nada menos que para la Presidencia del país, que se disputará en un año más.
Con tal escenario, donde faltan los intentos por aprobar un segundo retiro del 10 por ciento desde las cuentas de las AFPs; las denuncias de corrupción; la delincuencia y el crimen organizado haciendo de las suyas; los reclamos por recortes presupuestarios en servicios claves para la población; la falta de resolución de los escaños reservados para los pueblos originarios y el lío de Carabineros que nadie entiende, por nombrar solo algunas de las dificultades que enfrenta el país, el Presidente no demoró ni 48 horas en nombrar un nuevo ministro del Interior luego de la Acusación Constitucional contra Víctor Pérez, su tercer ministro en un solo año.
El alcalde Delgado
No son pocos los que se preguntan por el significado real del arribo de un ex alcalde UDI al segundo puesto más importante del país. Un hombre joven de 46 años, que saltó a la fama, como varios otros, por la pandemia; que se le reconoce su bonhomía tal como también se le reconoce su escasa experiencia política en las ligas mayores y contrariamente a lo que ocurrió con Víctor Pérez, que tiñó con el Rechazo al flamante gabinete que impulsó Piñera luego del estallido social, Rodrigo Delgado votó por el Apruebo, cosa rara en la UDI, pero permitido a un alcalde.
El nuevo ministro es sicólogo de profesión, descendiente de inmigrantes palestinos, casado con Nicole Nef, la hija del conocido exfutbolista Adolfo Nef, y estaba imposibilitado de seguir reeligiéndose como alcalde en Estación Central por la ley de inhabilidades. que está dejando a mucho alcalde y parlamentario en el camino.
Tampoco son muchos los que saben ese por qué de la designación. Salvo -al parecer- la presidenta del gremialismo Jacqueline van Rysselberghe. La presidenta de la UDI es la protectora de Rodrigo Delgado. Fue el nombre que ella le presentó a Piñera. El nombramiento de un UDI en Interior como lo pidió ese partido le evitaría al Presidente Piñera hacer un ajuste mayor en el gabinete para dejar a toda su coalición más o menos tranquila. Fue lo que el Mandatario hizo.
Habían pasado pocas horas desde su nombramiento cuando el flamante ministro se estrelló con la dura realidad. Debió hacerse cargo de la permanencia como General Director de Carabineros, de Mario Rozas, un hombre resistido interna y externamente y que ha sobrevivido a varios Ministros del Interior. Llegando a sus oficinas en el palacio de La Moneda, sin tener arte ni parte, le presentaron la conformación del nuevo Alto Mando, donde 12 generales salían de la institución y se confirmaba la continuidad de Rozas.
En ese nuevo Alto Mando, se mantuvieron 6 de los 7 generales investigados por la Contraloría, por su responsabilidad en los hechos ocurridos durante el estallido social. Nada pudo hacer o decir Delgado, salvo frases de buena crianza, cuando fue consultado por las razones de la permanencia de Rozas. El ministro del Interior se limitó a señalar que «lo importante es modernizar el Estado y las policías».
El mismo contó que “a las pocas horas que llegué al cargo en Interior, el general Rozas presentó el Alto Mando de Carabineros al Presidente y el Presidente lo aprueba. Por lo tanto, mi escenario para trabajar son con los altos mandos que han sido aprobados, que están vigentes y yo no puedo perder tiempo, sino ponerme a trabajar con ellos justamente en darle mi sello y el sello ciudadano también para que las policías puedan tener esa legitimidad que tanto se requiere, esa llegada al chileno y chilena que tanto se requiere y para eso voy a trabajar de manera incansable”.
En todo caso, añadió Delgado, la formación al interior de la institución es clave, y cree que “es fundamental la formación, que es un eje y pilar fundamental en cualquier actividad (…) Cualquier institución que tenga sensibilidades tan importantes como lo es cuidar a la ciudadanía, debe tener un pilar y un eje en la formación. Por eso tenemos que trabajar en cómo se están formando».
La llamada del ex ministro
A estas alturas, cuando ya Víctor Pérez pasó a la historia, comenzaron a salir los detalles que hacen decir a muchos expertos y analistas políticos, que las dificultades que enfrenta el gobierno provienen más de su propia esfera que de una oposición desunida.
Que un ministro le renuncie a su Presidente por teléfono, es curioso por decir lo menos. Es que había enojos grandes de por medio. Pérez sintió que sus propios compañeros no lo defendieron como esperaba, de ahí que la presidenta del gremialismo arremetiera contra el ministro Segpres, Cristián Monckeberg (RN) por no haber conseguido los votos necesarios con la oposición para salvar al jefe de gabinete, ya que el oficialismo votó alineado, incluyendo Evopoli, donde un sector había congelado sus relaciones con su gobierno.
Tres veces había manifestado su intención de renunciar el ex ministro. La última fue la vencida. Es que no había agua en esa piscina. De hecho, se comenta que en algún minuto hubo cerca de una decena de diputados partidarios de Desbordes dispuestos a apoyar la acusación. También estaban enojados. Haber intentado culpar al actual ministro de Defensa y posible presidenciable de la actuación de Carabineros violentando los derechos humanos de manifestantes fue demasiado. Si esos parlamentarios hubieran votado a favor de la acusación constitucional hubiera sido una humillación de marca mayor para Pérez y la UDI. De modo que esa renuncia por teléfono fue digitada por el propio gremialismo, que no estaba dispuesto a pagar en solitario el costo del actuar del gobierno.
Lo demás es historia conocida, salvo lo que va a ocurrir en el Senado, donde esta semana los parlamentarios convertidos en jueces, deberán dirimir si aceptan o no la acusación. De aprobarse, Pérez quedaría imposibilitado de ejercer cargo público alguno durante 5 años, tal como le ocurrió a la actual senadora Yasna Provoste, cuando la derecha la acusó constitucionalmente.
En todo caso, en las oposiciones hay de todo, a favor y en contra. Por lo que la suerte de Pérez aún está en veremos, aunque el gobierno confía en que se desechará la acusación. Y así el ex ministro queda listo para ocupar otra silla, como lo está haciendo el ex ministro de Defensa, Alberto Espina, cuyo nombramiento como consejero del Consejo de Defensa del Estado (CDE) está levantando fuertes críticas. Se afirma que al interior del CDE hay irritación profesional, porque Espina no cumple con una de las condiciones para ocupar el puesto: tener 15 años o más de experiencia profesional como abogado. Espina ha sido parlamentario desde 1990 hasta hace algunos años. En pocas palabras no ha litigado prácticamente nunca, desde que se recibió e incluso el cómo se graduó ha sido objeto de denuncias que se pueden encontrar en las redes sociales.
¿Y la oposición?
Si bien los opositores están dedicados en el Parlamento a defender de los obstáculos de la derecha a la devolución del segundo 10 por ciento de las AFPs, y al logro de escaños reservados para los pueblos originarios, ocurre que ahora el Frente Amplio está invitando a realizar primarias ciudadanas inicialmente en al menos tres comunas de Santiago: Ñuñoa, La Florida y La Reina.
“Hemos venido a hacer una invitación desde Revolución Democrática, desde el Frente Amplio, a que todas las fuerzas políticas, todas las organizaciones sociales, todos los vecinos y vecinas (…) se sumen a la realización de primarias amplias ciudadanas”, dijo la presidenta del partido y diputada, Catalina Pérez. Hasta hace poco, a fines de septiembre, ella y otros dirigentes del FA hicieron fracasar las negociaciones de primarias municipales y de gobernadores regionales.
Pero, igual hay movimiento en la sociedad civil. En una carta entregada a los partidos opositores, donde se alude a la “fragmentación” de la centroizquierda, personalidades de la Unidad Constituyente, Frente Amplio e independientes proponen una serie de temas y entre ellos, una gran primaria del sector.
Solicitan cuatro puntos: acordar mínimos comunes programáticos entre las diversas expresiones de oposición; definir un esquema unitario abierto a candidaturas independientes para la elección de la convención constitucional; establecer desde ya un acuerdo de segunda vuelta presidencial de toda la oposición y finalmente, convenir “entre las fuerzas progresistas que no han definido candidaturas presidenciales” una primaria múltiple, abierta a militantes e independientes que se reconozcan en el sector, permitiendo que puedan participar varios liderazgos de un mismo partido.
El documento fue firmado por casi 50 figuras de la centroizquierda y destacan nombres como la presidenta del Senado, Adriana Muñoz (PPD); el senador Carlos Montes (PS); los diputados Pablo Vidal (RD), Natalia Castillo (RD), Vlado Mirosevic (PL), Iván Flores (DC), Manuel Monsalve (PS); los alcaldes de La Pintana, Claudia Pizarro (DC), de Peñalolén, Carolina Leitao (DC) y de Renca, Claudio Castro.
Representantes del mundo independiente también adhirieron al texto, como los escritores Pablo Simonetti y Jorge Baradit; las actrices Luz Croxatto y Patricia Rivadeneira; los académicos Lucía Dammert y Patricio Zapata; entre otros.
“Creemos que tenemos que volver a conectar la política con las y los ciudadanos y la forma es que tengan una participación mucho más activa en las decisiones que los afectan, entre ellas, los procesos electorales que enfrenta el país. A su vez, vemos con mucha preocupación la falta de unidad que ha existido en la oposición, creemos que es posible transformar la diversidad, que hoy tensiona, en un elemento valioso”, explica Valentina Quiroga una de las impulsoras de la iniciativa.
En tanto, el alcalde Castro manifestó que “la declaración presenta fórmulas muy concretas, apoyada transversalmente por militantes e independientes de centroizquierda, para construir la unidad de la oposición tanto en el proceso constituyente como en la presidencial, que nos permita refrescar al sector buscando una participación amplia, que convoca independientes, y que ofrezca una alternativa real para lo que ha manifestado con mucha fuerza la ciudadanía y que la derecha no representa”. Además, añade que «es fundamental que los partidos reaccionen a esta fórmula y abran espacios con generosidad.
Señalan que “ha faltado una autocrítica honesta, que asuma un balance de los logros y los errores de las últimas décadas, especialmente en el caso de las fuerzas que encabezaron múltiples gobiernos. Si no hay una inflexión, se corre el riesgo de profundizar el alejamiento ciudadano de la política e impedir que en el proceso constituyente y en las múltiples elecciones que se avecinan se exprese esa mayoría ciudadana que quiere cambios”, añade el texto.
En esa línea, piden un proceso de “convergencia” con la ciudadanía y entre los partidos. “Hacerlo no implica forzar la creación de una coalición única ni renunciar a las identidades de cada referente, pero sí instalar una lógica colaborativa y generosa, que priorice los objetivos comunes, no el mero testimonio, y evite así que los sectores reacios a los cambios queden sobrerrepresentados en el proceso constituyente y en la elección de nuevas autoridades. Es preciso y urgente rectificar”.
Respecto al verdadero tren de elecciones que se avecina, los firmantes declaran: “Sabemos que la falta de unidad es un camino seguro al fracaso. En contraste, a pesar de la desastrosa gestión de su gobierno, los sectores más conservadores se aprestan a enfrentar articulados las elecciones por venir y perfilan posibilidades de éxito en la contienda constituyente y presidencial. Ello significaría una derrota imperdonable”.
“Si no se logra acordar una lista única, lo mínimo es asegurar que se coordinen dos listas que trabajen en forma colaborativa y complementaria, garantizando una mayoría de cupos para representantes de la sociedad civil”. También piden establecer “desde ya” un acuerdo de segunda vuelta presidencial entre toda la oposición. “Al esfuerzo de convergencia respecto la elección de convencionales constituyentes deberán sumarse otros equivalentes para las demás elecciones que vienen (municipales, regionales y parlamentarias) junto a una estrategia inteligente para enfrentar con sentido unitario la definición presidencial”.
Señalan que «ello implica que la competencia de primera vuelta se haga en términos que no imposibiliten la convergencia posterior, asumiendo que se entregará apoyo a la candidatura que obtenga mejor resultado sobre la base del programa de mínimos comunes previamente acordado.
Por último, hacen un llamado a convenir “entre las fuerzas progresistas que no han definido candidaturas presidenciales una primaria múltiple, abierta a militantes e independientes que se reconozcan en el sector, permitiendo que puedan participar varios liderazgos de un mismo partido”.
