Alejandra Placencia, Candidata a Alcaldesa por Ñuñoa: “Queremos Dejar de Hablar de las Dos Ñuñoas”

Valeria Pinto Arellano

periodista.

Alejandra Placencia Cabello (43) lleva 18 años de trayectoria política trabajando en la comuna de Ñuñoa, en la cual hoy se encuentra disputando el título de alcaldesa, tras estar en el cargo de concejala durante los últimos años siendo militante del Partido Comunista.

Profesora de Filosofía en la Universidad de Santiago de Chile, Alejandra ha estado desde siempre vinculada al trabajo social y político, comenzando en la misma universidad como presidenta de la Federación de estudiantes., donde se destacó en su lucha por el derecho a la educación, siempre mirándolo desde una perspectiva de transformación estructural.

Una vez egresada de la universidad, decidió sentar su labor política en la comuna de Ñuñoa debido a que fue el lugar donde llegó a trabajar como profesora, convirtiéndose también en dirigenta del colegio de profesores de Ñuñoa, luchando esta vez por los derechos de las y los trabajadores de la educación.

Es una fiel creyente de que las gestiones a nivel municipal deben hacerse en conjunto con la población, sobre todo después del despertar de Chile gracias a la revuelta popular de 2019, donde se dejó aún más en evidencia la gran distancia entre la ciudadanía y las autoridades.

“La vinculación con las comunidades es la que a una le da las herramientas para hacer el trabajo social y político de intentar mejorar las condiciones de vida de las personas”.

– ¿Cuáles fueron sus motivaciones para llevar un paso más adelante su trabajo político y candidatearse como alcaldesa de Ñuñoa?

– Hay trabajo, experiencia y vinculación con personas y organizaciones en distintos barrios durante los 18 años que llevo trabajando acá en la comuna. Creo que ese vínculo que hoy día existe es indisoluble con la comunidad. Por lo tanto, mis desafíos son romper las barreras institucionales que impiden los cambios y las transformaciones de lo local y que excluyen a la comunidad de la toma de decisiones que hoy es absolutamente autoritaria respecto de la toma decisiones unilaterales, que de algún modo impactan en la vida cotidiana de las personas y que nunca son consultada, cuando la comunidad debiese ser parte del diseño de las políticas públicas que se hacen en el municipio. No podemos pensar en políticas acertadas si no es con la comunidad. Este trabajo que debiera ser permanente, mancomunado y que debiera tener espacios vinculantes de participación, no existen actualmente y es la traba que tenemos para que realmente se mejore la calidad de vida de las personas en nuestro territorio

– ¿Cree que existen ciertas convergencias de pensamiento en temas transversales, como la seguridad o el medio ambiente, entre las y los candidatos de oposición? ¿En qué punto diría usted que marca la diferencia?

– Una de las cosas que yo creo que se refleja en estas elecciones es que primero, la oposición no es una sola y en esa diferencia lo que se presenta a la comunidad son proyectos políticos distintos. El nuestro surge desde la comunidad y los barrios. Participaron cerca de tres mil vecinos y vecinas a partir del 18 de octubre de 2019 en una serie de cabildos y asambleas territoriales, de las cuales se recogió la idea de una nueva Constitución para Chile, pero también de un nuevo tipo de gobierno local para Ñuñoa, y esa es la propuesta que nosotras y nosotros estamos levantando. Tenemos una experiencia que nos hace decir que además lo podemos viabilizar. Hemos construido un equipo programático compuesto por 41 vecinos y vecinas de la comuna que en los distintos temas que estamos viendo, están proponiendo medidas concretas que pretendemos implementar al momento de instalarnos en la administración municipal.

Nuestra diferencia va tanto en lo programático como en nuestro cuestionamiento a la institucionalidad, que hoy día es profundo y en concordancia con el proceso constituyente. Queremos municipios constituyentes, que le devuelvan el poder a la comunidad. Este proceso para nosotros es fundamental y tenemos que empujarlo también desde los municipios, no esperar hasta que se termine.

– De manera concreta, ¿cómo deben involucrarse los municipios en el proceso constituyente?

– Hay una deuda histórica del municipio de Ñuñoa en particular, que es jugar un rol cívico, de motivar la participación, que la comunidad esté informada y además de poner a disposición los espacios tanto inmuebles como públicos para el ejercicio deliberante de lo que es este proceso político. Es una deuda que hay que empezar a saldarla. Es fundamental abrir espacios de participación vinculante, habilitar espacios públicos como puntos de encuentro para que la comunidad haga este ejercicio reflexivo de lo que es el proceso constituyente.

En segundo lugar, hay que implementar educación cívica en las escuelas. Necesitamos hacerlo de manera urgente porque hoy día no existe y si queremos proyectar una sociedad en la que no solo se piense en la democracia a partir del voto, sino que, en un proceso permanente de construcción, tenemos que incorporar este trabajo en las escuelas. Por último, hay que poner la infraestructura disponible. La organización municipal actual que ha estado por 24 años, lo que ha hecho es cerrar la gestión, separarla de la comunidad. Hay que recuperar esa confianza y una de las formas de hacerlo es justamente salir del municipio, ir a los barrios y poner a disposición de la gente lo que sea necesario para que este proceso avance.

– Una de sus propuestas es la implementación de una Inmobiliaria popular, proyecto que Daniel Jadue ejecutó en la comuna de Recoleta, ¿cómo se pretende gestionar esto y de qué manera va a beneficiar a las y los vecinos de Ñuñoa?

– Es de hecho una de las diez mejores ideas a nivel internacional y surge a partir de la necesidad de tener una vivienda digna. Ñuñoa es una comuna muy segregada, tenemos realidades de hacinamiento y familias allegadas en casas que, por supuesto les impiden vivir dignamente, más aún en pandemia. Entonces la inmobiliaria popular es una propuesta para dar solución habitacional a las familias que están en los comités de allegados para que puedan acceder al subsidio. El acceso a la vivienda social pasaría por poner a disposición ya sea terrenos que hay que solicitar a Bienes Nacionales, que puedan ser del mismo municipio en un banco de terrenos a nivel municipal o en el caso de que tuviéramos la necesidad de comprar terrenos, también existe esa posibilidad. Serán edificios en altura, bajitos porque no tendrán ascensores, pero que sí, con la misma gestión que ellos realicen, van a poder hacer la mantención de los espacios comunes interiores.

Acá lamentablemente se ha destinado el suelo al gran negocio inmobiliario. El plan regulador comunal ha privilegiado eso y no el hecho de que existen familias que requieren una solución en la comuna, porque además existe terreno para que eso sea posible, lo que pasa es que no ha habido voluntad política para hacerse cargo y es porque para la derecha, la vivienda no es un derecho social.

– El acceso a la vivienda es una de las tantas desigualdades que tienen, por supuesto, que ver con un cambio mucho más estructural que podría estar acercándose con la nueva Constitución. Sin embargo, ¿de qué manera se puede actuar desde la municipalidad para disminuir este tipo de brechas?

–  En Ñuñoa ha ido creciendo la desigualdad durante los últimos 24 años porque se ha propiciado el mantener la segregación que existe. Nosotras y nosotros queremos dejar de hablar de “las dos Ñuñoas”, queremos hacer una sola Ñuñoa que tenga la posibilidad de acceso a servicios básicos como la salud, la educación y la vivienda de manera que la gente pueda vivir dignamente. Además, que haya un transporte público que sea capaz de integrar a todos los barrios que hoy tienen dificultades de conectividad. Todo está centralizado, eso tiene que terminar. Para acabar con esa inequidad, tenemos que llevar el municipio a los barrios y nuestra gestión está pensada en esas características.

– ¿Qué espera del proceso constituyente?

– Creo que estamos en un momento histórico y necesitamos que todo el proceso constituyente se vea reflejado en la institucionalidad que hoy día tenemos. La discusión de la nueva Constitución no puede quedarse solo en ese espacio, necesitamos que los territorios tengan la fortaleza y necesitamos seguir empujándolo desde los barrios. Para eso es indispensable que en las elecciones municipales y de gobernadores tengamos también autoridades que representen ese espíritu porque de lo contrario va a ser mucho más difícil seguir. También necesitamos mostrar en hechos concretos que existen posibilidades de hacer una gestión local y municipal que tenga como objetivo poner a disposición la institucionalidad para mejorar la calidad de vida y la dignidad de las personas. Ese es el espíritu de nuestro programa y de nuestras propuestas concretas.