Periodista y Director de Página 19.
Nadie sabe a ciencia cierta cómo y por qué Piñera se encuentra en Palestina. Solo basta con ver la represión brutal que ejerce el gobierno israelí contra miles de sus habitantes. Lo cierto es que en su propia casa, el Presidente tiene en ebullición un sinnúmero de problemas que ni él ni su gabinete ha logrado amainar. Profesores en paro hace 4 semanas, donde la Ministra de Educación Marcela Cubillos, terca ella a más no poder, se niega a sentarse a una mesa común en la autoridad que representa con el magisterio. El paro de los trabajadores de Chuquicamata que no parece tener fin.
A lo anterior, se suma la tercera semana de paralización de los funcionarios de la Superintendencia de Bancos. Los estudiantes de varios liceos emblemáticos en paro y reprimidos por la fuerza pública. Y un par de cientos de venezolanos en la frontera de Arica pidiendo entrar porque huyeron de su país por causas económicas. Y así, suma y sigue…
Casi huyendo de su propia y negada realidad, el mandatario tomó vuelo al Medio Oriente, que -guardando la magnitud de los hechos- se parece bastante a una Palestina golpeada y abusada por el poder derechista.
Sin un sólido poder comunicacional ni cambios profundos en su equipo político, ya varios analistas políticos habían concordado que los enrosques que había hecho el Presidente de Chile Vamos no tenía nada que aportar. La tozudez de no mirar las señales políticas y sociales hace pensar que el gobierno no tiene la sapiencia para entender lo que acontece en Chile.
Pero no todo ha sido malo para el Presidente. Contrariamente a todo lo pensado, Fuad Chaín le tiró un tremendo salvavidas y una vez más llegaron a un acuerdo, en impulsar la Reforma Tributaria, sin ninguna condición.A juicio de muchos, no se entiende la adolescencia política que exhibe el timonel demócrata cristiano, pues ya le ha pasado más de una vez que lo han pasado “por el aro”, como se dice vulgarmente.
Ya lo dijo, hace unos meses, la diputada comunista Camila Vallejo al señalar que la tal oposición en el Congreso Nacional no es real. Y el tiempo le ha dado la razón: la DC negocia con el Gobierno a espaldas del resto de la oposición. Si ya Chaín no se sentía del todo cómodo cuando existía la extinta Nueva Mayoría, hoy queda más que claro que no desea por ningún motivo hacer esfuerzo y compromiso con la centroizquierda parlamentaria. Lo más sana sería sincerarse, integrar de una el gobierno y asumir un ministerio.
Seguramente, el Presidente dará lecciones tanto a Israel como a la Palestina de democracia, del buen vivir y de cómo bajar las tensiones sociales en ambos países, lo que -a todos luces- resulta inverosímil cuando en su propio hogar tiene un país a punto de estallar.
