Periodista y Director de Página 19.
No es primera vez que las mujeres se reúnen masivamente en el Teatro Caupolicán, un sitio dedicado esencialmente a la música, pero también a los momentos históricos del devenir de Chile. Afincado en el centro cívico de Santiago de Chile, el pasado 27 de agosto de 2022, unas 5 mil mujeres y disidencias se manifestaron para respaldar la propuesta de una nueva Constitución para Chile. Y era que no, pues en cada uno de sus capítulos, la Carta Magna visibiliza las demandas históricas del movimiento feminista y de las diversidades sexo genéricas como nunca antes en nuestro país y en todo el mundo.
Durante el evento, desfilaron artistas, comediantes, músicas para realzar el compromiso de aprobar una Constitución que es feminista. Allí conversamos no sólo con las nuevas generaciones del feminismo, sino también con aquellas que las antecedieron. Incluso en épocas más duras como la dictadura cívico militar del general Augusto Pinochet Ugarte.
Democracia Paritaria, Justicia con perspectiva de género, Una vida libre de violencia de género, Reconocimiento del trabajo doméstico y de cuidados, Derechos Sexuales y Reproductivos, y reconocimiento a las disidencias y diversidades son solo algunos de los temas que recoge y profundiza la propuesta de nueva Constitución. De aprobarse, sería una referente a nivel mundial en estas materias.
En la jornada en el teatro Caupolicán estuvieron ex convencionales como Elisa Loncon, Beatriz Sánchez, Bárbara Sepúlveda, Alondra Carrillo, y diputadas como Karol Cariola y Lorena Fries.
Fries, diputada independiente por Convergencia Social, sostuvo que la paridad “Es un tema de derechos humanos en el sentido que la igualdad implica la participación de los espacios de poder tanto políticos como sociales, y esta Constitución lo hace en todos los poderes del Estado. Por lo tanto este mismo Estado debe promoverlo en todos los espacios. Cuando están las voces de las mujeres, los temas que tienen que ver con nosotras se hacen parte de la política. Hasta ahora, hemos vivido una exclusión de nuestras necesidades e intereses, pero la participación de las mujeres trae cosas nuevas”.
La posta del feminismo
Sandra Palestro, socióloga, fue parte de la historia de las feministas que dieron la pelea más feroz durante la dictadura. De hecho, en 1983, las feministas de entonces lograron repletar el Teatro Caupolicán, cuando la dictadura de Pinochet perseguía a los chilenos y chilenas solo por pensar distinto.
“Tuvimos muchas dificultades para reunirnos, con toda la represión encima. No teníamos todas las herramientas tecnológicas que hoy existen, entonces todo era presencial: repartir volantes, hacer boletines, la información se transmitía de personas a persona. Sin embargo, eso mismo nos dio una mística de compromiso, de darlo todo contra la dictadura”, relata.
Cuenta que “Mujeres por la Vida” fue una articulación que se plasmó más tarde, pero que la primera instancia de protesta feminista, de esos duros años, fue el Departamento Femenino de la Coordinadora Nacional Sindical. Incluso, el primer Caupolicanazo lo organizaron ellas.
“Con los años, empezamos a articularnos todas las organizaciones y se creó Mujeres por la Vida. Nunca me imaginé estar viviendo este momento, ni en mis mejores sueños.”, dice emocionada.
“Creo que el feminismo, por mis años, ha ido tomando una posta de quienes nos antecedieron, tal como nos sucedió a nosotras en los años 80 respecto de aquellas que lucharon en el Siglo XIX y lograron los derechos políticos plenos. Me parece maravilloso estar viviendo este momento. Me parece muy hermoso que las mujeres jóvenes de hoy quieran recuperar y valorar a esa historia”.
Con toda la parentela
Para Siomara Molina, vocera de la articulación feminista por el Caupolicanazo, instancia que reunió a más de 37 organizaciones feministas, el Caupolicán es un espacio histórico para el movimiento feminista. “Las mujeres en el año 1983 se reunieron acá para dar la lucha contra la dictadura militar, eso da cuenta cómo las feministas hemos luchado por el derecho a la vida, y eso es lo que hoy estamos haciendo también. En el fondo, creemos que la nueva Constitución contiene de manera transversal elementos que permiten, facilitan, posibilitan, como sociedad construir un proyecto de país de forma colectiva, como la solidaridad, la justicia social, la igualdad, que nos va a permitir avanzar hacia una construcción más sana como país”.
Siomara invita a las personas a informarse sobre la nueva Constitución y todos los aspectos que tienen que ver con los temas de género. Por eso, dice, es relevante que “las mujeres vayan a votar el 4 de septiembre. El año 2020 votaron 7 millones de personas en Chile, de esos 4 millones fueron mujeres. Por lo tanto, sabemos que somos más de la mitad de la población y tenemos una posibilidad real de incidir. También sabemos que las mujeres históricamente hemos defendido nuestros derecho a la vida y la dignidad. Es importante que la mujer, este 4 de septiembre, se levante, lleve a su mamá, a la hija, sobrina, hermana, tía, la prima, la vecina, a la señora del negocio, a todo el mundo a votar de forma informada porque es la forma de avanzar a un país mucho más justo y solidario”.
Por su parte, Bárbara Sepúlveda, ex convencional, manifestó respecto al concepto de la democracia paritaria en la nueva Constitución. “Es tremendamente relevante porque estamos hablando de mujeres y niñas que hoy puedan tener una oportunidad para soñar un Chile distinto con la posibilidad de ser lo que deseen ser; científicas, presidenta de Chile, generala de Ejército. Una democracia paritaria impulsa cambios en transformaciones que nosotras no hemos tenido en ninguna Constitución. Por lo tanto, esta nueva Constitución cambia el marco y nos trae un paradigma de democracia profunda para que nunca más se nos deje afuera, que se nos considere nuestras voces con nuestras experiencias”.
Al finalizar el masivo acto, mujeres y disidencias salieron a calle San Diego rumbo a la Alameda, ondeando banderas multicolores, sabiendo que se vive una oportunidad histórica de alcanzar pleno reconocimiento de derechos, tras más de 200 años de vida republicana, en un Chile más diverso e igualitario.
Esta publicación es parte del trabajo colaborativo entre Página19 y el proyecto regional FESminismos.
Las opiniones expresadas en este artículo no representan necesariamente las de la Fundación Friedrich-Ebert-Stiftung.
