Andrea von Hoveling de Ginecólogas Chile: “Sin Aborto en Tres Causales Volveríamos a la Edad de las Cavernas”

Nataly González Díaz

Periodista.

Más de 800 médicas y médicos emitieron un comunicado para rechazar el inserto publicado el 1 de noviembre en El Mercurio, en el cual, los autodenominados «Médicos por la Vida» pidieron que en la nueva Constitución se derogue la Ley N°21.030  que regula la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales, vigente desde el 23 de septiembre de 2017.

En la declaración, que fue impulsada por la agrupación Ginecólogas Chile, cientos de especialistas señalan que quienes se oponen a la implementación de la ley conocida como Aborto tres causales, quieren “hacer que el país retroceda en el gran avance que se logró para las mujeres que viven esas graves circunstancias: riesgo vital, malformación fetal incompatible con la vida o embarazo por violación y que eligen terminar con su embarazo”.

En ese sentido, invitan a “Médicos por la Vida” a sumarse al esfuerzo para lograr que cada vez sea menos necesario el aborto, “trabajando para mejorar la educación sexual y el acceso a métodos anticonceptivos para todas las mujeres residentes en nuestro país”. Junto con ello, enfatizan que disminuir la brecha de necesidades de anticoncepción no resueltas es la única política de salud pública que probadamente disminuye las tasas de abortos. “Leyes restrictivas como las que tenemos en Chile no disminuyen los abortos. Sólo los hace inseguros», recalcan.

Ginecólogas Chile

La doctora Andrea von Hoveling, quien participa de manera activa de Ginecólogas Chile (ginecologas­_chile en Instagram), es directora de la Sociedad Chilena de Endocrinología Ginecológica y miembra de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología y de la Sociedad de Ginecología, conversó con Página 19 sobre el debate en torno a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en el marco del Proceso Constituyente.

Von Hoveling, quien también es delegada en Chile para el Consejo Iberoamericano de Salud Reproductiva y Sexual, cuenta que estudió en la Universidad Católica, por lo que conoce las posturas de quienes firmaron el inserto, y aunque respeta su libertad de expresión, considera que el titular escogido podía conducir a una mala interpretación. “Jamás tendré una opinión contraria a que cualquier grupo se exprese, independiente que yo esté de acuerdo o no, lo que me pareció francamente inadecuado fue el tono y el título que decía ´Manifiesto médico´, porque si leías a la rápida daba la sensación de que representaban al gremio médico completo y no es así”, advirtió.

La solicitud concreta de quienes firmaron el inserto es que se derogue la actual Ley de aborto en tres causales ¿es factible que esto ocurra?

 Lo veo absolutamente improbable, primero porque no es la opinión mayoritaria del gremio médico ni menos aún de la sociedad. Por otro lado, retroceder en temas de derechos sexuales y reproductivos de las mujeres parece bien improbable si una ve los caminos que han seguido otros países, y la verdad es que la OMS, la ONU, son adversos a que existan países que no tengan ley de aborto en ninguna circunstancia, lo consideran legislaciones restrictivas, basadas en los valores y carentes de enfoque de derechos y de género.

Ahora, si se derogara la Ley de interrupción voluntaria del embarazo en tres causales, en pos de volver a criminalizarlo en todas sus formas -porque también se podría derogar en pos de hacer una ley de aborto libre, pero obviamente esa no es la intención de los “Médicos por la vida”- y volviéramos a no tener posibilidad de interrupción del embarazo por la vía legal en ninguna causal, para efectos derechos sexuales, volveríamos a la edad de las cavernas.

La médica plantea que ante la causal de riesgo de la vida de la madre, la negación de la interrupción del embarazo “constituye una negligencia médica”, mientras que en el caso de las causales de inviabilidad fetal o violación, la mujer está en una situación de vulnerabilidad extrema que incluso algunos organismos han comparado con la tortura psicológica. “Así, sin esta ley volveríamos muy atrás en derechos sexuales y reproductivos y a nivel de la comunidad internacional no lo veo factible, esta es de las cosas en que generalmente no se vuelve atrás”, puntualiza.

¿Cuál ha sido la experiencia con esta Ley en estos tres años de implementación?

Hay poca información todavía porque son muy pocos años. Si analizamos la historia de la medicina y específicamente de los derechos sexuales y reproductivos, tres años es algo muy incipiente, pero sí tenemos algunas cifras. Primero, las mujeres reciben muy bien que le den la opción de elegir, como concepto general, porque eso también es una cosa que dicen mucho los “Médicos por la vida”, que para las mujeres es psicológicamente peor tomar la decisión y más bien parece ser que no, que cuando las mujeres son bien acompañadas, bien acogidas, reciben bien el poder tomar la decisión.  

En segundo lugar, la mayoría, sobre todo en el sistema público, acepta el acompañamiento. Claramente esto se da en una situación en que la mujer se siente muy vulnerable. La mayoría lo reconoce como una situación crítica, coge y agradece el acompañamiento psicosocial. En la parte privada eso es menos y no tenemos claro si esto se debe a que hay un costo asociado o porque las mujeres tienen más redes, eso es un punto interesante pero que no está recabado.

Además, no todas las mujeres interrumpen su embarazo, parece ser mayoritario pero no todas lo hacen. Y lo otro importante es que en la tercera causal, por violación, el número ha sido muchísimo menor al que se estimaba. Esto que decían que iban a aparecer muchas violaciones porque las mujeres iban a denunciar violaciones para interrumpir embarazos no planificados, numéricamente no es cierto.  Y lo que si percibimos y tenemos experiencias, pero que son personales por lo que no se puede cuantificar, es que hay muchas mujeres que frente a un embarazo producto de una agresión sexual prefieren seguir haciéndose abortos ilegales, para no tener que contar su historia ni tener que contar esta experiencia frente a sus propias familias o a extraños.

¿Qué se puede hacer frente a esta realidad?

 En eso hay que ser bien honestas y es relevante hablarlo. Decir que vamos a acabar con el aborto ilegal es ilusorio, ningún país, ni liberalizando completamente el aborto, ha logrado terminar con el aborto ilegal. Decir legalicemos todos los abortos para que no haya ningún aborto ilegal es tan ilusorio como decir, prohibamos todos los abortos para que no haya ningún aborto. Lo que tenemos que hacer es que ojalá las menos mujeres lleguen a necesitar un aborto. Esto, con anticoncepción, con políticas de educación y con ponernos de acuerdo -porque ahí no hay una respuesta única- si a las mujeres que igual tengan un embarazo no deseado y que decidan interrumpir su embarazo se les va a dar una cabida dentro de la ley o no.

El debate Constituyente

El que los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y disidencias sean reconocidos y estén garantizados en la redacción de una nueva Carta Magna, es una de las demandas de los movimientos de mujeres y feministas que históricamente han puesto el tema en la agenda pública.

¿Qué esperar de la discusión sobre los derechos sexuales y reproductivos en la Convención Constitucional?

No es mi quehacer, pero puedo decir que estoy de acuerdo con las voces que dicen que hay que hacer una constitución minimalista, es decir, que quede espacio para legislar sin que se tenga que volver a la Constitución, ni a modificarla frecuentemente. A mí lo que me gustaría, pese a  que no tengo claro si esto debiera quedar en la Constitución o tienen que ser leyes específicas que vayan surgiendo después, sería, primero que los derechos sexuales y reproductivos se empezaran a ver dándole un rol más preponderante al hombre, porque esto ya lleva suficientes décadas solo en nuestros manos, y en ese sentido, por ejemplo, que son cosas que no mucha gente sabe que pasan, si en este minuto hay una pareja en que el hombre está inscrito en un consultorio y la mujer no tiene previsión, esa pareja se queda sin anticoncepción, porque son prestaciones que están solo contempladas para mujeres. Eso hay que hacerlo más equitativo.

Pienso también que va a ser súper importante dejar establecido en la Constitución los derechos de los/as menores de edad, porque adherimos a nivel internacional a la autonomía progresiva del menor, al niño/a como sujeto de derechos, a los derechos del niño/a, pero en la práctica nos pasan cosas como que se rechaza la idea de legislar sobre una educación sexual integral porque seguimos viendo como más importante el derecho de los padres a educar a sus hijos/as. Entonces debe quedar establecido que el niño/a y adolescente es un sujeto de derecho y que ese derecho tiene que converger y caminar con el derecho de sus padres a educarlo, pero no puede quedar supeditado al derecho de sus padres.

Y lo otro, es que para poder probablemente avanzar en la legislación sobre el aborto, porque yo creo que la lógica indica que ese es el camino que vamos a seguir, tendría que haber algún pronunciamiento sobre si se es sujeto de derechos desde que se nace o desde alguna semana del embarazo. Tendría que existir algún pronunciamiento al respecto en el debate constitucional.

La ginecóloga destaca que en la discusión en torno a la redacción de la nueva constitución es necesario generar un espacio para legislar el derecho a la salud como fundamental y no como un bien de consumo. En cuanto a que los derechos sexuales y reproductivos aclara que no se refieren solo al acceso a anticoncepción, sino que involucran educación sexual y en los casos de parejas, corresponsabilidad dentro de esta.

“Los derechos sexuales y reproductivos nos benefician a cada uno/a, son un bien en sí mismo en el momento en que son un derecho humano, y por otro lado está muy estudiado y los ejemplos son múltiples, que cuando tienes a una niñez y a una juventud mejor educada sexualmente y con más herramientas para cuidarse, mejoran todos los parámetros, desde la satisfacción sexual hasta el embarazo no planificado y los índices de VIH. Si yo prevengo un embarazo no planificado, a esa mujer le mejoro su pronóstico de estudios, de formar una pareja en el futuro, de tener mejores ingresos, pero a la vez mejoro los índices de mi país en cuanto a mortalidad materna e infantil, ingreso per cápita, inserción de mujeres en el mundo laboral”, explica.

Por último, Andrea von Hoveling manifiesta que la nueva Constitución tiene que dar espacio para legislar y actuar en cuanto a los derechos sexuales y reproductivos como un bien individual y comunitario.